¡Es risueña y le hacen cosquillas! La senadora juarense Andrea Chávez Treviño fue nombrada vocera de la fracción mayoritaria de Morena en el Senado por su mentor, el coordinador de la fracción morenista Adán Augusto López; sin embargo, se dio formalidad al nombramiento y este se aprobó por mayoría unánime de los senadores, según consignó en su cuenta de X la propia Andrea.
Tiene experiencia
Andrea Chávez tiene experiencia en actividades de manejo con los medios de comunicación. En la presidencia partidista de Mario Delgado, fue la secretaria de Comunicación Social del Comité Ejecutivo Nacional de Morena, una labor similar que la pone en el foco de la atención de los medios de comunicación de la capital del país, lo que le dará una gran exposición ante la opinión pública.
Oportunidad y riesgo
Por sus participaciones en la tribuna del Senado, y antes en la Cámara de Diputados, es claro que tiene un discurso muy articulado, lo que significa que tiene facilidad de palabra y habla de corridillo. De hecho, tiene una especie de contraparte en la oposición, concretamente en el PAN, con la también senadora Lilly Téllez, quien también es muy articulada y habla de corridillo. La comparación con la sonorense no es gratuita, ya que Chávez también maneja un discurso rijoso y contestatario y es de improntos.
Chávez Treviño encampañada
El nombramiento como vocera del Grupo Parlamentario de Morena en el Senado, a primera vista, es una gran oportunidad para los planes de la juarense de buscar la gubernatura en 2027, como lo ha dicho a sus cercanos y demostrado con más de un acto o mensaje en X, donde recientemente afirmó que “el relevo generacional (en la política y Morena) tiene rostro de mujer (…) Chihuahua no será la excepción”.
Los riesgos que corre
Parece miel sobre hojuelas lo que viene para Andrea Chávez, pero su rijosidad natural y su propensión a la sobreexposición mediática pueden ser contraproducentes; ya lo hemos dicho, pero lo repetimos: quien mucho habla, mucho se equivoca, y la senadora habla mucho, de hecho, demasiado… ¡es risueña y le hacen cosquillas! Veremos y diremos.