Si la presidencia de lópez es una gran calamidad, la peor tragedia nacional es no contar con una oposición organizada.
Oposición popular, dispersa, sí que la hay.
A todas luces millones de mexicanos repudiamos o simplemente no estamos de acuerdo con este gobierno y el número crece día con día, gracias al tesón de lópez.
Pero ¿quién nos representa?
¿Qué opciones tenemos para las próximas elecciones?
Un hecho evidente es que conforme cae lópez, no suben proporcionalmente las preferencias ni las simpatías por los partidos de oposición.
Ora sí que está flaca la caballada.
En principio debemos partir de que por muy molestos que estemos con lópez, muy pocos son quienes quisieran voltear hacia atrás.
Es un maniqueísmo de lópez plantear la falsa dicotomía de que sí no estás con él y con su demencial proyecto, significa que estás a favor del pasado.
Otra falsedad es el mentado prian, lo cual en estos momentos cruciales es una verdadera lástima. Si algo está claro en los medios opositores es que PAN y PRI no están dispuestos a una alianza electoral.
EL prian es sólo una trampa en la que han caído, principalmente los seguidores «leales a ciegas», como lópez los prefiere, sus «mascotas» como los llama con su «mejor» afecto.
Regresar al pasado es imposible fuera de los cuentos de ficción.
Lo que millones de mexicanos ambicionamos es un futuro en el que superemos la tragedia del pasado y nos sacudamos la calamidad del presente.
El problema es que no hay, a la vista, líderes atractivos y confiables.
Veamos:
El PRI, que gobernó a este país como partido prácticamente único durante 70 años y regresó triunfante al poder con Peña, cavó en ese sexenio su tumba histórica.
Hoy por hoy no hay analista que lo considere un partido competitivo, mucho menos una opción para desplazar a lópez y al lopismo.
Más aun, tampoco despierta el PRI una mínima confianza, ni siquiera como oposición minoritaria en el poder legislativo.
Bajo la dirigencia de Alejandro Moreno («amlito morena», como lo ha bautizado la picardía nacional, aprovechando que su diminutivo familiar es Alito) ha dado muestras de sucumbir al apetito de estar «cerca» del ejecutivo todopoderoso, como es parte del ADN priísta, acaso inextirpable.
Aunque el PRI dió muestras de cierto talento opositor cuando la presidencia estuvo en manos de panistas, pareciera que en ese lapso dicha virtud se consumió hasta las últimas migajas.
La discusión del presupuesto de egresos para el próximo año nos confirmará de qué está hecha su bancada, pero sea como sea difícilmente cambiará la percepción del electorado y más dificil será que impacte en la intención del voto.
No parece tener el PRI una estrategia que voltee a ver al electorado.
Las encuestas de preferencias electorales levantadas este mes de septiembre posicionan al PRI en condiciones de enorme pobreza. En la mayoría de los estados no alcanza los dos dígitos y en los que le va mejor están a la mitad de morena, o más abajo.
En la última encuesta Mitofsky publicada con fecha del 20 de septiembre, a la pregunta de ¿Qué opinión tiene usted de los partidos?, 72.4% de los encuestados respondió tener mala opinión del PRI.
En ese renglón sólo fue superado por el verde, que agrupó en mala opinión al 84.5% de los encuestados.
Por su parte, el PAN parece ser una alternativa para algunos cuantos ciudadanos, pero ciértamente para muy pocos.
En su horizonte sobresale el ingrediente de que los propios panistas se esfuerzan denodadamente en destruir sus escasas posibilidades con riñas intestinas.
El regreso de Ricardo Anaya a la arena política es una muestra. Generó más rechazo al interior del PAN que a cielo abierto. En facebook le ha ido bastante bien. Los videos que subió acumulan millones de vistas. Pero sus intenciones de convertirse en un «contrapeso» frente a lópez parecen en primer lugar demasiado ambiciosas y en segundo, carentes de brújula, que debió ser lo primero en afinar. Pero sobre todo su reaparición reveló que en el seno cupular del PAN se ve a Anaya como alguien que ya cumplió con su cuota de daño.
Un botón de muestra del canibalismo panista en escenarios locales es Chihuahua. Pese a ser uno de los estados donde las encuestas posicionan mejor al PAN, con un 18.3% de clara simpatía, el gobernador Corral y la alcaldesa de la capital, Maru Campos, viven enfrascados en un pleito irreconciliable, declarado a muerte política.
La alcaldesa es evaluada como la favorita para ser candidata a suceder al gobernador, pero Corral tiene en el senador Gustavo Madero a su propio candidato.
