La actriz estadounidense Scarlett Johansson se ha negado a participar en una película dirigida por Ridley Scott que se centra en las memorias de la fotoperiodista Lynsey Addario, ganadora del premio Pulitzer en el año 2000. La razón de la negativa por parte de la interprete es que entre los productores de la biopic figura el príncipe heredero de Arabia Saudí, Mohamed bin Salmán. «Ella no aceptó bajo ningún concepto», explicó la propia fotógrafa en una entrevista concedida al periódico The New York Times. Y añadió, citando a la actriz: «Este tipo está perpetuando la guerra en Yemen y mantiene a mujeres en prisión».
Addario argumentó, sin embargo, que la decisión tomada por Johansson ocurrió antes de que estallara el caso del asesinato del periodista saudí Jamal Khashoggi el pasado 2 de octubre en la embajada de Arabia Saudita en Turquía, y en el que la casa real se ha visto implicada, específicamente el príncipe heredero. El intelectual Khashoggi había sido crítico con el príncipe heredero por lo que tuvo que salir del país y refugiarse en Estados Unidos en donde empezó a colaborar con The Washington Post. «Johansson dijo esto cuando bin Salmán se había convertido en una de las personas que querían financiar la película», aclaró Addario.
«No me reuní con él personalmente», aseguró la periodista y reconoció que no lo quería «asociado a este proyecto». «Obviamente no. Y gracias a Dios que no lo está».
No es la primera vez que Scarlett Johansson se retira de otros proyectos por no compartir sus valores o ideologías. El pasado julio, la actriz abandonó el proyecto Rub & Tug, una cinta en la que iba a interpretar a un personaje transgénero. Varios grupos de activistas cuestionaron la elección de la actriz, por lo que Johansson prefirió dejar el filme.
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