El lunes 19, en un enfrentamiento, elementos del Ejército mataron a 19 presuntos miembros del Cártel de Sinaloa, estado que se ha visto envuelto en una ola de violencia sin precedentes desde hace por lo menos seis semanas.
Oficialmente, el Ejército no sufrió bajas. El tiroteo se dio cuando se detectó a un grupo de 30 hombres armados en Culiacán, la capital del estado.
Este evento marca claramente que el nuevo enfoque de la lucha contra el crimen organizado deja atrás la política de “abrazos y no balazos”, que fue la estrategia del anterior presidente. Este suceso tiene un precedente de hace diez años, cuando soldados mexicanos mataron a 22 personas, presuntamente miembros de grupos delincuenciales, quienes, según un video ampliamente difundido, se habían rendido a los militares.
Falko Ernst, analista de seguridad independiente radicado en la Ciudad de México, declaró a *The New York Times* que “podríamos estar viendo un enfoque de más mano dura”. Sin embargo, los detalles del tiroteo siguen siendo confusos.
Se espera que en la *mañanera* del jueves, la presidenta Claudia Sheinbaum se refiera a los hechos.
La presidenta, como se ha consignado en *Meridiano 107*, ha declarado que: “no va a haber guerra contra el narco. La guerra quiere decir: permiso para matar. Eso no, no vamos a regresar a eso.”
Estos eventos están relacionados con la violencia desatada tras la detención y arresto en Santa Teresa, Nuevo México, del capo del Cártel de Sinaloa, Ismael “El Mayo” Zambada García.
Un hijo del Chapo Guzmán hizo que Zambada García tomara un avión que terminó en esta zona conurbada con El Paso, Texas. Tras la extraña detención, hubo una tensa calma en Sinaloa, pero a principios de septiembre comenzaron los tiroteos entre los Chapitos y los Mayitos, con un saldo de cerca de 200 muertos y 224 desaparecidos contabilizados.
Tras el tiroteo del lunes, el presunto líder del cártel detenido fue identificado como Edwin Antonio Rubio López, alias “El Max”, jefe de una célula del Cártel de Sinaloa “que ha participado activamente en la reciente violencia”, según el comunicado oficial.
Rubio López, de 33 años, forma parte de la facción que dirigía Zambada García, la cual la semana pasada se enfrentó al grupo rival conocido como los Chapitos, dirigido por los hijos de Guzmán Loera.
Oficialmente, en Sinaloa hay 3,300 elementos castrenses y miembros de la Guardia Nacional.