El veterano Max Scherzer, a sus 41 años el pitcher más longevo en abrir un séptimo juego, lanzó cinco entradas de calidad y dejó el duelo 3-1 a favor de Toronto. Bo Bichette había castigado con jonrón de tres carreras a un Shohei Ohtani que abrió por primera vez en playoffs.
Pero la noche perteneció a los suplentes angelinos. Max Muncy recortó distancias con un bambinazo al upper deck derecho en la octava. En la novena, Miguel Rojas —el shortstop que apenas conectó siete vuelacercas en toda la temporada— empató con un batazo al mismo jardín izquierdo que silenció a 44 713 almas canadienses.
Y en la undécima, con dos outs y Shane Bieber en el montículo, el receptor Will Smith envió un slider colgado al bullpen de Bel Air para el 5-4 definitivo.
Yamamoto, el MVP que no durmió Yoshinobu Yamamoto, quien 24 horas antes había lanzado 96 pitcheos en el triunfo del juego 6, entró en la novena con corredores en primera y segunda y un out. El japonés sacó ocho outs seguidos, indujo un doble play a Alejandro Kirk y se convirtió en el primer pitcher desde Randy Johnson (2001) en ganar tres juegos en una Serie Mundial, dos de ellos en días consecutivos.
Toronto se queda a un suspiro Los Blue Jays dejaron 14 corredores en base, récord compartido para un séptimo juego. Vladimir Guerrero Jr. brilló con el guante y Ernie Clement rompió la marca de hits en un solo postseason (30), pero la defensa heroica de Daulton Varsho y el empuje de Addison Barger no bastaron.
Dinastía angelina Dave Roberts supera a Tommy Lasorda como el mánager con más anillos en la era de Los Ángeles (tres). Clayton Kershaw, que calentó en el bullpen con una costilla dislocada tras celebrar el juego 6, cierra su carrera con dos títulos seguidos.
Los Dodgers vuelan hoy a casa con el trofeo del Comisionado. Toronto, en cambio, deberá esperar al menos un año más para borrar 32 otoños de sequía. El béisbol, una vez más, escribió su guión más cruel y más bello en una sola noche.



