Leí el miércoles 21 de marzo en la sección de economía del periódico El Diario, que un tercio de los adultos mayores de 65 años no tienen comida ni medicamentos.
El que requiere medicamentos es que está enfermo, y cuál es la causa principal de que un ser humano se enferme, pues son las preocupaciones morales y económicas, que ocasionan estrés en nuestros pensamientos y emociones.
Si constantemente fomentamos dentro de nuestro cerebro pensamientos de envidia, odio, rencor, etc., dan ganas de vengarnos provocando esas causas un desbalance químico en el organismo, permitiendo que las bacterias, de los gérmenes y virus tome el control del cuerpo humano.
Para evitar esos males hay que relajarse y sintonizarse, de lo contrario, el individuo se volverá alcohólico o adicto a las drogas y una vez metido en ese riel, se resistirá a que lo ayuden, pues persistirá en su deseo de drogarse para envilecerse.
Por ello hay que tener como propósito de esta vida el crecimiento mental, emocional y espiritual, pues la mente es un campo de energía que moldea, controla y anima al cuerpo humano, quedando claro que la mente guarda acontecimientos que sobreviven al cerebro, pues las células del cerebro son perecederas.
Sabemos que cuando el cuerpo físico llega al final de su uso, cada uno de los seres viajaremos por un camino diferente, al salir el alma del cuerpo humano llevándose los bancos de memoria. El alma es la chispa o porción de energía que se originó cuando emanó del Creador.
En el instante de irme de este mundo, estaré en un estado de exaltación, veré a mi progenitor que prometió ayudarme, como lo hice yo antes de que su alma se desprendiera de su cuerpo, para ir su espíritu de alto nivel a la presencia de Cristo nuestro señor.
Reconozco que tuve decenas de fuertes deseos de lujuria, posiblemente haya causado dolores, penas o infelicidad en muchas damas, si en un período me convertí en alcohólico, tuve la fuerza de voluntad de abandonar ese vicio, pero siempre estoy dispuesto a crecer mentalmente y espiritualmente, porque sé que la forma en que midamos, seremos medidos por el Creador, por lo que no tengo miedo de morir, llevo en el pensamiento el más alto concepto, e iré a la presencia de Cristo Rey amparándome en su misericordia, para que perdone los malos actos de mi vida por haber sido adúltero, deplorando vivamente lo sucedido.
Los jesuitas me inculcaron que la fe en el fundamento de la comunión del amor a Dios, es para el encuentro personal con Cristo.
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