1 El profesor Martín Chaparro Payán, nativo de Casas Grandes y radicado en Ciudad Juárez desde 1990, merece una pequeña revisión de su andar por la política, en la que ha destacado por circunstancias ajenas a sus talentos. Aquí se aplica muy bien que el hombre es él y sus circunstancias, parafraseando a José Ortega y Gasset. Las circunstancias han hecho de Martín Chaparro un presunto aspirante a la gubernatura de Chihuahua, buscando la postulación de Morena. La verdad se debe decir por cruda que sea, no le alcanza, y si en este momento tiene una cobertura mediática inusitada para su real estatura política, es un fenómeno que no me explico y por ello trataré de dilucidar. Es claro que viene a hacer ruido para tratar de lograr una posición política que lo mismo puede ser una regiduría que una diputación federal o estatal. Para nadie dentro de Morena es sorpresa el destape del profesor Martín Chaparro, miembro distinguido de los chuchos del extinto PRD. Su figura cobró notoriedad después de la renuncia de Víctor Quintana a la presidencia estatal de Morena para irse a la aventura con Javier Corral, que, dicho sea de paso, no fue nada del agrado de AMLO, quien no perdía oportunidad cada vez que se encontraba con alguien de estas tierras norteñas para saber sobre Quintana y, de pasada, dejar clara su opinión de él, cuando decía: “¿Y cómo está su flamante secretario de Desarrollo Social?” en tono burlón… Le dolió la salida de Quintana. Pero bueno, aquí, en 2016, es cuando Martín Chaparro empieza a ser la figura política que no había sido con el PRD y los chuchos.
2 Volviendo a la historia del profesor Chaparro, debe recordarse que la familia feliz de Morena a nivel estatal la componían la triada Quintana/Ramírez Cuéllar/Luján (El Barzón). Justamente Bertha Luján era la matriarca y verdadero poder del minúsculo partido que era Morena antes de 2018. La salida de Quintana para irse a la administración estatal movió mucho los balances internos. Al prácticamente desintegrarse la triada de Luján, ya que ella, desde México y sin Víctor Quintana, no podía mantener el control, entonces Juan Carlos Loera, en alianza con Ariadna Montiel y otra tribu comandada por los profesores Magdaleno García Castro, José Mauricio Padilla y Martín Chaparro Payán, se disputaron el control de Morena. La estrategia Loera/Montiel fue dejar las dirigencias en manos de los profesores, pero les quitaron el poder, ya que se quedaron con las secretarías de Organización, Finanzas y la Secretaría del Consejo; en otras palabras, les dejaron el trono, pero no el poder. A la triada de profesores algo les quedaba de cuando fueron los representantes de los chuchos del PRD en Chihuahua; aún quedaba alguna base social que Loera/Montiel no querían perder. La relación con los loeristas, que para 2018 ya contaban con el apoyo de Ariadna Montiel y Martín Chaparro, nunca fue sana, fue de confrontación abierta. Fue tal la enemistad entre Martín Chaparro y los Loera/Montiel que el de Casas Grandes intentó varias jugarretas, y una que otra le salió. La bienvenida de Cruz Pérez Cuéllar corrió por parte de Martín Chaparro, no al principio, pero sí en el camino. La llegada de Pérez Cuéllar a Morena no fue bien vista por varios miembros del partido. Si bien la entrada no se le debe atribuir a Chaparro, sí su cimentación.
3 Llegaron las elecciones de 2018 y los Loera/Montiel se repartieron el pastel. Solo la senaduría se les salió de la mano. En el primer puesto iba Leticia Ortega, pero por una mala jugada del destino al momento de revisar las encuestas, salió victoriosa Bertha Caraveo, y el resultado se debió a que la gente confundió a Bertha con Vicky Caraveo y salió arriba en las encuestas la otra Caraveo. Sobre el segundo lugar de la lista, lo dejaron a un lado, toda vez que se había calculado que, si bien AMLO iba a ganar, lo que no sabían es que AMLO no solo iba a ganar, sino que iba a arrasar. Ese segundo lugar era nada más y nada menos que Cruz Pérez Cuéllar. Lo demás es historia. Como agradecimiento a su apoyo, Cruz lo nombró como vicepresidente para su primer mandato. Eso habla bien de Cruz, toda vez que todo aquel que le abre la puerta tiene su recompensa. Varios de los regidores que están ahora con Cruz fueron los mismos que Martín Chaparro le presentó y que le dieron la bienvenida a Morena. Martín Chaparro fue exiliado al gobierno federal por el mismo AMLO a un puesto de cuarto nivel, que, dicho sea de paso, en una de sus últimas mañaneras hizo referencia al profesor Chaparro. AMLO lo considera un chucho, pero siempre fue agradecido con él por mantenerse firme en el movimiento y no salirse, como lo hizo Víctor Quintana. El paso por la SEP de Martín Chaparro fue efímero. La Secretaría Técnica de Educación Media Superior no era gran cosa; el mismo Chaparro llegó a decir que se sentía como un exiliado, que lo mandaron a la congeladora a un escritorio a calmarse y gozar de un buen salario para jubilarse, y así AMLO pagar sus deudas a un “aliado”.
4 Con la reelección de Cruz Pérez Cuéllar a la presidencia municipal de Ciudad Juárez se presentó la oportunidad de regresar a Chihuahua al profesor Chaparro. Sin embargo, ya en el cargo, todo fue ocurrencias y se vio la nula preparación que posee Chaparro Payán. Llegando, quitó y puso funcionarios, pero Cruz (que andaba de campaña) mandó un mensaje claro: no le muevas mucho. Entre los casos más sonados fue el querer mover al jefe de la policía; vaya osadía del profesor, que en unos meses que iba a durar en el poder se movió de tal manera que terminó obviamente mal. Le bastó a Cruz ver el actuar del profesor para darse cuenta de que lo suyo es la docencia y la teoría de la política, porque en la práctica, un cero. Llegando Pérez Cuéllar a su segundo término, le dijo gracias al profesor, de ahí que Martín despotrique en contra de Cruz, a quien alguna vez llegó a defender y publicitar. La herencia de Chaparro a Cruz fue una serie de regidores de esos que tiran a tontolones e inútiles. La realidad es que el profesor Chaparro es un zombi de la política, quien a sus allegados dijo: “Le voy a tirar a lo grande para ver qué cae”, o sea, que puede que diga que va a la presidencia o la gubernatura y en realidad va a buscar lo que caiga. Pero primero tiene que demostrar la máxima de la escuela de la política: “Vales lo que mueves”, y el profesor anda juntando lo que puede con un discurso duro y contra todos… Aunque figura menor, la verdad ha llamado la atención, pues no deja de ser parte de la lucha interna de Morena por las candidaturas del 2027.