El presidente de los Estados Unidos, una de las personas más protegidas del planeta y uno de los menos accesibles al público, debiera ser objetivo a larga distancia para un bromista y desea divertirse.
Pero el presidente Trump le gusta atender sus propias llamadas telefónicas y prefiere saltarse el protocolo, lo que algunas veces mete en problemas al personal de la Casa Blanca. Razón por la cual el pasado miércoles, el presidente de Estados Unidos se vio sorprendido mientras volaba en el Air Force One, por un comediante radial, luego que marcara a la central telefónica que recibe las llamadas entrantes de la Casa Blanca haciéndose pasar por un ayudante de un senador de los Estados Unidos.
El resultado fue una conversación improvisada de seis minutos, en medio de risas ahogadas, sobre inmigración y la Corte Suprema entre el presidente y el presentador de radio y comediante John Melendez, conocido por sus oyentes como «Stuttering John».
«¿Estás listo para la llamada?», Le preguntó un oficial de comunicaciones móviles de la Casa Blanca al Sr. Meléndez antes de conectarlo con el Sr. Trump. Era él.
En cuanto Trump, pensó todo el tiempo que estaba atendiendo una llamada del senador Robert Menendez, demócrata de Nueva Jersey, que parecía tener un asunto legislativo urgente que quería plantear.
«Felicidades por todo, estamos orgullosos de usted», dijo el Presidente a modo de saludo, al parecer aludiendo a la reciente absolución del Sr. Menéndez por cargos de corrupción y una decisión posterior del Departamento de Justicia de no continuar la investigación. «Pasaste por una situación muy, muy difícil y no creo que hay sido una situación muy justa».
En realidad, estaba hablando con el Sr. Melendez, que llamó a la Casa Blanca, con un exagerado acento británico y se identificó como Sean Moore («Sean, como Sean Connery y Moore, como Roger Moore, actores que personificaron al agente OO7»), un ayudante del Sr. Menéndez, que, según dijo, necesitaba urgentemente hablar con el Sr. Trump.
Los funcionarios de la Casa Blanca se negaron a emitir comentarios sobre cómo se le permitió al bromista comunicarse con el presidente. Pero el podcast del Sr. Meléndez indica que el proceso fue sorprendentemente fácil.