Luego del regalazo que acaban de darle al expresidente Andrés Manuel López Obrador con la reforma judicial —regalo que, a decir de Gerardo Fernández Noroña, fue producto de la genialidad política del propio exmandatario y con el cual se venga de las resoluciones de la Suprema Corte, que no lo favorecieron durante su mandato—, hay un regalo que el alcalde Cruz Pérez Cuéllar puede hacerle al líder moral de Morena y, de pasada, los juarenses le quedaríamos muy agradecidos.
Hay en las calles Ramón Rayón y Melchor Ocampo, en lo que podría ser el centro o El Barrio Alto, un zoco árabe horrible, un mercado que fue originado por el cumplimiento, por parte del alcalde Jesús Macías, de un capricho al entonces líder de la CNOP, Víctor Valencia de los Santos; actualmente, está en el abandono y lleno de basura. Un acto de ignorancia y un atentado al patrimonio cultural e histórico del país… ni modo, a lo hecho, pecho.
En esa cuadra estuvo hasta principios de los noventa del siglo pasado, hace poco más de 30 años, el Cuartel del 15, en donde oficialmente se consumó la Tercera Transformación —estamos en modo Morena—; ahí, a mitad del patio, el general porfirista Juan N. Navarro rindió la plaza, entregando simbólicamente su espada a Garibaldi, en quien Francisco I. Madero delegó esta tarea, menospreciando a los vencedores por el lado de los revolucionarios: Pascual Orozco y Francisco Villa.
Ahí se consumó la Revolución de 1910, y el simbolismo que ello reviste para el Cincinato de Macuspana es de gran relevancia seguramente; de hecho, apostamos doble contra sencillo que dejaría su retiro en Palenque para acudir a la ceremonia que se realice con motivo de la reconstrucción del histórico cuartel.
Solo se requieren adobes y ladrillos rojos; el espacio es pequeño, no más de tres mil metros cuadrados, y aún queda, por lo que fue su frente en la calle Melchor Ocampo, el asta bandera original.
Este regalo a López Obrador y, de pasada, a los juarenses —mejor dicho, a los mexicanos— sería de una trascendencia inconmensurable, y el presupuesto para la reconstrucción, insistimos, es muy bajo para la importancia de su eventual realización. Una reconstrucción como la que aquí proponemos tiene como primera regla que se haga con los materiales originales, y sobre los planos de la misma hay mucha evidencia fotográfica que permitiría una reproducción fiel.
Un paso en el rescate del centro
Es un proyecto que, bien operado, es autosustentable, ya que sería un lugar inmejorable para un museo de sitio sobre la Toma de Ciudad Juárez y también podría instalarse ahí un mercado de artesanías, ya que el Cuartel del 15 era un simple cuadro de adobe con un sombreado también cuadrado y sostenido con postes de madera, de una gran simplicidad arquitectónica y solo en su entrada principal y única algunos trabajos de embellecimiento en ladrillo rojo muy sencillos.
Mucho hay que hacer por el rescate del patrimonio histórico y cultural de la ciudad fronteriza, y este es un buen principio o proyecto a corto plazo… además, un regalazo para Andrés Manuel López Obrador, quien es un gran estudioso de la historia nacional y sabrá apreciarlo.