Las prioridades de don Cruz
La decisión del alcalde Cruz Pérez Cuéllar de destinar recursos públicos a subsidios para la compra de toros por parte de ganaderos revela una desconexión flagrante con las necesidades urgentes de Ciudad Juárez. Mientras cientos de calles permanecen en condiciones precarias, con pavimentos deteriorados que representan un riesgo diario para los habitantes, el municipio opta por invertir en la ganadería, un sector que, aunque importante, no justifica el desvío de fondos en un momento de crisis urbana. Esta acción no solo ignora la movilidad y seguridad de los ciudadanos, sino que perpetúa una visión elitista donde los intereses empresariales priman sobre los ciudadanos, dejando a los contribuyentes con baches como único «regalo» de su administración.
Subsidios selectivos y opacos
El comunicado municipal presenta los subsidios como un «beneficio muy importante» para elevar la calidad del ganado, pero omite detalles cruciales sobre la transparencia en la distribución de estos 1 millón 250 mil pesos. ¿Cómo se seleccionaron los beneficiarios dentro de la Unión Ganadera? ¿Existe un mecanismo de rendición de cuentas para verificar que los toros adquiridos efectivamente mejoren la reproducción post-sequía? La entrega en el marco de Expogan parece más un acto propagandístico que una política bien fundamentada, especialmente cuando el apoyo municipal de 12 mil 500 pesos por animal se combina con el estatal de 15 mil, reduciendo el costo de ejemplares de 70-80 mil pesos. Esta opacidad genera sospechas de favoritismo, erosionando la confianza en una gestión que prioriza fotos con ganaderos sobre auditorías públicas.
Llamado a la rendición de cuentas
En última instancia, esta entrega de recursos expone la necesidad imperiosa de un escrutinio ciudadano y legislativo sobre las prioridades presupuestarias del municipio. Con calles en ruinas que afectan el transporte, la economía local y la calidad de vida, el alcalde Pérez Cuéllar debe justificar por qué 1.25 millones de pesos fluyen hacia la ganadería en vez de pavimentación. Eventos como este, rodeados de aplausos en ferias, no deben distraer de la realidad: los fondos públicos son de todos, no de unos pocos. Es hora de que la oposición y la sociedad civil exijan cuentas y transparencia en Ciudad Juárez.
¡Ah para rectorcito!
El rector de la Universidad Autónoma de Chihuahua (UACh), Luis Alfonso Rivera Campos, ha sido objeto de críticas por el uso inadecuado de su oficina oficial, convertida aparentemente en un espacio personal de ocio y almacenamiento. Según una publicación reciente en redes sociales, la rectoría se presenta como un área de juegos con elementos recreativos y un clóset improvisado para sus colecciones de jerseys deportivos, priorizando aficiones personales sobre las funciones administrativas esperadas de un líder universitario. Esta imagen, que circula ampliamente en Chihuahua, genera cuestionamientos sobre la seriedad con la que Rivera Campos aborda su rol, especialmente en una institución pública que enfrenta desafíos presupuestarios y demandas de transparencia, donde el espacio oficial debería destinarse a labores académicas y de gestión, no a pasatiempos elitistas.
Un viaje a Phoenix a la noroña
Uno de los episodios más controvertidos en la gestión de Rivera Campos fue el viaje a Phoenix, Arizona, en octubre de 2022, para asistir a un partido de la NFL entre los Cardinals y los Chargers. La rectoría autorizó un gasto de casi 200,000 pesos mexicanos, incluyendo la compra simulada de 53 boletos, aunque solo se comprobó el uso de 35, lo que sugiere irregularidades en la rendición de cuentas. Este derroche de recursos públicos, justificado vagamente como «actividad representativa», contrasta con las necesidades urgentes de la UACh, como la mejora de infraestructura y apoyo estudiantil, y resalta un patrón de prioridades cuestionables que priorizan el entretenimiento del rector sobre la función educativo.
Excesivos viajes y abuso de recursos públicos
La afición desmedida de Rivera Campos por los viajes ha escalado las críticas, con siete vuelos realizados en apenas tres meses durante 2023, sumando más de 311,000 pesos en viáticos, boletos y traslados. Estos desplazamientos, que incluyen destinos como Phoenix y otros eventos deportivos o académicos dudosos, no solo representan un abuso del erario público, sino que alimentan percepciones de un rector más enfocado en su agenda personal que en resolver problemas institucionales crónicos, como el deterioro de instalaciones universitarias que, irónicamente, se describe como «cayéndose a pedazos». Tal extravagancia ignora el contexto de austeridad que debería prevalecer en una universidad estatal.
Fallas en la gestión de quejas
Finalmente, la administración de Rivera Campos ha sido criticada por su manejo deficiente de quejas por violencia de género y acoso sexual, con 22 denuncias formales y 55 reportes entre 2023 y 2025, sin avances significativos en protocolos de prevención o sanción. Esta opacidad se suma a protestas sindicales de 2023, donde trabajadores bloquearon calles exigiendo su renuncia por presuntas irregularidades laborales y falta de diálogo. En un entorno donde la UACh debería ser un bastión de equidad y responsabilidad, estas fallas erosionan la confianza de la comunidad universitaria, convirtiendo la rectoría en un foco de controversia más que de liderazgo transformador. Ante estas situaciones, la frivolidad y desparpajo de Rivera Campos va en menoscabo de la institución.
