El gobierno del Estado anunció el aumento de un peso al precio del transporte público, el cual pasó de 7 pesos a 8 pesos, o 3.50 a 4 pesos en caso de contar con una identificación de estudiante o adulto mayor.
El incremento aprobado por el Gobierno del Estado queda muy lejos de los 12.50 que los concesionarios alegan necesitar para cubrir el funcionamiento y el mantenimiento de las unidades utilizadas en el que brindan tal servicio. Dicho aumento cubriría también el aumento del diésel, y el sueldo de los operarios.
Esto último de verdad que está de risa, como si de verdad el servicio que brindan justifique ya no digamos los 5.50 que pedían sino el peso demás que van a empezar a recibir en breve.
Cabe mencionar que este aumento se suma a ya una larga lista de aumentos sin que hasta el momento, dicho incremento se haya traducido en una mejora al servicio. Décadas y décadas y seguimos siendo víctimas de la mafia del transporte público.
Es por eso, que es injusto que se pretenda que los usuarios aceptemos un aumento más sin la seguridad de que ahora sí se va a hacer algo con el pésimo transporte público que tenemos.
¿Sabrá el gobernador Javier Corral, las condiciones en las que están las unidades de transporte? ¿Lo inseguras e incómodas que son? ¿Se habrá visto alguna vez en la necesidad Víctor Estala de subirse a un camión y atestiguar lo groseros y la manera tan insegura de manejar de algunos choferes?
¿Sabrán que por la mala planeación del transporte y lo deficiente que resulta, algunas personas tienen que transbordar y hacer uso de hasta dos camiones para llegar a algún destino cuando se trata de distancias largas, lo que significa 16 pesos para una persona promedio, eso sólo para llegar a su destino, si tiene que volver son otros 16 pesos. 32 pesos en un día.
Y todo para esperar a que pase el camión, eso si pasa, porque luego de cierta hora dejan de circular, y luego esperar a que le toque asiento, si no a agarrarse de lo que se pueda, porque con cada frenada que dan estos trogloditas al volante, se corre el peligro de salir despedido por el pasillo del camión. Y en el camino ir aguantando en algunos casos, malos modos del chofer para con algunos usuarios o con choferes de otras unidades con los que se ponen a gritarse insultos de un camión a otro, eso cuando se emparejan, porque lo otra posibilidad es que vayan jugando carreritas a ver quién recoge más pasaje. Y ya para finalizar tener que pedirle la parada al chofer como con tres cuadras de anticipación para que lo bajen a uno en su parada, si no a caminar las tres o cuatro cuadras que se pasó.
Desde aquí invitamos al gobernador y al director de transporte público a que se suban a una ruta y juzguen ellos mismos si está justificado el aumento.
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