Algunos analistas políticos consideran que el decomiso de una tonelada y media de pastillas de fentanilo en Sinaloa, con la llegada de Omar García Harfuch, secretario de Seguridad Pública del gobierno mexicano, no ha sido lo suficientemente valorado. Se estima que el consumo de fentanilo en los Estados Unidos es de dos toneladas por año, lo que da una idea de la magnitud de esta acción de la SSP. Sin embargo, ni la prensa mexicana ni la estadounidense le dieron el eco suficiente, lo que pareciera un mensaje dirigido a Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos, quien hizo de la muerte de 100 mil norteamericanos por consumo de este opioide sintético uno de los principales ejes de su triunfo electoral en noviembre pasado.
Otra «desafortunada declaración» de Rocha Moya
La seguridad de García Harfuch es esencial. Su vida, por la labor que realiza, siempre está en riesgo, sobre todo ahora que se ha abandonado la estrategia de “abrazos y no balazos” como parte de la política de seguridad pública en el país, la cual se encuentra en un estado crítico, con extensos territorios bajo control del crimen organizado. El gobernador Rubén Rocha Moya, quien inexplicablemente sigue en el cargo, anunció la llegada del Secretario de Seguridad Pública a Sinaloa. La pregunta es: ¿a quién iba dirigido el aviso?
Sheinbaum lo llevó a la Mañanera
La presidenta Claudia Sheinbaum expuso con claridad la importancia del decomiso: “Equivale a 20 millones de dosis, con un valor estimado de ocho mil millones de pesos”. El operativo, resultado de una investigación de largo alcance, involucró a la Marina, la Sedena y la Guardia Nacional, y se llevó a cabo en los municipios de Guasave y Ahome.
Otro mensaje a Trump
También resulta interesante el decomiso de toneladas de mercancías chinas al desmantelar un gran mercado que operaba desde hace años en Izazaga 89, un edificio de 16 pisos con 1,600 locatarios. Por cierto, ayer se les devolvieron las mercancías. La larga lista de locatarios empezó a formarse a las ocho de la mañana, y con estricto control de identificación y productos a reclamar, comenzaron a empaquetar en cajas de cartón. ¿Cómo es que durante ocho años nadie notó la operación de un mercado de 16 pisos en el centro histórico, con casi dos mil locales?
La entrega de mercancías de ayer despierta inquietudes sobre la legalidad del operativo realizado el sábado pasado. Los comerciantes ahora están solicitando permiso para instalarse en las calles Izazaga, 20 de Noviembre e Isabel la Católica para vender las mismas mercancías que el sábado les decomisaron y ayer les devolvieron. Todos los productos son de origen chino. Al parecer, la acción que presumió Marcelo Ebrard solo ha aumentado el número de ambulantes en el centro de la capital del país.
La mercancía china invade el país
El cierre del mercado de Izazaga 89 no parece intimidar a los comerciantes chinos. En diversas partes del país, como en Ciudad Juárez, es evidente cómo buscan grandes edificios para comprar o rentar, ofreciendo una variedad de mercancías a precios que amenazan con acabar con el comercio local. En buena medida, estos productos ingresan de contrabando. Al no pagar impuestos de importación, sus precios son muy competitivos.
Aunque la Secretaría de Marina asegura una vigilancia férrea en los puertos, el contrabando continúa. El expresidente Andrés Manuel López Obrador afirmó repetidamente en sus «mañaneras» que los marinos son insobornables, pero los comerciantes chinos, con cinco mil años de experiencia, han perfeccionado técnicas para eludir las revisiones aduaneras, incluso bajo la estricta supervisión de las autoridades mexicanas.
¿Son mensajes ante la amenaza de aranceles?
Observadores políticos sugieren que estas medidas, tomadas después del amenazante mensaje de Donald Trump, buscan enviar señales al presidente electo desde Mar-a-Lago, el exclusivo spa con campo de golf donde reside. Estas acciones parecen orientadas a mitigar el discurso agresivo del impredecible político que asumirá el cargo el próximo 20 de enero.