Acolman, Estado de México.- La madrugada de este domingo 3 de noviembre irrumpió con el estruendo de disparos en el fraccionamiento Real del Valle, un rincón aparentemente tranquilo del municipio de Acolman, donde un youtuber conocido como «El Custodio» segó la vida de tres vecinos en lo que él mismo describió como un acto de «legítima defensa». El agresor, identificado como Roberto Carlos «N», de unos 50 años, no solo perpetró el crimen, sino que lo documentó en un video escalofriante, obligando a un testigo a grabar los instantes fatales antes de transmitir en vivo su confesión a miles de seguidores. Tres cuerpos sin vida y un herido grave marcan el saldo de una riña vecinal que escaló de una queja por un tendedero y el estacionamiento de una combi a una masacre que ha dejado al barrio en shock y a las autoridades en alerta máxima.
Un detonante trivial que desata la furia
Todo comenzó con nimiedades que, en el calor de la discusión, se convirtieron en pretexto para la violencia. Según el relato del propio Roberto Carlos en su transmisión, los vecinos habrían invadido su propiedad de formas que él percibió como amenazas inminentes: un lazo de tendedero que cruzaba la línea invisible de su terreno y una combi estacionada apenas 10 centímetros más allá de lo que consideraba su límite. «Estas personas eran invasoras y me amenazaban con matarme desde hace años», declaró con voz serena pero firme, mientras sostenía el arma aún caliente en su transmisión en vivo. Vecinos consultados por reporteros en el lugar contradicen esta versión, describiendo una bronca cotidiana por el espacio de estacionamiento que duró minutos antes de que el youtuber, enfurecido, saliera armado y abriera fuego contra cuatro personas congregadas frente a su domicilio. Entre las víctimas, un matrimonio con el que mantenía roces constantes y un taquero local que, según testigos, solo se acercó para mediar en la riña, recibiendo un balazo fatal en el proceso. El hijo de la pareja, de edad no precisada, lucha por su vida en un hospital cercano, con heridas que lo mantienen en estado grave.
El canal de YouTube de «El Custodio», con miles de suscriptores atraídos por sus tutoriales sobre seguridad privada y autoprotección, se convirtió en el escenario involuntario de esta tragedia. En un video de apenas 40 segundos que ya circula ampliamente en redes, Roberto Carlos aparece frente a las cámaras explicando su versión: «Tuve que aplicar legítima defensa, lo lamento pero es así. Esto es lo que pasa por gente invasora». Pidió perdón a su familia al final del clip, un detalle que contrasta con la frialdad con la que, momentos antes, habría amagado a un vecino para que registrara los disparos. Ese material, grabado bajo coacción, podría complicar cualquier intento de defensa legal, al tiempo que evidencia la premeditación en la documentación del acto.
La sombra de la salud mental en un país ahogado en balas
Mientras la Fiscalía General de Justicia del Estado de México (FGJEM) despliega un operativo para dar con el paradero de Roberto Carlos, quien huyó inmediatamente tras el tiroteo, surgen interrogantes sobre el estado mental del agresor. Fuentes cercanas a la investigación, que prefieren el anonimato, sugieren que su defensor podría alegar «locura temporal» como atenuante, argumentando un arrebato provocado por años de tensiones acumuladas en el vecindario. No es la primera vez que el youtuber aludía a conflictos similares en sus videos, donde promovía la «autodefensa» como mantra, pero nadie imaginó que cruzaría la línea de la ficción a la realidad con tal brutalidad. En el sitio, peritos recolectaron más de 40 casquillos percutidos y aseguraron la vivienda del sospechoso, un inmueble modesto de paredes rojas y portón metálico ahora acordonado por cintas amarillas. La escena, con impactos de bala en fachadas y charcos de sangre diluidos por el rocío matutino, evoca el guion de una película de acción barata, pero el dolor de las familias de las víctimas es crudo y palpable.
Este suceso, aunque aislado en su origen doméstico, ilustra la vorágine de violencia que azota el territorio nacional, donde disputas menores mutan en tragedias irreversibles con una frecuencia alarmante. En el Estado de México, epicentro de tales episodios, la impunidad y el fácil acceso a armas de fuego alimentan un ciclo vicioso que deja huérfanos y comunidades fracturadas. ¿Cuántos «custodios» más acechan en las sombras de suburbios como Real del Valle, listos para transformar un roce por centímetros en un baño de sangre? Mientras Roberto Carlos permanece prófugo, Acolman llora a sus muertos y se pregunta si la justicia, o la cordura, llegarán a tiempo para evitar el próximo estallido. La FGJEM promete avances en las próximas horas, pero en un país donde la muerte acecha en cada esquina, las promesas suenan a eco vacío.



