Las autoridades y los juarenses padecen por la omisión del gobierno de Andrés Manuel López Obrador, de asumir su responsabilidad ante el arribo de miles de migrantes a Ciudad Juárez, más el impacto de las amenazas de Donald Trump de cerrar la frontera si México no evita el cruce de más extranjeros.
La situación trastocó la vida fronteriza.
El viernes 29 de marzo, los tiempos en los puentes internacionales para cruzar a Estados Unidos aumentaron hasta dos horas y media o tres para peatones y automovilistas, además de hasta cinco horas para el transporte de carga principalmente de maquiladoras.
El Gobierno Federal ha hecho caso omiso a la demanda de recursos y a hacerse cargo de la responsabilidad, que es de su competencia, formulada en distintos momentos por el gobernador Javier Corral Jurado, el alcalde Armando Cabada y distintos organismos.
De octubre a la fecha, han arribado a Ciudad Juárez al menos siete mil migrantes provenientes de Centroamérica, el Caribe y África, principalmente.
Las autoridades estatales han expuesto que no tienen capacidad para atenderlos y destinan recursos extraordinarios para su alimentación y atención médica.
La mayoría pretende solicitar asilo ante las autoridades migratorias de Estados Unidos en El Paso, Texas, donde la capacidad para atenderlos también fue rebasada.
En Juárez se habilitaron unos 10 refugios temporales en templos y el Gimnasio del Colegio de Bachilleres, después de que la Casa del Migrante rebasó su capacidad.
En El Paso, la Patrulla Fronteriza habilitó carpas debajo del puente internacional Paso del Norte para resguardar a los migrantes que esperan ser llamados para pedir protección del Gobierno de Estados Unidos.
Los tiempos para cruzar a El Paso aumentaron debido a la reasignación de 750 agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) de las garitas de revisión para que se ocupen del procesamiento de indocumentados en apoyo a la Patrulla Fronteriza.
Kevin McAleenan, comisionado de CBP, declaró que el sector El Paso se encuentra ya en una “crisis humanitaria sin precedentes”, con 17 mil 400 migrantes.
La dependencia ya alcanzó un “punto crítico” y solicitó la ayuda del Congreso de Estados Unidos.
“Los procesamientos en los puentes serán más lentos, incrementarán los tiempos de espera para los peatones y automovilistas”, señaló McAleenan en conferencia de prensa.
El presidente Donald Trump amenazó con el eventual cierre de la frontera con México, dentro de una semana, lo que sería una operación que generaría ganancias comerciales para Estados Unidos, según dijo.
Por su parte, el presidente Andrés Manuel López Obrador parece no dimensionar el tamaño de la crisis.
«Que levanten la mano los que piensen que le debemos de contestar», dijo durante un evento en Poza Rica, Veracruz.
«A ver, que levante la mano quienes piensen que debemos actuar con prudencia», preguntó desde el templete a los asistentes, quienes de inmediato respondieron que sí.
En una nueva arremetida en contra del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador, Trump aseguró desde Florida estar muy molesto con México por supuestamente no ayudar en detener la llegada de migrantes centroamericanos.
«¡Estoy muy enojado con México! Pienso que ellos han estado haciendo mucha palabrería», dijo Trump a reporteros estadounidenses desde Mar-a-Lago, su residencia en el Sur de Florida, a donde llegó para su descanso de fin de semana.
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