El diario Los Ángeles Times cuestiona duramente el plan de Andrés Manuel López Obrador para combatir el robo de combustible, el cual ha generado desabasto y crisis económica en al menos siete estado del país.
“La escasez de gas: ¿Una crisis autoinfligida por el nuevo presidente de México?”, intitula un reportaje publicado en su edición del domingo 13 de enero de 2019.
“Menos de seis semanas después de asumir el cargo, el presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador se enfrenta a una crisis que él mismo hizo, una que amenaza con recortar su popularidad y empeorar la economía ya lenta de la nación”, se lee en el texto de Los Ángeles Times.
“Un déficit de gasolina derivado de su decisión de cerrar las tuberías para combatir el robo de combustible ha dejado a cientos de estaciones de servicio cerradas y ha provocado que las líneas de gas se bloqueen, provocando la desesperación entre los ciudadanos en gran parte del país”, se agrega.
El reportaje firmado por Patrick J. McDonell relata que en los noticias dominan la imágenes de personas en sus vehículos que hacen cola para comprar gasolina y que, en algunos casos, los automovilistas que esperan durante la noche en las estaciones de servicio con la esperanza de que las instalaciones puedan abrir.
“Algunas protestas dispersas y bloqueos de carreteras se han desatado en un país donde el petróleo se considera un componente esencial del patrimonio nacional. Hace dos años, las alzas en los precios del gas provocaron disturbios y saqueos”, expone.
La policía está escoltando camiones de combustible en la Ciudad de México, mientras que miles de soldados han sido enviados para vigilar refinerías, depósitos de combustible y otras infraestructuras energéticas que enfrentan amenazas de sabotaje de bandas organizadas de ladrones de combustible.
En el reportaje se cita a Julia Rendon, de 41 años, una agente de bienes raíces que se encuentra en una línea de gasolina en la capital: “Esta situación es muy preocupante y espero que no nos convirtamos en otra Venezuela”.
Se añade: “Mientras se elogió por perseguir a los especuladores de combustible del mercado negro, López Obrador, quien asumió el cargo el 1 de diciembre con un índice de popularidad del 65{1735f8c4d45cf8a7c22ecbf90211e3be8db77eaf7294ee842f16f03e71870070} o más, ha sido ampliamente atacado por cerrar abruptamente las tuberías sin un plan de distribución alternativo efectivo. Eso dejó a gran parte del país sin gasolina, aunque él insiste en que no hay escasez, solo un cuello de botella temporal”.
“Es una decisión magnífica combatir el robo de combustible”, escribió Alejandro Hope, analista de seguridad y columnista del periódico El Universal. “Pero no a cualquier costo, no poner a regiones enteras del país al borde de la parálisis, no generar una psicosis colectiva que amenace la estabilidad social y la marcha de la economía”.
Los críticos durante mucho tiempo escépticos de la agenda populista y de izquierdas de López Obrador han descrito el episodio como las acciones apresuradas y mal planificadas de un presidente conocido por su obstinación y creencia casi evangélica en la rectitud de sus decisiones, según Los Ángeles Times.
“La crisis en el suministro de gasolina es solo la primera de muchas que vendrán”, dijo Jorge Suárez-Vélez, economista, en el periódico Reforma.
“Damos la bienvenida a la batalla contra el robo de gasolina”, dijo a periodistas Silvano Aureoles, gobernador de la oposición del estado occidental de Michoacán, a periodistas. “Pero no a costa de cerrar la economía y causar problemas peores. El remedio nos está costando más que la enfermedad”.
Por su parte, López Obrador se ha negado a proporcionar un calendario para la reapertura de las tuberías. Él ha instado a los automovilistas a que no llenen los tanques sin necesidad o que hagan compras de “pánico” en la bomba, al mismo tiempo que animan a las personas a denunciar el robo de combustible.
A fines de diciembre, el gobierno trasladó gran parte de la distribución de gasolina del país a las carreteras, donde los camiones cisterna, menos vulnerables al robo que los ductos, transportaban gas a las estaciones de servicio. El punto del cierre del ducto, dijo el presidente, era Identificar fugas y puntos vulnerables en la red.
Sin embargo, no había suficientes camiones cisterna listos para cubrir el volumen de combustible que normalmente se movía a través de tuberías. Cómo este hecho esencial se pasó por alto sigue siendo una fuente de desprecio en la prensa y en las redes sociales.
“Lo más increíble de la crisis del suministro [de gasolina] es que se genera automáticamente”, escribió Mario Campos, profesor de la Universidad Iberoamericana en la Ciudad de México, en Twitter. “¿No se le ocurrió a nadie en el equipo del presidente … que tenían que resolver el problema de distribución ANTES de cerrar las tuberías?”
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