Ciudad Juárez, Chihuahua – La gobernadora de Chihuahua, María Eugenia Campos Galván, encabezó la inauguración de una nueva red de agua potable en el ejido El Sauzal, un hito que pone fin a cuatro décadas de marginación hidráulica para miles de familias rurales. En su discurso, la mandataria estatal reiteró su compromiso con las comunidades del campo, subrayando que proyectos como este son esenciales para elevar la calidad de vida y el bienestar de los juarenses, al garantizar el acceso equitativo al vital recurso.
Durante el evento, Campos Galván estuvo acompañada por figuras clave del sector público, incluyendo al Secretario General del Estado, Santiago De La Peña Grajeda; el Director de la Junta Central de Agua y Saneamiento (JCAS), Mario Mata Carrasco; y el Director Ejecutivo de la Junta Municipal de Agua y Saneamiento de Ciudad Juárez (JMAS), Sergio Nevárez Rodríguez. Juntos, las autoridades recorrieron la zona para verificar el correcto funcionamiento de la infraestructura hidráulica recién instalada, que incluye pozos, tuberías y sistemas de distribución diseñados para resistir las demandas del árido entorno chihuahuense.
Deuda histórica saldada
Campos Galván enfatizó que estas obras son el fruto de una colaboración estrecha entre el Gobierno del Estado y los organismos operadores de agua, con el propósito central de llevar el servicio a los rincones más remotos de Chihuahua. «Este avance demuestra que el trabajo coordinado puede transformar realidades», declaró la gobernadora, al resaltar cómo la iniciativa aborda desigualdades persistentes en el acceso al agua, un recurso escaso en la región fronteriza.
Sergio Nevárez, director de la JMAS, detalló que miles de familias del ejido se beneficiarán directamente con esta instalación, marcando la primera vez en 40 años que se salda esta deuda histórica con la comunidad. La obra, con una inversión total de 150 millones de pesos, no solo provee agua potable de calidad, sino que también incorpora tecnologías modernas para un suministro eficiente y sostenible, reduciendo pérdidas por fugas y mejorando la presión en las redes.
Los habitantes del ejido El Sauzal expresaron su profundo agradecimiento al Gobierno del Estado, reconociendo que la llegada del agua potable representa un cambio radical en sus condiciones de vida. Familias que por generaciones dependían de pipas o fuentes precarias ahora cuentan con un servicio confiable en sus hogares, lo que facilita tareas cotidianas como la preparación de alimentos, el higiene personal y el desarrollo de actividades agrícolas. «Es un sueño hecho realidad; el agua ya no es un lujo, es un derecho», compartió un residente local durante el recorrido.
Esta entrega se enmarca en un esfuerzo más amplio por modernizar la infraestructura hidráulica en Chihuahua, donde el cambio climático y el crecimiento poblacional exigen soluciones innovadoras. Con el agua fluyendo por primera vez en décadas, El Sauzal se convierte en símbolo de esperanza para otras comunidades rurales, impulsando no solo el bienestar inmediato, sino también el desarrollo económico y social a largo plazo.



