Este lunes, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado la nueva clasificación de enfermedades que llevará al debate en la asamblea general del organismo el año que viene. La ICD-11, el nombre de la clasificación, una de las cuestiones a destacar, es que saca la «incongruencia de género» es decir la transexualidad, de la categoría de enfermedad mental, y lo deja dentro del capítulo de las disfunciones sexuales. Es decir, pierde la condición de trastorno psicológico para quedarse en una cuestión física: la falta de adecuación del cuerpo al género que siente la persona.
La decisión de la OMS es considerada por las asociaciones de afectados un paso importante hacia la normalización de sus vidas, como lo fue en su momento el retiro de dicha clasificación de la homosexualidad en 1990. Con esta decisión se evita dar justificaciones a quienes intentan curar o tratar la transexualidad, lo que supone una agresión para las personas de esta condición y es causa de discriminación y violencia.
En la nueva clasificación incluye otros aspectos, como la adicción a los juegos. También simplifica la definición del estrés postraumático y refuerza los controles de los microorganismos resistentes, otra de las amenazas de la salud mundial.
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