Pertinente aclaración
En la columna anterior de Fuentes confiables hubo algunas imprecisiones que es necesario aclarar: el dueño único de Autotokio es el primer caballero del estado, don Víctor Cruz Russek; ahí no hay intereses de sus hermanos. De hecho, son competidores. Jorge Russek, alcalde interino mientras Marco Bonilla buscó la reelección el año pasado, compite con su poderoso hermano Víctor con su propia empresa, Jidosha. O sea, son competidores, y Marco le compró las 150 unidades que ocasionaron el enojo de la señora Campos de Russek, a quien fuera su interino, y eso puso como basilisco a la señora de Russek, quien tan acertadamente dirige el estado. De hecho, es la mejor gobernadora que ha tenido Chihuahua. Los hermanos Russek traen su propia bronca de carácter comercial, por lo menos.
Todo lo demás está bien
Víctor Cruz Russek tiene la concesión de dar mantenimiento a los vehículos del gobierno del estado y ha construido dos grandes y espléndidos talleres, uno en Juárez y otro en la ciudad de Chihuahua. La inversión es muy justificada, el negocio es muy rentable, de hecho, extraordinariamente rentable, ya que son miles de vehículos los que hay que tener a punto, reponer llantas, partes que se han descompuesto… en fin, mucho trabajo que merece ser pagado, ya que las partes y llantas no las regalan. Además, está la mano de obra y no se viola el 134 constitucional, que prohíbe favorecer a familiares hasta el cuarto grado, ya que, aunque son marido y mujer don Víctor y doña María Eugenia, solo tienen que responder ante el Altísimo de sus menjurjes, ya que solo se casaron ante la ley de Dios. Todo bien, no hay queja, solo es un matrimonio que trabaja duro para ganarse el pan de cada día.
Manque es popular, pero eso no es suficiente
Ciertamente, Maru Campos no puede detener en su camino a la candidatura del PAN a la gubernatura a Marco Bonilla, aun cuando sus desencuentros en los negocios volvieran a suceder, que no creemos. En el PAN funciona todavía en alguna medida y a ciertos niveles la democracia interna, y los panistas quieren a Bonilla Mendoza, como en su tiempo quisieron a Ramón Galindo por encima de Eduardo Romero Ramos, que era el candidato de Pancho Barrio, o el propio caso de Campos Galván (sus apellidos de soltera). Javier hizo de todo para imponer a la rata de Gustavo Madero y fracasó ante la templanza de la propia Maru. Y en otros niveles, recordemos que Vicente Fox quería a Santiago Creel y se impuso Felipe Calderón. Así es en el PAN.
Manque es popular, pero eso no es suficiente (II)
En ese orden de cosas, el precandidato con más posibilidades de llegar a la candidatura a la presidencia municipal es César Jáuregui Moreno, sobre todo porque Manque podrá tener popularidad entre los filopanistas, no así entre el panismo. Pero a Jáuregui no se le puede regatear una amplia carrera partidista. Aunque no sea un candidato tan atractivo como la diputada federal Manque Granados, no tiene la dominancia entre el electorado blanquiazul que probadamente tiene Marco Bonilla, con todo y sus negocios raros con terrenos en Mápula. Por otra parte, no hizo más que lo que desde hace 500 años hacen los hombres en el poder en México. De hecho, es admirable lo ducho que es para hacer dinero Marco Bonilla, quien en muy pocos años pasó de la Santa Rosa al exclusivo fraccionamiento privado Bosques del Rejón. Tuvo buen mentor o mentora, solo él sabe de quién aprendió.
Salida muy anunciada
Finalmente, salió del gabinete el exsecretario de Hacienda Rogelio Ramírez de la O. Lo sustituye Édgar Amador Zamora, y Ramírez de la O pasa a ser asesor económico internacional, puesto que no existía hasta ahora y que bien a bien nadie sabe para qué puede servir. Siguen llegando los egresados de la UNAM al Gobierno Federal.
El raro juego de Donald Trump
Llama la atención cómo el presidente de Estados Unidos tenía decidido desde los últimos días de febrero ampliar la aplicación de aranceles hasta el 2 de abril, lo que algunos medios de comunicación recogieron. En solo 24 horas se desdijo y reiteró que el 4 de marzo entrarían en vigor. Es claro que fue un lapsus revelar la fecha ya decidida del 2 de abril, ya que daría un discurso ante el Congreso a los 43 días de iniciado el cuatrienio. Fue, como ya se ha comentado, una oda a sí mismo de 100 minutos, el más largo desde que en la posguerra se inició la costumbre.