Si hay algo que me gusta hacer en esta vida es comer (y dormir, pero lo que nos ocupa aquí es comer) así que constantemente estoy buscando nuevos lugares a donde ir y nuevas comidas que probar, lo cual resulta bastante difícil en una ciudad en que predominan los restaurantes de hamburguesas y alitas, y donde lo más exótico a lo que uno puede aspirar es a comer sushi y créanme, después de veinte años de comerlo, ya no resulta tan original. Así que cuando vi en Facebook que había en la ciudad un lugar de “currys”, decidí que a la primera oportunidad que tuviera dirigiría mis pasos al Mandala Curry House.
Y allá voy, raudo y veloz al Mandala, en Pueblito de Don Cuco, ubicado en Paseo de la Victoria casi esquina con Manuel Gómez Morín. Este comedor al aire libre rodeado de pequeños locales en donde sirven una gran variedad de comidas, se mantiene sorprendentemente gracias a la rotación de establecimientos (olvídense de los baos y de los chicken and waffles), después de la fiebre que se dio en la ciudad de parques de “food trucks” de los cuales no queda ninguno.
Primero habrá que poner en antecedentes a aquellos que estén poco familiarizados con lo qué es el curry. Bueno pues el curry es un platillo muy popular y conocido en la india y en países del sureste asiático, elaborado a base de una mezcla, en ocasiones muy fuerte, de especias, entre las que destaca: chile, albahaca, alcaravea, alholva, apio, azafrán, canela, cardamomo, cebolla en polvo, cilantro, clavo, comino, cúrcuma, fenogreco, jengibre, granos de mostaza, nuez moscada, pimienta, pimienta de Cayena y/o tamarindo, las cuales se utilizan para preparar principalmente estofados.
EL menú del Mandala ofrece una gran variedad de currys, que van desde el clásico, es decir sólo la combinación de especias, sin sabores extras como el chile o lo dulce; hasta los más picantes, pasando por los suaves, los cuales se preparan con piña, durazno o coco, los cuales se sirve con arroz y pan naan.
Llegamos mi colega y yo al lugar y decidimos pedir cosas diferentes que pudieran darnos una idea de los que sirven. La orden la toman en el interior del pequeño local y te lo llevan a la terraza donde se encuentra el comedor, el cual es un espacio bastante agradable.
Pedimos ensalada raita, el curry Vidaloo, el Korma, acompañados del arroz pilau y el biryani, todo acompañado de pan naan.
Como primer tiempo pedimos la ensalada raita: el cual es pepino, tomate y cebolla, finamente picados y mezclados con yogurt y menta, la porción es pequeña pero suficiente como entrada, los vegetales se sentían frescos y crujientes, que revueltos con el yogurt y las especias se logra un contraste y un buen balance entre lo dulce del lácteo y el sabor de las hierbas. Altamente recomendable para este clima.
Como entrada, la ensalada prometía una buena experiencia con lo que seguía.
Luego le siguieron los platillos principales: el Curry Vidaloo: el más picante de la carta y el Korma: dulce y suave preparado con leche de coco y almendras troceadas. La espera estuvo acompañada de una explosión de aromas, bastante fuerte, algo que probablemente no debieron agradecer los que esperaban en los otras mesas.
Los curry se pueden pedir, de pollo o camarones o en la versión vegetariana que son sólo los vegetales.
Mi acompañante quien es un entusiasta de la comida hiper picosa, pidió el Vidaloo extra picoso y cuando mi socio cerró los ojos y empezó a bailar supe que le había encantado su elección; para no quedarme con las ganas y averiguar a qué se debía tanta exaltación accedí a probarlo: error, no lo hagan amiguitos, no si no les gusta lo picante.
Yo por mi parte un entusiasta del coco y las almendras, pedí el Korma, el resultado fue muy satisfactorio, el balance entre los condimentado del curry, contrasta con un sabor dulce, aunque debo de reconocer que el gustillo del comino sobresalía en ambos platillos, lo cual a mi parecer es un error pues el curry debe tener un equilibrio entre tantos componentes y sabores.
Ambos platillos estaban acompañados de arroz: el pilau que es el blanco tradicional aunque con un dejo de especias, y el biryani, el cual va frito y mezclado con pollo y con nueces de la india, aunque estas nunca hicieron acto de presencia en mi boca.
Los platillos se sirven con pan naan, tradicional de la India que se prepara con especias y yogur, el cual sirven calientito y con un baño de mantequilla; algo así como las tortillas de harina recién hechas de tu mamá embarradas de mantequilla.
Lo negativo, fue la espera, de treinta minutos, si al menos la ensalada y el pan llegaran antes a tu mesa, la espera quizá no se habría hecho sentir tanto; pero debo de reconocer que en cuanto a esperar puedo mostrarme comprensivo y algo indulgente púes entiendo que la buena cocina toma tiempo. Pero no les recomiendo que vayan con hambre si no van con ánimo y disposición.
En este caso, el tiempo, para mi gusto, no fue un impedimento para disfrutar el momento. La comida es buena, diferente y a un buen precio.
Es de agradecerse que haya lugares como el Mandala en una ciudad como Juárez, en donde a veces decidir dónde salir a comer puede ser una verdadera monserga si se está cansado de hamburguesas, pizas, alitas y hot dogs.
Qué: Mandala Curry House
Ubicación: Paseo de la Victoria #2118, (Pueblito de Don Cuco)
Dónde: Ciudad Juárez
Teléfono: (656) 755 3490
Horario: 15:00-21:00 hrs.
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