Ciudad de México.- En un mensaje firme que resuena como un recordatorio de la independencia mexicana, la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo descartó categóricamente cualquier posibilidad de que fuerzas estadounidenses incursionen en territorio nacional para combatir a los cárteles de la droga. La declaración llega en medio de revelaciones sobre un plan de la administración de Donald Trump que contempla operaciones encubiertas con tropas especiales y drones, impulsado por el reciente asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, un crimen que ha encendido las alarmas en ambos lados de la frontera.
Sheinbaum, durante una conferencia matutina en Palacio Nacional, reiteró el rechazo a propuestas que violen la soberanía mexicana, recordando encuentros previos con el mandatario norteamericano donde ya había dejado clara su postura. «No va a ocurrir. Tenemos un entendimiento en seguridad que trabajamos durante muchos meses con el gobierno de Estados Unidos y que lo acordamos cuando estuvo el secretario de Estado Marco Rubio. Vamos a seguir trabajando en ese marco de entendimiento que tiene principios muy claros», explicó la mandataria, con un tono que mezcla diplomacia y determinación. En privado, según fuentes cercanas, Trump le ha extendido ofertas de apoyo logístico y tropas, pero Sheinbaum ha respondido invariablemente: «México es un país libre, independiente y soberano».
El pulso de la declaración presidencial se acelera con el eco del tiroteo que segó la vida de Manzo el pasado 1 de noviembre, en pleno Festival de las Velas de Uruapan, Michoacán. El alcalde, un político local de 42 años conocido por su cruzada contra la inseguridad en una de las zonas más disputadas por el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), cayó abatido a balazos frente a miles de asistentes. Videos difundidos por la Fiscalía General del Estado de Michoacán capturan la ruta del asesino: un joven que se infiltra entre la multitud, evade filtros de seguridad y dispara a quemarropa antes de huir en moto. Dos personas han sido detenidas, y aunque el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla ha señalado «indicios claros» de motivación narco, el retrato hablado del sicario sugiere que podría tratarse de un menor de edad, posiblemente familiar de un operador clave del CJNG.
El fantasma de las narcolanchas y el plan secreto de Washington
La tensión binacional no es un relámpago aislado, sino el trueno de una tormenta que se gesta desde hace meses. Una investigación de NBC News, basada en declaraciones de dos funcionarios actuales y dos ex altos mandos estadounidenses, destapó que el gobierno de Trump ya inició la planificación de una operación sin precedentes: el despliegue de fuerzas del Comando Conjunto de Operaciones Especiales (JSOC), respaldado por la Agencia Central de Inteligencia (CIA), bajo la autoridad del Título 50 de la ley estadounidense. Este marco legal permite acciones encubiertas de inteligencia en el extranjero, sin necesidad de una declaración de guerra formal. El entrenamiento de los equipos ha comenzado, aunque fuentes de la Casa Blanca insisten en que «aún no se ha tomado una decisión final» y que el despliegue no es inminente.
Si se materializa, la misión rompería con décadas de cooperación limitada a asesorías y apoyo técnico. En su lugar, incluiría ataques con drones de largo alcance para destruir laboratorios de droga y neutralizar líderes criminales, operaciones terrestres que requerirían operadores en suelo mexicano y un velo de secretismo similar al aplicado en bombardeos recientes contra narcolanchas venezolanas en el Caribe, que dejaron al menos 64 muertos. «La administración está comprometida con un enfoque integral de todo el gobierno para abordar las amenazas que representan los cárteles para los ciudadanos estadounidenses», declaró un alto funcionario a NBC, mientras la CIA declinó comentar y el Pentágono remitió las inquietudes a la Casa Blanca.
El detonante, más allá del asesinato de Manzo, es el resurgimiento de la violencia en Michoacán, epicentro de la producción de aguacate y metanfetaminas, donde el CJNG disputa territorio con grupos locales. En los últimos seis meses, México ha registrado 112 ejecuciones de políticos, un ritmo que ha llevado al subsecretario de Estado de EE.UU., Christopher Landau, a ofrecer «profundizar la colaboración». Sin embargo, fuentes citadas por la cadena estadounidense advierten que Washington no descarta actuar unilateralmente, aunque «preferiría hacerlo en conjunto». En febrero, Trump ya había designado a seis cárteles mexicanos como organizaciones terroristas extranjeras, un paso que allanó el terreno para medidas más agresivas.
Soberanía en jaque: la respuesta mexicana y las sombras de la frontera
Desde su llegada al poder en octubre de 2024, Sheinbaum ha navegado este terreno minado con una estrategia de «entendimiento mutuo». Ha autorizado la expansión de vuelos de vigilancia de la CIA, heredados de la era Biden, y desplegado 10 mil elementos de la Guardia Nacional en la frontera norte, lo que ha impulsado un aumento en decomisos de fentanilo –más de 20 toneladas en lo que va del año– y extradiciones de capos como los de Sinaloa. «Muchas gracias, presidente Trump, pero no», fue la réplica viral en redes sociales a las insinuaciones de intervención, capturando el sentir de una opinión pública que ve en la soberanía un límite infranqueable.
En Uruapan, el duelo por Manzo se transforma en rabia colectiva. Manifestaciones nocturnas llenan las calles, exigiendo justicia y mayor protección para funcionarios locales. Su viuda, Grecia Quiroz, recibida este lunes por Sheinbaum en Palacio Nacional, asumirá como alcaldesa interina tras rendir protesta ante el Congreso de Michoacán. «No habrá impunidad», prometió el gobernador Bedolla, mientras un cantante local, Vicente Jáuregui, narraba en entrevistas los instantes de pánico: «El sonido de los disparos rompió la fiesta como un trueno».
El tablero geopolítico se complica con el riesgo de una escalada que trascienda la frontera. Analistas advierten que una incursión unilateral de EE.UU. podría avivar reclutamientos narco y tensiones diplomáticas, recordando episodios como la fallida «guerra contra las drogas» de Calderón. Para Sheinbaum, el desafío es doble: honrar la memoria de Manzo fortaleciendo la cooperación sin ceder un ápice de autonomía. En palabras suyas, el camino es claro: «La lucha contra los cárteles es nuestra, con respeto mutuo y sin botas extranjeras pisando nuestro suelo». Mientras tanto, en Washington, las discusiones prosiguen en salones cerrados, y en Michoacán, las velas del festival se apagan bajo la sombra de la incertidumbre.



