Montevideo, Uruguay.– Los rumores sobre la muerte del expresidente José Mujica comenzaron a circular cerca de las 23:00 horas del viernes 17 de enero en redes sociales como X, donde múltiples cuentas publicaron textos afirmando su presunto deceso. Sin embargo, estas versiones carecen de respaldo oficial y deben considerarse especulaciones hasta que se confirme la veracidad de la información.
El propio Pepe Mujica, en declaraciones ofrecidas hace poco más de un mes, habló sobre la gravedad de su cáncer de esófago, el cual es terminal, y expresó:
«Lo que pido es que me dejen tranquilo. Que no me acosen con entrevistas al pedo ni nada más. Sinceramente, me estoy muriendo, y el guerrero tiene derecho a su descanso.»
El 9 de enero de 2025, Mujica, de 89 años, ofreció una entrevista al semanario uruguayo Búsqueda, en la que abordó con franqueza los graves problemas de salud que enfrenta. El expresidente uruguayo reveló que el cáncer de esófago diagnosticado y tratado a finales de 2024 se ha extendido a su hígado.
Debido a su avanzada edad, Mujica explicó que no es apto para recibir tratamientos adicionales, como cirugía o terapia bioquímica, y enfatizó que su prioridad ahora es vivir en tranquilidad.
Rumores infundados
Aunque Mujica ha reconocido estar en un estado delicado de salud, los rumores sobre su muerte son, hasta ahora, infundados. Se espera que familiares o fuentes oficiales se pronuncien para desmentir o confirmar esta información en las próximas horas.
José Mujica, conocido como “Pepe”, es uno de los líderes más emblemáticos de América Latina. Exguerrillero, prisionero político, presidente y símbolo de austeridad, su vida es un ejemplo de resistencia y compromiso con los valores democráticos.
Una vida marcada por la lucha
Mujica, nacido en 1935, fue miembro de los Tupamaros, una guerrilla urbana que operó en Uruguay en los años sesenta y setenta. En 1970, fue capturado tras un enfrentamiento en el que resultó herido y protagonizó una fuga histórica junto a 110 presos a través de un túnel conectado al sistema de cloacas. Su lucha contra la dictadura le costó 13 años de prisión, muchos de ellos en aislamiento y bajo condiciones inhumanas, hasta su liberación en 1985, cuando Uruguay recuperó la democracia.
Legado como presidente
Tras dejar las armas, Mujica ingresó a la política formal. Fue diputado, senador y, en 2010, asumió la presidencia de Uruguay, a los 75 años. Su mandato se caracterizó por:
- Políticas progresistas: Legalizó la marihuana, despenalizó el aborto y aprobó el matrimonio igualitario, posicionando a Uruguay como un referente de derechos civiles en América Latina.
- Austeridad ejemplar: Donaba el 87 % de su salario presidencial a programas sociales y vivía en una modesta granja en las afueras de Montevideo junto a su esposa, la senadora y exguerrillera Lucía Topolansky. Allí, como ha dicho, espera la muerte.
Mujica rompió los moldes del político tradicional. Su lenguaje directo y su rechazo al protocolo lo hicieron cercano a la gente. Llegaba al parlamento en motocicleta y se vestía con ropa sencilla, incluso como presidente. Su historia de vida inspiró al cineasta serbio Emir Kusturica, quien realizó un documental sobre él para transmitir su mensaje humanista a nivel global.
Un ejemplo de estoicismo
Mujica es recordado no solo por sus reformas, sino también por su filosofía de vida, marcada por la simplicidad y el compromiso social. Actualmente, vive en su granja, donde cultiva flores y hortalizas. Aunque se retiró de la política activa, sigue siendo una figura influyente que inspira a líderes y ciudadanos en todo el mundo.
Reiteramos que Mujica vive con su característico estoicismo enfrentando un cáncer terminal y solo pide tranquilidad.