“Ha hecho rodar una granada gigante en medio de la capital (Washington) del país y ha observado con malvado regocijo quién huye y quién se lanza sobre ella. Basta decir que, hasta ahora, ha habido más de lo primero que de lo segundo. Trump ha dicho que el ‘verdadero poder’ es la capacidad de generar miedo, y parece haberlo conseguido”, señala el analista del New York Times, Peter Baker, en un extenso análisis sobre el discurso y los nombramientos de Donald Trump, presidente electo de los Estados Unidos.
Según Baker, Trump se prepara para hacer añicos las instituciones como ningún presidente lo había hecho antes. Claramente, esta tendencia se está replicando en varios países.
El analista advierte sobre las trampas que podría utilizar el presidente electo para nombrar colaboradores sin la confirmación del Senado: “Se reescribiría el equilibrio de poder establecido por los fundadores de la nación hace más de dos siglos”.
En cuanto al elegido para el Departamento de Justicia, señala: “Ha escogido a un congresista lanzador de bombas que ha pasado su carrera atacando a sus compañeros republicanos y eludiendo acusaciones de tráfico sexual y de drogas para dirigir el mismo Departamento de Justicia que lo investigó, aunque no lo acusó, por sospechas de tráfico de menores”.
Sobre Robert Kennedy Jr., comenta: “Ha elegido a un teórico de la conspiración sin formación médica, que menosprecia los fundamentos de la atención médica convencional, para dirigir el Departamento de Salud y Servicios Humanos”.
El extenso análisis deja al lector consternado, pero refleja una realidad inevitable: Trump actúa con todo el poder. Por primera vez en 20 años, los republicanos han ganado ambas cámaras del Congreso y el voto popular.
Demoledor, Baker continúa: “Ha nombrado a un presentador de televisión de programas matutinos de fin de semana, con un historial de defensa de criminales de guerra convictos y un tatuaje de cruzado cristiano adoptado como símbolo por la extrema derecha, para dirigir las fuerzas armadas más poderosas de la historia. También ha designado a una exrepresentante que ha defendido a dictadores de Medio Oriente y ha replicado posturas alineadas con Rusia para supervisar las agencias de inteligencia de la nación”.
Según Baker, con una composición diferente en el Congreso, ninguno de estos candidatos habría pasado los filtros, pues los considera así de impresentables.
“El mensaje a Washington es sencillo”, asegura Roger Stone, viejo amigo de Trump, conocido por su reputación de estratega político sin escrúpulos: “‘Las cosas van a ser diferentes’, dijo en un mensaje de texto”.
En otra parte del análisis, Baker escribe: “Por decir algo. ‘Hay algo en esta ciudad, en la capital imperial, que ha cambiado en las últimas 48 horas’, comentó Stephen Bannon, autodenominado agitador y exestratega de la Casa Blanca de Trump, en su pódcast la semana pasada. ‘Es una sensación de que ha habido un cambio sísmico en la cultura política. Y, oye, creo que saben que no vamos a volver atrás’.
Trump, por supuesto, no ocultó su deseo de destrozar el statu quo de Washington durante su campaña. Era parte de su atractivo. Muchos de sus partidarios coinciden con su argumento de que el sistema está fundamentalmente roto y necesita ser destruido. En su opinión, mantener las cosas como estaban ha beneficiado a la clase privilegiada a expensas de los ciudadanos estadounidenses. Según él, el gobierno se ha corrompido completamente y se ha vuelto contra los conservadores y su modo de vida”.
El discurso de Trump, al parecer, se ha convertido en una tendencia entre los nuevos gobiernos, incluido el de México.
El análisis de The New York Times examina cada nombramiento y sus respectivas implicaciones, todas igualmente desalentadoras para Estados Unidos y el mundo. El orden multipolar aún no se concreta, mientras los vecinos del norte siguen siendo la potencia económica y militar dominante.
El extenso análisis concluye con esta afirmación: “Estoy seguro de que no se ha investigado a ninguno de estos candidatos (…) todas son decisiones espontáneas de Trump y luego anuncios por tuit. Sin proceso, sin entrevistas, sin investigación, solo caos. Tenía un mandato para hacer frente al precio de los huevos. La cuestión es: ¿ese mandato se extendió a esta locura?”.