Plan de Seguridad de Felipe Calderón: Operativo Conjunto Michoacán
El Operativo Conjunto Michoacán, implementado por el presidente Felipe Calderón en 2006, representó el inicio de la llamada «Guerra contra el narcotráfico» en México, con el objetivo principal de reducir los niveles de violencia en la entidad, entonces azotada por el grupo delictivo La Familia Michoacana. Esta estrategia se centró en un enfoque militarizado, que incluyó el despliegue masivo del Ejército mexicano en las zonas más conflictivas, como la Tierra Caliente, para confrontar directamente a los carteles y desmantelar sus operaciones. Calderón incluso visitó la región en 2007 vestido de militar como un gesto simbólico de desafío al crimen organizado. Sin embargo, el plan fue ampliamente criticado por las violaciones a los derechos humanos derivadas de la presencia militar entre la población civil, y no logró pacificar el estado, contribuyendo en cambio a un incremento en la violencia durante su sexenio.
Plan de Seguridad de Enrique Peña Nieto: Plan Michoacán
En 2014, el presidente Enrique Peña Nieto presentó el Plan Michoacán como una respuesta al fracaso de la estrategia anterior, bajo la premisa de que «la violencia no se combate con más violencia», priorizando la prevención y la reconstrucción del tejido social para abordar la crisis de seguridad y desarrollo en la entidad. Este programa se estructuró en cinco ejes fundamentales: economía familiar y empleos, educación y cultura para la prosperidad, infraestructura moderna y vivienda digna, salud y seguridad social, y desarrollo social y sustentabilidad, con implementación inicial en cuatro municipios clave de la Tierra Caliente: Morelia, Apatzingán, Uruapan y Lázaro Cárdenas. Las acciones incluyeron programas sociales orientados a generar oportunidades económicas y mejorar las condiciones de vida, con el fin de desincentivar el reclutamiento por parte de los grupos criminales. A pesar de su enfoque integral, el plan fue considerado fallido, ya que los niveles de violencia persistieron y los resultados en términos de paz y estabilidad fueron cuestionables.
Plan de Seguridad de Andrés Manuel López Obrador: Plan de Apoyo Michoacán
El Plan de Apoyo Michoacán, anunciado por el presidente Andrés Manuel López Obrador en 2021, surgió en un contexto de violencia persistente al final del gobierno estatal de Silvano Aureoles, con el propósito de reforzar la seguridad mientras se impulsaba el bienestar social para apoyar al pueblo michoacano y contrarrestar las estrategias fallidas previas. Este esquema combinó medidas de seguridad con acciones sociales, incluyendo la implementación de programas prioritarios como la federalización de la nómina magisterial, el mejoramiento de la infraestructura hospitalaria y la coordinación de iniciativas de desarrollo por parte de Alfredo Ramírez Bedolla, designado como responsable estatal. Aunque no se detallaron ejes específicos más allá del énfasis en el bienestar, el plan buscaba integrar la pacificación con el combate a la pobreza y la desigualdad como raíces de la inseguridad. No obstante, al igual que sus predecesores, no logró reducir significativamente los índices de violencia, manteniendo los resultados en duda y la entidad en un ciclo de inestabilidad.
Plan de Seguridad de Claudia Sheinbaum: Plan Michoacán por la Paz y la Justicia
Anunciado el 4 de noviembre de 2025 por la presidenta Claudia Sheinbaum, tras el asesinato del alcalde de Uruapan, el Plan Michoacán por la Paz y la Justicia busca atender las causas profundas de la violencia mediante una estrategia integral y participativa, enfatizando que la seguridad se sostiene en la justicia, el desarrollo y el respeto a la vida, en lugar de guerras frontales. Estructurado en tres ejes principales —seguridad y justicia, desarrollo económico con justicia, y educación y cultura para la paz—, incluye acciones como el fortalecimiento de fuerzas federales contra homicidios y extorsiones, la creación de una Fiscalía Especializada en Delitos de Alto Impacto, oficinas presidenciales en municipios clave, mesas de seguridad quincenales, garantías de seguridad social para jornaleros agrícolas, inversiones en el sector rural de la Tierra Caliente, programas de reinserción para víctimas, becas, centros comunitarios y campañas culturales para fomentar el diálogo por la paz. Nutriéndose de aportes de la sociedad civil, mujeres, jóvenes y pueblos originarios, este plan representa un enfoque no vertical, con implementación inminente y énfasis en la colaboración interinstitucional para recuperar la estabilidad en Michoacán.



