“…Ese gigante italiano, vino de Europa para sembrar humanismo en el Estado de Chihuahua, desde su llegada afortunada a Parral, sitio en el cual encontró el amor de su vida, en la persona de la regia mujer que fue Matilde Gómez, hasta su paso como padre fundador de instituciones educativas como lo fue la entonces Escuela de Filosofía y Letras de la UACH, que cuenta ya con más de medio siglo de existencia por cierto, hasta su paso profundo por las Humanidades impartidas y compartidas en la UACJ, lo convierten en referente raigal y memorable en la historia cultural de Chihuahua”, de esa manera se expresa el sabio filósofo y filólogo, actual académico de prestigiadas Universidades de México y del Mundo.
“…Si se me preguntara sobre la impresión trascendente que guardo en la memoria sobre la generosa figura de Ferro, te diría que precisamente su condición abierta y noble de paternidad y dirección espiritual, convirtiendo a la Filosofía en auténtica y original fuente de sabiduría, de prudencia existencial, este poderoso italiano vino a convertirse en nuestro Sócrates meridional, aprendimos con él y gracias a él, el infinito valor de la conversación inteligente, abrevando en la cultura clásica, fundamentalmente griega y latina”.
Dialogando de manera breve en el espacio del Auditorio “Federico Ferro Gay”, pieza arquitectónica nuclear de la hoy creciente Facultad de Filosofía y Letras de la UACH, previo al momento en que nuestro Académico impartirá una Conferencia sobre la vigencia del Humanismo Clásico en Chihuahua. Al evocar el final valor del personaje, cuyas cenizas reposan hoy en el fondo profundo del Mar Mediterráneo, poderoso símbolo histórico y cultural de lo que en algún momento llamó su “Madre Patria”, afirma que “Federico Ferro Gay es aún en su socrática humildad como forma de vida ética intelectual, por su entrega total en la producción filosófica y literaria, así como por la consistencia reconocida en amplísimas dimensiones de la vida académica de diversos confines, incluyendo una impecable práctica docente al nivel superior, un auténtico caudillo cultural generador de lo que algunos de sus más reconocidos exdiscípulos llaman hoy la ´Filosofía del Septentrión´”.
En sentido paralelo, se ha seguido con singular atención la iniciativa y modificación de nomenclatura que el gobierno independiente o sin partido del Ayuntamiento de Hidalgo del Parral, Chihuahua, ha realizado en un giro cultural de 180 grados, cambiando la chocante y abusiva políticamente denominación duartista de la Colonia “Parral Vive”, por la de Colonia “Federico Ferro Gay”. Indudablemente es un cambio radical en su sustancia social misma, dado que los símbolos implicados son “violentamente” diferentes; por un lado el provinciano culto a la personalidad de un personaje megalómano y corrupto como César Duarte, hoy aún prófugo de la justicia, por el otro, el nombre propio de un personaje extraordinario de excelencia cultural, filosófica, literaria y humanística como lo es la presencia indeleble en el Estado de Chihuahua del generoso italiano Federico Ferro Gay.
Un nuevo bautismo sin duda atrevido en lo cultural y en lo político, el duartismo pútrido y decadente, vapuleado ya hasta por los propios, en cambio por un ánimo de renovación y transformación del espíritu que motiva a la consideración de lo que podría ser incluso la piedra de toque de una política cultural y educativa para la “Capital del Mundo”, con la difusión decidida e inteligente de la biografía ligada del querido y reverenciado Maestro italiano, por supuesto del vínculo amoroso que él reconocía perdurable, entrañable, respecto a quien fuese la mujer de su vida, su trabajo docente aquí mismo realizado, también la cobertura bienhechora y humanista como fundador de instituciones a lo largo del Estado de Chihuahua, sus aportaciones y publicaciones, su inquebrantable pasión por el ejercicio magisterial, su socrática actitud y método de enseñanza.
Es mucho y valioso lo que puede desprenderse como impacto cultural, acto educativo, sentido pedagógico y formativo, concepción y sustento de lo político y la política, presencia y vigencia de las herencias griega y romana, verdaderos embriones occidentales de la democracia y la república en nuestras raíces civilizadoras, especialidades afortunadamente y de manera larga, desarrolladas en Chihuahua por este coloso intelectual, Maestro de generaciones que vino para ofrendar su fecunda vida en una especie de trayectoria “evangelizadora” laica que dejó una preciosa huella indeleble en el espíritu cultural chihuahuense.
Bien por la inquietud visionaria de Adrián Sánchez Villegas, abogado derechohumanista, Secretario del Ayuntamiento de Parral, por atreverse a inducir con este símbolo un cambio potencialmente virtuoso para la política pública educativa y cultural de esta querida Ciudad. Por supuesto, bien por Alfredo Lozoya, el popularísimo “Caballo”, presidente Municipal de Parral, por asumir, aceptar y proponer formalmente este cambio de nombre de esta populosa colonia, sin duda, gran intención por quebrar el ruinoso y grotesco populismo que tanto ha dañado nuestra vida colectiva.
Finalmente, habrá que persuadir a Alfredo Lozoya, de difundir el conocimiento en Parral e incluso en el estado, en relación a la vida y obra de Ferro Gay, Jornadas, Conferencias, Foros, Conversatorios, todo vinculado a ser la primer entidad en Chihuahua en denominar toda una Colonia con el nombre de este prócer de la inteligencia y la cultura en el Estado Grande.
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