Rafah, Franja de Gaza.- Israel lanzó este domingo una serie de ataques aéreos en el sur de la Franja de Gaza, específicamente en la ciudad de Rafah, tras denunciar que combatientes palestinos dispararon un misil antitanque y armas de fuego contra sus tropas. El ejército israelí calificó el incidente como una “flagrante violación” del acuerdo de alto el fuego vigente desde el 10 de octubre, prometiendo una respuesta contundente. Por su parte, Hamás negó cualquier conocimiento de enfrentamientos en la zona, asegurando que las áreas atacadas están bajo control israelí.
El acuerdo de cese de hostilidades, impulsado por el presidente estadounidense Donald Trump como parte de su plan para poner fin al conflicto en Gaza, entró en vigor hace poco más de una semana. En su primera fase, se logró la liberación de todos los rehenes vivos capturados por Hamás durante el ataque del 7 de octubre de 2023, así como la repatriación a Israel de los restos de 12 de los 28 fallecidos. A cambio, Israel liberó a 250 prisioneros palestinos y a 1.718 detenidos en Gaza, además de devolver 15 cuerpos de palestinos.
El ataque de 2023, liderado por Hamás, dejó un saldo de aproximadamente 1.200 muertos en el sur de Israel y 251 personas tomadas como rehenes, desencadenando una ofensiva militar israelí que, según el Ministerio de Salud de Gaza, ha causado al menos 68.000 muertes en el enclave. Las cifras, reportadas por las autoridades locales dirigidas por Hamás, son consideradas fiables por la ONU.
Ataques en Rafah y acusaciones cruzadas
Las Fuerzas de Defensa de Israel (FDI) afirmaron que el ataque en Rafah se produjo mientras sus tropas desmantelaban infraestructura terrorista en la zona. Según su declaración, los “terroristas” dispararon contra las fuerzas israelíes, lo que llevó a una respuesta inmediata con bombardeos aéreos dirigidos a túneles y estructuras militares. La oficina del primer ministro Benjamin Netanyahu confirmó que se ordenó a los altos mandos militares actuar con firmeza contra objetivos en la Franja.
Hamás, por su parte, rechazó las acusaciones. Las Brigadas al-Qassam, su ala militar, aseguraron no tener contacto con sus combatientes en Rafah desde la reanudación de hostilidades en marzo de este año, debido al control israelí sobre más del 50% de Gaza. “No tenemos ninguna conexión con lo que ocurre en esas zonas”, declararon, señalando que las áreas atacadas son “zonas rojas” bajo ocupación israelí.
Violencia interna y caos en Gaza
Una fuente local, que habló con BBC News, ofreció una versión distinta del incidente. Según esta, el enfrentamiento comenzó cuando combatientes de Hamás atacaron a un grupo afiliado a las Fuerzas Populares de Yasser Abu Shabab, una facción que Hamás acusa de ser armada y apoyada por Israel para desestabilizar su control en Gaza. El fuego de tanques israelíes sorprendió a los militantes, seguido de bombardeos aéreos que, según residentes cercanos al Hospital Europeo, estuvieron acompañados de intensos bombardeos de artillería que sacudieron Rafah.
Hamás, que ha gobernado Gaza durante 18 años, enfrenta crecientes desafíos para mantener el control. Según fuentes locales, ha desplegado unos 7.000 efectivos de sus fuerzas de seguridad para contrarrestar el caos generado por grupos armados rivales. La organización acusa a Israel de financiar a estas facciones para saquear convoyes de ayuda humanitaria y fomentar la inestabilidad.
Advertencias internacionales
Los ataques en Rafah se produjeron poco después de que Estados Unidos alertara sobre “informes creíbles” de un posible ataque inminente de Hamás contra civiles en Gaza, lo que Washington calificó como una violación grave del alto el fuego. El Departamento de Estado exigió a Hamás cumplir con los términos del acuerdo, advirtiendo que cualquier acción armada socavaría los avances logrados en las negociaciones mediadas por Egipto, Qatar y Turquía. Trump, por su parte, ha amenazado con medidas drásticas si Hamás continúa atacando civiles, aunque aclaró que no enviará tropas estadounidenses al enclave.
Un frágil equilibrio en Gaza
El acuerdo de alto el fuego establece que Hamás debe desarmarse para garantizar que Gaza no represente una amenaza para Israel o su población. Sin embargo, la falta de una fuerza internacional robusta en el terreno aumenta el riesgo de enfrentamientos entre facciones palestinas. La semana pasada, violentos choques entre las fuerzas de seguridad de Hamás y miembros del clan Dughmush en la ciudad de Gaza dejaron 27 muertos, en uno de los episodios más sangrientos de violencia interna desde el fin de las operaciones militares israelíes a gran escala.
Mientras tanto, la población de Gaza sigue atrapada en un ciclo de violencia e inestabilidad. Los bombardeos del domingo, acompañados de explosiones que resonaron en Rafah, son un recordatorio de la fragilidad del alto el fuego y de las profundas tensiones que persisten en la región. Sin una resolución clara y el cumplimiento estricto de los acuerdos, el riesgo de una escalada mayor sigue latente.



