Se le ve la cola a Pérez Cuéllar
Allegados a Cruz Pérez Cuéllar han convocado a una protesta mañana viernes a las 9:00 horas frente a las oficinas centrales de la JMAS, ubicadas en la calle Juan N. García, cerca del cruce con el eje vial Juan Gabriel. Esta manifestación busca visibilizar el descontento por los altos cobros y los cortes de agua que afectan a los usuarios. Sin embargo, la organización de la protesta parece centrarse más en las fobias de Pérez Cuéllar que en un movimiento ciudadano amplio, lo que podría limitar su impacto y cuestionar sus verdaderos objetivos. La falta de claridad sobre las demandas específicas, más allá de la queja general por los costos, podría debilitar el mensaje y la capacidad de negociación con las autoridades.
Convocatoria a usuarios afectados
La invitación a participar se ha extendido a quienes tengan recibos con adeudos o multas, pidiéndoles presentarse con su recibo e identificación oficial. Si bien esta estrategia busca personalizar la protesta y dar voz a los afectados, no se especifica cómo se gestionarán las quejas individuales o si existen propuestas concretas para resolver los problemas. La ausencia de un plan claro para canalizar las demandas podría convertir la manifestación en un evento simbólico sin resultados tangibles. Además, la falta de un liderazgo colectivo definido podría generar desorganización y restar legitimidad al movimiento.
Protestas recurrentes en diferentes oficinas
Los organizadores han anunciado que las protestas se realizarán todos los viernes, cada vez en una oficina distinta de la JMAS. Esta táctica busca mantener la presión sobre la dependencia, pero corre el riesgo de diluir la participación si no se logra una asistencia constante. La repetición de protestas semanales podría también cansar a los participantes si no se ven avances inmediatos. Además, la decisión de cambiar de locación cada viernes podría complicar la logística para los manifestantes, especialmente si no se garantiza una comunicación efectiva sobre los detalles de cada evento.
Escalamiento a Chihuahua
Al concluir las protestas en las oficinas locales, los manifestantes planean viajar a la ciudad de Chihuahua para protestar en la Junta Central de Agua y Saneamiento. Esta acción busca elevar el nivel de las demandas, pero plantea interrogantes sobre la viabilidad logística y financiera para los participantes. Sin un respaldo organizativo sólido, el traslado masivo podría quedar limitado a un grupo reducido, disminuyendo su impacto. Asimismo, no está claro si existen puentes de diálogo con las autoridades estatales o si este desplazamiento será solo un acto simbólico, lo que podría frustrar las expectativas de los manifestantes si no se logran resultados concretos…total, que cuando al diablo se le ve la cola, no es tan diablo.
De la Peña, registro opaco
La decisión de Santiago De la Peña Grajeda de registrarse como aspirante en el PAN sin revelar el cargo que busca genera sospechas de oportunismo calculado. En un proceso interno que debería priorizar la transparencia para fortalecer la confianza ciudadana, ocultar esta información clave fomenta especulaciones y debilita la legitimidad del partido, especialmente cuando el funcionario ocupa un puesto de alto nivel en el gobierno estatal.
¿Se decanta De la Peña?
Al calificar al diputado Alfredo Chávez como candidato idóneo para la Alcaldía de Chihuahua, De la Peña parece endosar alianzas internas que benefician a ciertos perfiles, ignorando posibles críticas a su trayectoria. Esta alabanza selectiva expone una dinámica de favoritismo que contradice el discurso de unidad, priorizando lealtades personales sobre una evaluación objetiva de méritos y resultados concretos.
Desdén por las encuestas
Descartar las encuestas internas con la frase «los resultados son la mejor carta de presentación» refleja una arrogancia peligrosa en un contexto donde el PAN perdió terreno nacional en 2024. Subestimar datos objetivos por autocomplacencia ciega al partido a la realidad electoral y lo condena a repetir errores, especialmente cuando Morena capitaliza el desgaste blanquiazul con narrativas de corrupción.
¿Regidores farsantes?
Aunque la Comisión de Desarrollo Urbano del Cabildo de Ciudad Juárez haya girado un oficio a Obras Públicas y otras dependencias, esta medida se limita a una burocracia dilatoria que no resuelve el peligro inminente en el bulevar Óscar Flores. Diariamente, niñas, niños y familias cruzan una vialidad sin infraestructura peatonal adecuada, exponiéndose a accidentes graves, como lo constataron los regidores al observar vehículos invadiendo el camellón. En una ciudad como Juárez, donde el tráfico es caótico y las estadísticas de atropellamientos peatonales son alarmantes, esperar evaluaciones indefinidas prioriza trámites sobre vidas humanas, revelando una desconexión crónica entre las autoridades y la urgencia ciudadana.
Visitas de campo, mero protocolo sin consecuencias
La visita al sitio por parte de los regidores Alejandro Daniel Acosta Aviña, Karla Michaeel Escalante Ramírez y Mireya Porras Armendáriz sirve como anécdota para justificar inacción, pero no genera soluciones concretas. Constatar riesgos evidentes —como el uso improvisado del camellón como cruce— sin proponer medidas provisionales inmediatas, como señalización temporal o patrullaje vial, demuestra una comisión reactiva en lugar de proactiva. En contextos urbanos donde la movilidad peatonal es ignorada sistemáticamente, estas inspecciones se convierten en excusas para posponer inversiones en seguridad, perpetuando un modelo vial centrado en vehículos que margina a los más vulnerables.
Alternativas vagas que evaden responsabilidad
Proponer «evaluar alternativas» como puentes, semáforos o adecuaciones viales suena prometedor, pero oculta la ausencia de un plan presupuestal definido y plazos claros. La Comisión elude comprometer recursos municipales, delegando todo a dependencias como Desarrollo Urbano y Seguridad Vial, lo que históricamente resulta en estudios eternos sin ejecución. En Juárez, donde proyectos de infraestructura peatonal acumulan retrasos por años —como en otras avenidas congestionadas—, esta ambigüedad garantiza que la problemática persista, priorizando el automóvil sobre el peatón y fallando en cumplir con estándares básicos de urbanismo inclusivo y seguro.
Elogio vacío a la participación ciudadana
El regidor Acosta Aviña califica los planteamientos ciudadanos como «fortalecedores» del trabajo de la comisión, pero esto es retórica hueca que maquilla la ineficacia institucional. Al atender solicitudes solo mediante oficios y visitas simbólicas, sin mecanismos de seguimiento público o rendición de cuentas, se deslegitima la voz vecinal y se convierte la participación en un trámite decorativo. En una demarcación donde las familias juarenses enfrentan riesgos diarios por negligencia histórica en planeación urbana, celebrar estas quejas como «directas» ignora que, sin resultados tangibles, solo alimentan frustración y desconfianza hacia un ayuntamiento que promete mucho y entrega poco.
