Fue el jefe
En un acto político en el salón Sunión del Hotel El Mirador de la ciudad de Chihuahua, se definieron muchas cosas que explican la suerte de Javier Corral, quien ya tenía apalabrada una diputación plurinominal con Dante Delgado y el MC. ¡Que le llega una senaduría por Morena! Ya distanciado del PAN estatal, Corral acudió al evento político de la candidata Claudia Sheinbaum, quien ya traía la instrucción de apoyar a Javier Corral por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador. Cuando expresó que había que dar apoyo y que se tomaría unas fotos con el panista, en la mesa hubo caras de ¡fuchi!
La mesa
Acompañaban a Claudia Sheinbaum en la mesa del Sunión: Mario Delgado, Cuauhtémoc Estrada, Brighite Granados, Ariadna Montiel y un diputado federal no chihuahuense cuyo nombre es César, aunque su apellido escapa a mi memoria. Los comentarios de Claudia cayeron mal en Montiel, Granados y Estrada, quienes no ocultaron su incomodidad en sus gestos faciales.
La suerte de “El Pelón” Latorre
La entonces candidata de Morena preguntó por “el peloncito aquel” (Miguel Latorre) y comentó que el presidente, que le había pedido apoyar a Corral Jurado, también le había mencionado que el propio Corral le había dicho que sería un buen candidato. Así se echó la suerte de Miguel Latorre, quien pasó de panista apasionado a siervo de la Nación y candidato a la alcaldía por Morena.
La famosa visita
Después de esa foto vino la famosa visita de Claudia a la lavandería Sándor Márai y todo lo demás es historia. No hay culpa ni de Ariadna Montiel ni de Juan Carlos Loera; son inocentes. La instrucción salió del propio presidente Andrés Manuel López Obrador, quien mantenía una vieja relación amor-odio con Corral. Ya le había perdonado que comandara a los «ternuritas» de principios de sexenio que pedían una política de contrapesos en un desplegado pagado por Corral en el diario El Universal de la Ciudad de México.
El abucheo a Adriana
En ese acto se dio el primer abucheo público a la ex priista, ex morenista y probablemente panista Adriana Terrazas. No está muy claro dónde milita actualmente, aunque sirve a las causas de Maru Campos. Entonces, esta senaduría y acto de “rebeldía” de Corral se deben apuntar a López Obrador directamente. Reiteramos, “rebeldía” calculada. Después de la Ley Televisa, que le dio notoriedad política a nivel nacional al senador juarense, un voto a favor hubiera acabado con Corral. Suerte que tiene de que había 86 votos más y el suyo no era necesario. Ya está bocabajeado, pero un voto a favor lo habría hecho polvo. Lo poco que le queda para tratar de erguir la figura y mirar de frente se le habría acabado. Como dirían los juarenses: ¡Suertudote el bato!