El cine de superhéroes ya dio harta flojera. Como blockbusters no discuto sus méritos, su espectacularidad y monumental producción. Pero no dejan de ser cintas carentes de contenido y desde la euforia por los crossovers desatada por la primera entrega de Los Vengadores (Joss Whedon, 2012) este género ha tendido a llenar esos vacíos con fanservice, el cual sólo resulta cuando es dosificado y sutil. Ciertamente se han producido joyas, pero la mayoría a duras penas pasan el límite de ser palomeras.
Respecto al linaje de la franquicia X-Men, hay obras decentes y unos cuantos tropiezos (Apocalipse el más reciente sin duda) y de esta se desprendieron otras dos cintas enfocadas particularmente en Wolverine. La desastrosa X-Men Origins: Wolverine (Gavin Hood, 2009), seguida de la decente The Wolvernie (James Mangold, 2013). Al personaje no lo habían tratado bien y James Mangold se empeñó en buscar algo memorable. Protagonizada por Hugh Jackman (Logan/Wolverine) y Patrick Stewart (Charles Xavier), Logan se salé por varios kilómetros de la tediosa fórmula superheroica para intentar algo más humano, sustancioso e interesante.
Inspirado en el cómic Wolverine: Old Man Logan, esta cinta rechaza el espectáculo por el drama. Es el año 2029, los mutantes prácticamente han desaparecido, un Logan avejentado y cansado tiene que cuidar de un senil y enfermo Charles Xavier que no controla sus poderes. Un tercer mutante, Caliban (Stephen Merchant) ayuda a Logan en su peligrosa y nada glamorosa tarea en medio de un desierto en la frontera entre México y Estados Unidos, mientras éste último trabaja como chofer de limosina…
Decadente, pesimista y crepuscular es el planteamiento de esta película. El conflicto llega cuando una pequeña mutante sintética, Laura (Dafne Keen), traída por una enfermera mexicana, es perseguida por un muy estereotipado grupo de vaqueros mercenarios. Charles insiste en apoyarla en su huida a un quimérico paraíso para mutantes y Logan se ve orillado a involucrarse. Esta obra combina elementos del western (locaciones, foto, tono del guion, drama) y de las road movies (desarrollo a través de un viaje que realizan los personajes y que este es el principal motor de la trama) en una yuxtaposición armónica pero que no llega demasiado lejos.
Me parece interesante criticar esta película desde dos perspectivas. Desde el plano del género superheroico, Logan consigue ser adulta no por su clasificación (la violencia es explícita y brutal, pero le faltó un trecho para ser gore) sino por sus temas sombríos, distópicos (aunque se desarrolla en el futuro, se siente muy cercana a la realidad) y poco alentadores. Los personajes luchan con un mundo agresivo y desolador, no tienen grandes aspiraciones sobre el futuro y se comportan más bien como aquellos animales que se separan de la manada para morir. Las escenas de acción son naturales, no son simples pretextos para secuencias de violencia y tampoco son el centro de todo el conjunto, a veces recuerdan a las cintas slasher y no brillan por su espectacularidad sino por la violencia incómoda que imprimieron a pulso. El metraje guarda un ritmo sano y creo que no empantana tanto como otras críticas señalan y esto en serio que es raro en el género.
Jackman y Stewart se esforzaron con éxito para que Wolverine se vea fatigado e incapaz de ganar sus peleas, para que El Profesor X sea una carga amenazadora y melancólica. Estos dos dejan de ser simples y su relación paterno-filial cambia de sentido y de profundidad. Es refrescante ver personajes de comics en el cine con tantito desarrollo. Agregue a esto el factor determinante que es Laura. Sanguinaria e infantil, Laura (o X-23) aborda el paternalismo de Logan por otros caminos. Como drama, Logan careció de un diálogo o una escena que enmarcara el tono oscuro de todo el conjunto. El final es más que adecuado, pero la tragedia por sí misma no es suficiente. El mensaje de fondo quedó un poco diluido, pero siempre de fácil lectura. Las actuaciones cumplieron, pero el guion pudo dar el remate. Dos anotaciones. El personaje de Stephen Merchant se percibe desaprovechado y de trámite, aunque acorde a la tónica general. Me parece que debieron darle menos u otro diálogo a X-23, algunas escenas se sienten menos potentes por este detalle.
Logan se siente muy superior dentro del género superheroico y eso vale muchísimo y pasará a formar parte sin duda alguna de las joyas, como la trilogía de Nolan. Sus afanes artísticos y adultos le otorgaron una presencia que se ha reflejado en su éxito comercial (ha percibido 3 veces su presupuesto que curiosamente no se siente tan reflejado en la producción). Es iluso pensar que esto marcará una pauta para películas posteriores, puesto que es muy claro dónde está el dinero de verdad. Lo emocionante de esto es que está demostrado que sí puede haber calidad fuera de la dirección de Nolan.
Aseguro que saldrá, aunque sea un poco estimulado de la sala. Si está cansado de este género, tal vez se lleve una grata sorpresa. Si espera un desarrollo profundo y complejo, espera equivocadamente. El director (que también participo en el guion) no se rompió la cabeza con la historia ni tampoco con la línea temporal de las películas de Wolverine o de los X-Men (esta entrega se tomó muchas libertades para poder adoptar su carácter por lo que puede disfrutarla sin haber visto las anteriores). Logan es una cinta con una historia sencilla pero bien contada, algo que ya quisieran varias producciones de DC y sin gastar tanto.
Opina