Después de 10 años de turbulencia e incertidumbre, llegó a las salas de cine la adaptación cinematográfica de la que se considera la Opus magnum, de la obra literaria del afamado Stephen King, la saga de libro Dark Tower, cuya publicación comenzó en 1982 y terminó en 2012. Sumando ocho novelas, libros apéndice y cómics. No sorprende para nada el interés en llevar esta saga a la pantalla grande.
No sólo porque hablamos de King sino porque esta historia de proporciones épicas, mezcla horror, fantasía, ciencia ficción y hasta western. Elementos idóneos para una nueva franquicia de películas. El potencial está ahí sólo faltaba quien se atrevía a meter las manos en semejante reto.
Nikolaj Arcel, coguionista de Los hombres que no amaban a las mujeres (2009), fue el elegido para el ambicioso proyecto y el resultado ha sido poco grato cuando no flojísimo, tanto para las audiencias (aunque al parecer ha sido la más exitosa en un fin de semana bastante guango) como las críticas. En general se le considera una mala adaptación y un blockbuster muy olvidable. Protagonizada por Idris Elba (Roland Deschain, El Pistolero), Matthew McConaughey (El Hombre de Negro) y Tom Taylor (Jake Chambers) y distribuida por Sony Pictures, La Torre Oscura se ha ganado el repudio y el olvido del público. ¿Por qué?
Un preadolescente, Jake Chambers, lleva años teniendo extrañas pesadillas sobre pistoleros, torres y el apocalipsis. Sus padres desesperados deciden ingresarlo a una clínica para enfermos mentales. Éste huye y se decide a descubrir la causa de sus sueños. Jake descubre que sus pesadillas en realidad son visiones, que la torre es real y al igual que todo lo demás. Se encuentra con Roland Deschain, el último de Los Pistoleros (una especie de orden que tiene la tarea de resguardar a la Torre Oscura) y comienza la aventura de estos personajes para detener al Hombre de Negro y evitar la destrucción de la Torre Oscura, pues ésta, mantiene a la Tierra y al resto de mundos (aparentemente) paralelos a salvo de los peligros lovecraftianos del universo fuera de estos mundos.
Antes de continuar es necesario hacer una advertencia, esta crítica la hará alguien que no se ha acercado a la obra literaria así que la reflexión girará en torno a lo que ofrece esta cinta por si sola. Como adaptación ha resultado desastrosa, pues aparentemente, abarca eventos que suceden en varios libros, logrando una síntesis floja y poco convincente. Además, parece que se ha distanciado harto del espíritu de las novelas al reducir todo el complejo argumento a una simplona lucha entre el bien y el mal. Como película, La Torre Oscura falla profundamente en su argumento y narrativa. Aunque los elementos básicos de su mundo son aclarados, hay poco fundamento en sus conflictos y los involucrados. Las preguntas más básicas y necesarias sobre la trama se acumulan sin parar y sin ser contestadas para el espectador novato en esta franquicia. Queda claro el dolor de Roland, la importancia del artefacto, el objetivo malévolo del Hombre de Negro pero apenas se raspa la superficie, quedando todo muy ambiguo y sin justificación concreta.
Especialmente el villano. El Hombre de Negro, es un poderoso hechicero que requiere las mentes de niños para destruir el artefacto y liberar en todos los mundos los monstruosos horrores e iniciar el fin de los mundos. ¿Por qué quiere destruir este multiverso? ¿Qué gana o que pierde? ¿Destruir estos mundos no lo afecta a él? ¿Y si es así, no le interesa, no lo ha pensado? Y así se multiplican las cuestiones a trama durante más de la mitad de la cinta. Con este problema es imposible que el espectador se involucre o se emocione por lo que pasa en la pantalla. Se entiende la importancia de la torre pero es difícil sentir la gravedad de su existencia. Además de que este artefacto tan importante para realidad, se coloca en la cinta como un objeto distante, opaco y remoto, casi irrelevante para ser el centro del conflicto de la película entera.
La narrativa es sencilla pero como su argumento, se esfuerza poco en emocionar o interesar al espectador. Al ser una simple historia del bien contra el mal (en términos completamente maniqueos) es predecible. A su favor es entretenida, tiene un ritmo que logra mantener la atención (a pesar del hervidero de preguntas), su dirección de arte no es particularmente memorable y parecer ser que se distancia mucho de lo que se proyecta en la obra escrita. Las actuaciones cumplen aunque el trabajo de McConaughey, como el villano, ha despertado muchos enojos por ser prototípico, poco matizado y paseándose entre el cliché y la hueva en el plató. Es difícil percibir el ojo de Arcel en la cinta pues ha demostrado saber dirigir cintas de misterio. Tal vez suceda como algunos creen, que aquí se asoma la fea cabeza corporativa de Sony Pictures, pues incluso hubo «necesidad» de rodar escenas cuando ya había finalizado el proceso de producción.
Siendo un novato en la franquicia, el mundo de La Torre Oscura mostrado en la cinta, a pesar de sus deficiencias, ha captado mi atención. Tengo la curiosidad de leer la saga completa y posiblemente este objetivo comercial fue la razón de ser de esta adaptación. Incluso habrá aparentemente más películas y una serie televisiva a pesar de su frío recibimiento. Al final, La Torre Oscura es una película para pasar el rato entretenido. Su mundo es pobremente propuesto y ni sus interesantes elementos logran hacer valiosa la experiencia. Véala, no espere mucho y tómela como una invitación a la creación de King.
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