1.-Carlos Manzo Rodríguez asumió la presidencia municipal de Uruapan, Michoacán, en septiembre de 2024, tras ganar las elecciones como candidato independiente con un abrumador 66% de los votos, convirtiéndose en el primer alcalde no partidista de la historia del municipio. Hijo de un activista social local, Manzo, egresado en Ciencias Políticas y Gestión Pública del ITESO, había sido diputado federal por Morena entre 2021 y 2024, pero rompió con el partido para impulsar una agenda centrada en la seguridad y el medio ambiente. Desde sus primeros días en el cargo, enfatizó la reconstrucción de la policía local, afectada por bajos salarios y falta de recursos, y anunció incentivos como recompensas de hasta un millón de pesos por decomisos de armas o narcóticos, marcando un tono de confrontación directa contra la delincuencia organizada que asolaba la región aguacatera.
2.- En los meses iniciales de su gestión, Manzo implementó patrullajes personales en zonas boscosas de alto riesgo, vistiendo chaleco antibalas para supervisar operativos contra huertas de aguacate controladas por cárteles como el CJNG. Su retórica dura, apodado «El Bukele Mexicano», lo llevó a declarar que los delincuentes armados debían ser abatidos sin piedad, lo que generó controversia y choques con el gobernador Alfredo Ramírez Bedolla y la presidenta Claudia Sheinbaum, defensores de la estrategia federal «Abrazos, no balazos». En mayo de 2025, desafió públicamente a Sheinbaum a probar la efectividad de su política en Uruapan, mientras cancelaba eventos como el Grito de Independencia tras el asesinato de un policía, solicitando apoyo federal para combatir el uso de armas exclusivas del Ejército por parte de los criminales.
3.- A lo largo de su mandato, que apenas superaba el año, Manzo activó múltiples «códigos rojos» ante amenazas inminentes, como tras la captura de líderes narco como «El Rino», alertando a la ciudadanía para resguardarse y pidiendo refuerzos de la Guardia Nacional y el Ejército. Viajó a la Ciudad de México para agilizar la compra de vehículos blindados y, en septiembre de 2025, reiteró su llamado urgente al secretario de Seguridad Omar García Harfuch, advirtiendo: «No quiero ser otro más de la lista de los ejecutados». Su protección personal se reforzó en diciembre de 2024 y nuevamente en mayo de 2025 con 14 elementos de la Guardia Nacional, reflejando la escalada de riesgos en un municipio rodeado de cerros controlados por grupos delictivos dedicados a homicidios y extorsiones.
4.- La gestión de Manzo culminó trágicamente el 1 de noviembre de 2025, cuando fue asesinado a balazos en la Plaza Morelos durante el Festival de las Velas, un evento del Día de Muertos donde posaba con niños. Recibió ocho impactos en abdomen y brazo, mientras su escolta y un regidor resultaron heridos; el atacante fue abatido en el sitio. Su muerte provocó una ola de condenas, incluyendo del gobernador Bedolla, y cuestionamientos al gobierno federal por la vulnerabilidad de Uruapan tras el retiro de 200 elementos de la Guardia Nacional. En apenas 14 meses, Manzo dejó un legado de valentía y mano dura, pero también un recordatorio de los límites de la acción local frente al crimen organizado en México.



