1 Donald Trump elige a un “halcón” como embajador de Estados Unidos en México. Ronald Johnson nació en el sur profundo de los Estados Unidos, en un pequeño pueblo del norte de Alabama llamado Hartselle, con un ingreso per cápita bajo. El ejército fue su boleto de salida del pueblito con apenas más de 14 mil habitantes. Fue militar por poco más de 10 años, sirviendo con los Navy SEALs, una unidad de élite de la Armada de Estados Unidos que se especializa en operaciones de comando, demoliciones, infiltraciones y ataques directos. Su nombre es un acrónimo de SEa, Air, Land, que significa mar, aire y tierra. Johnson se retiró de este cuerpo en 1998 e ingresó a la CIA, de la cual salió tras 20 años de servicio para ser embajador en El Salvador a propuesta del propio Trump en su primer periodo presidencial. Se retiró con el grado de coronel de la unidad de los boinas verdes. Cuando llegó a El Salvador declaró: “Espero trabajar con el pueblo salvadoreño en temas que mejorarán la seguridad y prosperidad de ambas naciones». El tema de las maras salvatruchas era el gran problema del país centroamericano. Nayib Bukele era el alcalde de la capital, San Salvador, y un año después, Ron Johnson estuvo en su toma de posesión como presidente de El Salvador. También le tocó presenciar las drásticas medidas de seguridad impuestas por Bukele para frenar el dominio de las maras, entiéndase pandillas.
2 La encomienda de Trump en 2018 a su amigo, el coronel en retiro Ron Johnson, en su viaje a El Salvador fue ayudar a reducir el impacto de los grupos criminales y los flujos migratorios. Ahora, cuando anunció su nominación para embajador de los EE.UU. en México, escribió en sus redes: “Juntos, vamos a poner fin a los crímenes de los migrantes, detener los flujos ilegales de fentanilo y otras drogas peligrosas a nuestro país, y hacer a Estados Unidos seguro otra vez”. Así lo señaló el presidente electo en una publicación en Truth Social, red social de su propiedad. Trump afirmó que Johnson trabajará junto a Marco Rubio, su próximo secretario de Estado, para impulsar políticas que defiendan los intereses nacionales de Estados Unidos en México. El nombramiento aún tiene que ser ratificado por el Senado estadounidense, controlado por una mayoría republicana. El exagente de la CIA sustituirá en el mes de enero a Ken Salazar. El anuncio de su nominación hizo que la presidenta Claudia Sheinbaum declarara en la Mañanera del Pueblo que “con este embajador o con otros vamos a defender nuestra soberanía, nuestra condición de igualdad y vamos a colaborar y a cooperar en todo lo que se requiera, pero siempre en interés del pueblo de México y de la nación”.
3 Johnson es graduado de la Universidad Estatal de Nueva York y obtuvo una maestría por la Universidad Nacional de Inteligencia. Ha vivido seis años en Latinoamérica y habla español, de acuerdo con su perfil oficial. Tiene una trayectoria de más de cuatro décadas en el servicio público estadounidense y es especialista en seguridad. Estuvo de 1984 a 1998 en el Ejército de Estados Unidos. Trump destacó su amplia experiencia como “boina verde” y su paso por la CIA, donde estuvo involucrado en tareas de inteligencia para combatir el narcotráfico y el terrorismo, incluso con misiones en Irak y Afganistán. También fue asesor en jefe del Comando Sur, una institución clave del Pentágono para coordinar la política militar de Washington para América Latina, con excepción de México. La propuesta de Ron Johnson fue sorpresiva ya que se hablaba de Kari Lake, una ultraconservadora de Arizona. Por cierto, el segundo a bordo de Marco Rubio es el exembajador de EE.UU. en México, Christopher Landau, quien ya había sido embajador en México durante la primera presidencia de Trump. Landau fue nombrado el fin de semana como subsecretario de Estado, solo por debajo de Rubio. Trump completa así un equipo de funcionarios dedicados a endurecer la política migratoria y las acciones de Estados Unidos en la guerra contra las drogas.
4 Los nombramientos de Marco Rubio y de Landau son interpretados por observadores de ambos lados de la frontera como un interés sin precedentes en la región. “Se abre una etapa monumental para las relaciones con América Latina”, se dijo en una mesa redonda organizada por el Wilson Center. Bonnie Glick, de la Fundación para la Defensa de las Democracias y antigua número dos de la agencia para la cooperación para el desarrollo estadounidense (USAID), señaló: “Por primera vez vamos a tener un secretario de Estado y un subsecretario expertos en América Latina, ambos hablan español de manera fluida y están profundamente interesados por las relaciones de Estados Unidos en la región”. En este marco, Trump amenaza con deportaciones masivas y el cierre de la frontera si el gobierno de Sheinbaum no da muestras de contener los flujos migratorios y el tráfico de drogas. El republicano también anunció que planea designar a los cárteles del narcotráfico como grupos terroristas, lo que puede abrir la puerta a intervenciones militares de Estados Unidos en territorio mexicano, de acuerdo con las leyes de ese país. Todas son áreas en las que el exboina verde tiene experiencia. Johnson no tiene credenciales en temas de comercio, otro de los pilares de la relación bilateral. La renegociación del Tratado de Libre Comercio entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), prevista formalmente hasta 2026, será uno de los asuntos que marcarán el pulso diplomático. Se nombra a un embajador que está listo para ir contra los narcotraficantes, pero nada o poco aportará, según su biografía, a la relación comercial bilateral.