Paran a corralistas, iban camino a jueces
Salió el peine. La extraña falta masiva a la Junta de Coordinación Política (JUCOPO) del Congreso local, por supuesto, fue una acción coordinada para retrasar el proceso de aprobación de las listas de candidatos a jueces y magistrados. Tal unanimidad era claramente sospechosa, pero ya se sabe que en las listas dominaban los corralistas o, mejor dicho, los amigos de Luz Estela “Lucha” Castro, a quien el exgobernador dejó hacer y deshacer desde la Judicatura sin reparos en la ilegalidad. El ausentismo tan marcado y remarcado por los medios de difusión tenía el propósito de que Corral/Lucha no se hicieran los dueños del Poder Judicial en el estado de Chihuahua.
Cuauhtémoc Estrada se vio ingenuo
En este zipizape que empezó el viernes pasado y tuvo su punto culminante el lunes, lucieron ingenuos la presidenta del Congreso, Elizabeth Guzmán Argueta, y el coordinador de la fracción morenista, Cuauhtémoc Estrada Sotelo. Aun sabiendo los motivos reales del ausentismo, lo trataron de presentar como un acto de irresponsabilidad. Los panistas y priistas, con su ausencia, estaban actuando políticamente, ya que detenían el propósito de Morena de llevar bajo sus siglas a las decenas de jueces panistas que llegaron no de manera limpia, sino por maniobras de Lucha Castro, y no siempre por órdenes de Corral Jurado, a las elecciones del próximo mes de junio.
Más manoseo al proceso
Otro de los desatinos de los diputados morenistas Estrada y Guzmán fue llevar las listas no aprobadas a la consejera presidenta del Instituto Estatal Electoral, Yanko Durán Prieto, y presentar a los diputados del PRI y PAN como incumplidos por no asistir a las reuniones de la JUCOPO. Con ingenuidad o cálculo —vaya usted a saber— quisieron presentar el episodio como un acto de irresponsabilidad de los diputados ausentes.
Alfredo Chávez en Babilonia
El coordinador de la mayoría panista en el Congreso, Alfredo Chávez Madrid, no se dio cuenta de que las listas que se pretendían aprobar estaban plagadas de nombres afines a la exconsejera de la Judicatura, Lucha Castro, y por ende de corralistas. Por cierto, nombramientos muy controvertidos en su momento, básicamente impuestos por el capricho de la exluchadora social Luz Estela Castro, quien, negando en los hechos su condición de abogada, pasó por alto las normas y procedimientos para imponer a sus amigos o los amigos de Javier Corral en la posición de jueces y otros cargos en el Poder Judicial. Los perfiles se presentan como afines a Morena, pero son herencia de Corral Jurado.
Un proceso muy sucio
La elaboración de las listas de aspirantes a un puesto de elección en el Poder Judicial estuvo llena de irregularidades de todos los partidos presentes en el Congreso. Se intentó meter más nombres de los convenidos, se intentó volver a incluir en las listas nombres vetados desde el principio… En fin, de todo hubo en este ejercicio electoral inédito y francamente destinado al fracaso.
La preocupación llegó a Palacio
La gobernadora Maru Campos se enteró de que el Poder Judicial corría el riesgo de quedar en manos de corralistas y puso manos a la obra: ordenó a la bancada panista que se tomaran hasta el 28 de febrero para entregar listas y así poder depurarlas de corralistas/castristas. Lo primero fue evitar el albazo de los corralistas el viernes pasado. En realidad, quien operó desde Palacio no fue otro que la Fiscalía General del Estado, con César Jáuregui Moreno a la cabeza, quien se encargó de jalarle las orejas al despistado de Alfredo Chávez y decidió los siguientes pasos. El más notorio: la ausencia a la reunión de JUCOPO del lunes pasado.
Sigue el operativo ordenado por Maru
Primero, se evitó el albazo de Morena del viernes (léase Lucha Castro y su expatrón); el segundo paso fue que no hubiera quórum el lunes, y el tercer paso será entregar las listas en la fecha límite, el 28 de febrero, en el último momento. Luego, por supuesto, de sacar a los corralistas de las listas y mayoritear a Morena en el Congreso. Palacio de Gobierno tuvo que sacar del manual del ejercicio más sucio de la política para tratar de salvar algo del batidero que hizo el coordinador Chávez Madrid, quien se vio lento de entendederas.