Ocampo, Chihuahua.- En una operación conjunta que refuerza la lucha contra el narcotráfico en la Sierra Tarahumara, elementos de la Agencia Estatal de Investigación (AEI) y personal de la Secretaría de Defensa Nacional (Sedena) destruyeron un extenso plantío de marihuana descubierto el lunes en la comunidad de El Saucillo, a unos 12 kilómetros de Basaseachi, en el municipio de Ocampo. Esta acción marca el cuarto decomiso similar en apenas dos días, evidenciando una intensificación de esfuerzos para erradicar cultivos ilícitos en la región.
El sembradío abarcaba una superficie de 400 metros cuadrados, con una densidad de tres plantas por metro cuadrado y una altura promedio de 1.40 metros por ejemplar, lo que sugiere un cultivo en etapa avanzada de maduración listo para la cosecha. Las autoridades no reportaron detenciones en el sitio, pero la destrucción se llevó a cabo de manera inmediata para prevenir cualquier intento de recuperación por parte de los responsables.
Esta serie de operativos, iniciada hace menos de 48 horas, responde a inteligencia recopilada por las fuerzas de seguridad que ha permitido localizar y eliminar plantíos en diferentes puntos del municipio, un área conocida por su terreno montañoso y aislamiento geográfico, ideal para actividades delictivas. La coordinación entre la AEI y el Ejército ha sido clave en estas intervenciones.
La Fiscalía de Distrito Zona Occidente subrayó su compromiso con la persecución de estos delitos, enfatizando la colaboración con corporaciones federales y estatales para llevar a los culpables ante la justicia. «Trabajamos de la mano con instituciones gubernamentales para investigar a fondo y garantizar que los responsables enfrenten los tribunales», afirmaron en un comunicado oficial, reafirmando la estrategia integral contra el crimen organizado en la entidad.
Estos decomisos forman parte de una ofensiva más amplia en la región occidente de Chihuahua, donde el cultivo ilegal de enervantes ha representado un desafío persistente debido a factores como la pobreza rural y la proximidad a rutas de trasiego. Autoridades locales esperan que estas acciones disuadan a productores clandestinos y contribuyan a la seguridad comunitaria en comunidades como El Saucillo y Basaseachi, que dependen de la erradicación de estas actividades para fomentar el desarrollo legal y sostenible.