Nos muestran a dos corrientes tradicionales del panismo, hoy más enfrentadas que nunca.
No se necesita una bola de cristal para visualizar que ese conflicto desgajará a su partido.
Morena tiene en Chihuahua, según Motofsky, un 22.7 % de la preferencia, frente a un 30.9% de ciudadanos indecisos. El PRI sólo cuenta con un 6.1%.
Ojo con esos indecisos.
Volviendo al escenario nacional, el partido que pretenden registrar Margarita Zavala y Felipe Calderón – mi pronóstico es que sí lo lograrán – también contribuirá importantemente a un desmembramiento del blanquiazul.
No sólo por esa razón, sino también porque el matrimonio Calderón-Zavala es un referente de fácil alcance y calificación, su partido muy probablemente terminará favoreciendo a lópez.
Algo muy semejante sucede con el movimiento Frena.
Sin dificultad puede etiquetarse como un movimiento populista de derecha. Igual de peligroso que el populismo de izquierda.
El primer gran error es que le quitó a lópez la exclusividad como bloqueador de Paseo de la Reforma, «pecado político» que lo distinguió por dos sexenios y del que los bloqueadores de Frena no apendieron ni un comino.
Y también le empató Frena a lópez la insolencia de exigir algo totalmente al margen de la ley:
«Que renuncie lópez y se convoque a nuevas elecciones en 2021».
¡No manches!
¿A quién diantres se le ocurre que eso sea posible?
Que hay muchos mexicanos que lo quisieran, no lo dudo. Quizá yo también. Pero la política real no funciona de quimeras, antojos y desvaríos.
Aunque sí con símbolos.
En el populismo no importa decir la verdad, sino las emociones que se generan con lo que se dice.
Tiene un acierto: se enfoca Frena sólo en el repudio a lópez y eso le puede generar simpatías, incluso entre quienes no se animen a participar en las marchas.
Por lo pronto ya ganó una pequeña batalla, que debiera servir de derrotero: que un juez ordenara su derecho a ocupar el zócalo.
Los pretextos del oficialismo lopista para impedir a los activistas de Frena instalarse en la plaza frente a Palacio Nacional fueron lo que sigue de absurdos:
Primero se dijo que había otra manifestación cerca y que se tomó la medida «para proteger la integridad de los manifestantes». Ajá. Para eso les decomisaron tiendas de campaña y pretendieron dispersarlos.
Luego dijo lópez que fue para proteger la Catedral Metropolitana porque «estaba bierta».
Cuánta sobra de poca abuela y cuánta falta de escasa madre. La Catedral siempre ha estado ahí, durante los cientos de manifetaciones que han llegado al zócalo.
Que yo sepa nunca se ha movido.
Un pretexto así sólo puede venir del cinismo insuperable de lópez.
Luego la autoridad capitalina dijo que la razón fue la prevención de contagios por el Covid-19.
Puff…!
Bueno, pero el hecho es que ya están ahí.
¿Y?
Ni siquiera tienen oradores que arenguen a los participantes e inviten convincentemente a los curiosos, ni reparten textos, ni colectan cooperacha para la causa abriendo la posibilidad de un gesto solidario, nada que empaque a las carpas salpicadas en media plaza.
Nada que haga contacto popular.
No hay un resorte que active el crecimiento del movimiento y su visibilidad parece destinada a abortar una potencialidad desperdiciada.
Tampoco muestran su ideología, si es que alguna los une.
Aparentemente no le interesa a Frena opbtener registro como partido, pero sí pueden contribuir sus seguidores, y mucho, como sociedad civil.
He ahí su posible valía.
Motofsky preguntó a los mexicanos su opinión respecto a los 8 partidos políticos con registro nacional. Aunque todos agrupan en mayor medida opiniones negativas, Morena tiene el 30% de opiniones positivas, PT 22%, PAN 16% y PRI 5%. El resto de los partidos tienen menos del 1 por ciento.
A la par de la depreciación de lópez, se está creando un enorme espacio vacío, o quizá mejor dicho, un espacio carente de identidad política.
En ese desolado panorama, ¿qué hacer?
¿Cuál es la alternativa de quienes pretendemos que el lopismo pierda la mayoría en la cámara de los diputados?
En mi opinión, vivimos la mejor oportunidad de que surjan al salvamento las agrupaciones de la sociedad civil.
Ayer le pregunté a una amiga por qué partido votaría si las elecciones fueran mañana, a sabiendas de que repudia a lópez y a morena.
Su respuesta fue rápida:
«No votaría por partido. Votaría por la persona y con las piernas temblándome».