Para este año la coordinación de Música y de Producción Musical de la UACJ se aventurarán en el «súper reto» de innovar la manera en que se llevan a cabo los recitales en la institución, incluyendo con ayuda de la tecnología a un ente que es parte fundamental de los conciertos, aquél que hasta el momento lleva la bandera de receptor, manteniéndose al margen de lo que se está realizando delante de él: el espectador.
La piedra angular de este trabajo, explicó el maestro Darío Valentino Escobedo Ortiz, quien es también el coordinador del proyecto, consiste en involucrar al espectador en darle forma y estructura a la pieza musical que se presente, ya sea por medio de una app o a través de un sitio web.
Además de estructurar la pieza, de hacer infinidad de combinaciones para modificar el sonido original, también se contempla la intervención del público durante el concierto, en donde la interfaz les avisará el momento exacto en el que podrán soltar sonidos a modo de complemento.
Para realizar dicho reto, único en su estructura hasta el momento, será necesaria la presencia de material audiovisual para anunciarle a la gente en qué momento de la ejecución pueden emitir cierto sonido.
También, para contar con un resultado positivo del innovador recital, se cuenta con la participación de un grupo multidisciplinario con personal de medios interactivos, profesores de música que han estudiado la tecnología aplicada a la música y, la composición y combinaciones posibles de la pieza, correrán a cargo del maestro Escobedo Ortiz.
Dentro de la planificación del proyecto, se estima que la aplicación, o sitio web, que se utilizará en el recital deberá estar listo después de las vacaciones de verano, para posteriormente coordinar el montaje y la implementación del audiovisual y comenzar con las pruebas necesarias para en octubre o noviembre llevar a cabo el recital con la participación del público.
Escobedo Ortiz comentó que un concierto de ese calibre puede llegar a generar un impacto social, pues “a la hora de encontrar que hay un equilibrio intelectual entre el músico y el espectador, aunque sea mínimo, le va a dar un poder al público que no había antes. Ahora el público va a querer involucrarse”.
“Podemos incluso pensar que en ellos puede brotar la semillita de seguir viniendo, va a ser un gancho”, agregó.
En caso de que el proyecto musical consiga los resultados deseados, se arrancará una segunda fase similar al piloto.
Sin embargo, en caso de que sea todo lo contrario, se buscará darle a esa idea una mayor difusión internacional, debido a los matices de originalidad que no se han explorado en otros lugares.
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