El Tío Richie vs Morena
El festejo del 70 cumpleaños de Ricardo Salinas Pliego en la Arena Ciudad de México no fue solo una celebración personal, sino un claro acto de posicionamiento político que consolida su rol como antagonista principal del gobierno de Morena. Con más de 22,000 asistentes, el evento replicó dinámicas de mítines políticos, utilizando el espacio propio del empresario como un «Zócalo alternativo» para demostrar su capacidad de convocatoria. La sátira circense contra figuras clave de Morena, representadas como ratas y personajes corruptos, refuerza la narrativa de Salinas Pliego de un régimen inepto y corrupto, similar a las campañas mediáticas de TV Azteca. Esta puesta en escena, cerrada a la prensa oficial, implica un desafío directo al control narrativo del poder, donde el magnate usa su influencia económica para erosionar la legitimidad de Claudia Sheinbaum y el legado de Andrés Manuel López Obrador, posicionándose como un salvador outsider ante un público cautivo por regalos y entretenimiento.
Choque y presión para negociar
La confrontación explícita con el fisco, materializada en el guante lanzado a Sheinbaum sobre su deuda de 74,000 millones de pesos, revela implicaciones fiscales y políticas profundas. Salinas Pliego transforma su litigio personal en un símbolo de persecución selectiva contra empresarios disidentes, acusando al gobierno de priorizar la «destrucción» sobre la resolución negociada. Este reclamo, enmarcado en un discurso que califica a los funcionarios de «ineptos», no solo busca presionar por un arreglo rápido, sino que alimenta un discurso populista antiestatista. Políticamente, esto podría galvanizar a sectores empresariales y clases medias descontentas, recordando el fallido pacto de 2018 con AMLO, y posicionando al magnate como víctima de un autoritarismo fiscal que ahuyenta inversiones, en un México donde la polarización entre élites y el oficialismo se agudiza.
La Inteligencia Artificial como arma
Los videos generados con inteligencia artificial, como la parodia de Adán Augusto López y Andrea Chávez o la llegada triunfal de Salinas al Zócalo, ilustran una innovación en la guerra híbrida de desinformación. Estas herramientas permiten al empresario burlar regulaciones mediáticas y amplificar burlas virales contra el oficialismo. La implicación radica en el uso de la IA para humanizar y glorificar su figura mientras demoniza a opositores, un táctica que podría inspirar a otros magnates en campañas electorales futuras. Al evocar el Zócalo —símbolo de poder popular de AMLO—, Salinas Pliego reclama ese espacio simbólico, insinuando una aspiración a liderar movilizaciones masivas, lo que amenaza con fragmentar el monopolio de Morena sobre el afecto colectivo y fomentar un ecosistema de contenidos satíricos que erosionen la cohesión social.
Alianzas con la oposición conservadora
La participación de figuras como Enrique Krauze y Lilly Téllez, junto a conductores de TV Azteca, teje una red de alianzas entre intelectuales conservadores, políticos opositores y medios privados, fortaleciendo un bloque anti-Morena. Téllez, ex empleada de Salinas, lo elogia como «mexicano ejemplar» en un escenario que simula un llamado a la acción: «¿Cuánto más vamos a tolerar?». Esta retórica, culminando en coros de «¡Sí!» del público, implica un ensayo de movilización ciudadana que podría escalar a protestas reales contra políticas como el «Circo del Bienestar». Políticamente, consolida a Salinas como nexo entre el PAN y sectores independientes, coqueteando con una coalición de derecha que explote el descontento por la corrupción alegada, en un contexto donde su influencia en robótica y entretenimiento podría financiar iniciativas políticas encubiertas.
Coqueteo con la aspiración presidencial
El coqueteo con la presidencia, respondiendo a gritos de «¡Presidente!» con «Aún no es tiempo, faltan cinco años», proyecta una temporalidad estratégica que alinea su ambición con el ciclo electoral de 2030. Hablando de México como una «empresa mal administrada», Salinas Pliego aplica un marco neoliberal a la política nacional, criticando la austeridad morenista como ineficacia y llamando a un cambio gerencial. Esta visión implica un riesgo para la democracia al sugerir que la salvación nacional depende de un CEO filántropo, potencialmente atrayendo a votantes desencantados pero alienando a bases progresistas. Su ruptura con AMLO por la deuda fiscal se erige como pivote, transformando una disputa personal en un manifiesto contra la izquierda, que podría catalizar un renacimiento del conservadurismo empresarial si el gobierno responde con más escrutinio fiscal.
Vulnerabilidades en un clima polarizado
En última instancia, el baño de masas revela las vulnerabilidades de un sistema político polarizado, donde el poder económico de Salinas Pliego —quinto hombre más rico de México— compite directamente con el carisma estatal de Morena. La rifa de motos, conciertos con artistas como Carlos Rivera y la kiss cam fomentan lealtad orgánica, pero el circo de botargas con AMLO y sus hijos como narcos cruza líneas éticas, arriesgando demandas por difamación que intensifiquen el conflicto. Las implicaciones a largo plazo incluyen una posible radicalización de la oposición, donde eventos como este normalicen el uso de espectáculos para propaganda, erosionando el debate racional. Si Salinas logra liquidar su deuda, podría emerger como candidato viable; de lo contrario, su campaña perpetua contra el gobierno podría desestabilizar la transición de Sheinbaum, recordándonos que en México, los cumpleaños de magnates son tan políticos como las mañaneras.
