*Paraca mi relación con el gobernador Pancho Barrio; pero muy estrecha con varios de los respetables panistas históricos *Tal vez le pidieron a Barrio cambiar la cabecera municipal de Namiquipa y no hallaba qué contestar o razonar la negativa *Extraños telefonazos de Chávez Barrón a mi domicilio. Sólo lo conocía por alguna referencia de su compadre Ponchito Lugo Salas *Recordé a Juanito Saldaña; a Pepe Contreras y Pepe Posada; a Gabriel Ríos Machado; a Gabriel González Benítez; a Avelino Soto Ugalde
Jámas había cruzado yo palabra alguna con el abogado Héctor Chávez Barrón, comunicador oficial del gobernador barrio. Tenía alguna referencia de que se trataba de una persona de elevado estatus económico, social, académico, cultural, y que había sido, o era aún, director del campus local del Instituto Tecnológico de Monterrey en Chihuahua, y sólo recordaba que en algún momento en su oficina de Bolívar y Quinta el abogado Félix Alfonso Lugo Salas (hijo de mi amigo y en cierta manera mi protector don Félix Alfonso Lugo Verdugo, de quien fui su secretario privado como Presidente Municipal de Ciudad Juárez) me había comentado que era su compadre y una muy fina persona.
Por eso me extrañó, me sorprendió, me puso a pensar después de que en mi teléfono domiciliario que conservo, el mismo número desde hace más de cuarenta años, contesté aquella llamada:
– ¿Es usted el señor González Raizola?–, preguntaba una dama de voz fina.
Cuando le asentí, agregó: Le paso al licenciado Héctor Chávez Barrón que desea hablar con usted. Gracias.
Y luego Chávez Barrón: «Usted no me conoce pero yo sí lo conozco a usted. Y lo invito a mi oficina en Palacio de Gobierno porque quiero pedirle un favor de parte del señor Barrio, el Gobernador.
Francamente destanteado le dije que había una confusión, «porque a usted no lo conozco y al señor Barrio lo he saludado, así nomás de pasada, en pocas ocasiones, así que tanto como para pedirme un favor, no me suena procedente, no hay liga lógica, no hay…»
Intenta aclarar: «Mire señor González Raizola, en verdad el que necesita el favor soy yo porque el señor Barrio me encargó proporcionarle unos datos históricos que yo desconozco, y él mismo me sugirió contactarme con usted para pedirle ese apoyo y ese favor. Por eso quiero que venga a mi oficina para platicar. Se lo voy a agradecer».
Conjeturaba yo, No, no había nada lógico. Yo en Palacio de Gobierno al único panista que conocía, y deveras, era al diputado Juanito Saldaña porque habíamos actuado juntos en Juárez, él por el PAN, yo por el PARM, Gabriel Ríos Machado por el PPS, Avelino Soto Ugalde, Gabriel González Benítez, Pepe Posada y Pepe Contreras y otros muchos que ya no recuerdo, en la constitución del Frente de Partidos en defensa del Voto Popular, pero hasta allí. También conocía a don Pedro César Acosta Palomino, pero en su calidad destacada de escritor, de articulista, de analista político, con quien había sostenido interesantes e ilustrativas conversaciones.
Pero no tenía ninguna familiaridad con Pancho Barrio y mucho menos con Chávez Barrón, ante quien por fin y con mis dudad me presenté, y tras los preámbulos de rigor me dijo que el señor Barrio quería que yo escribiera un texto donde le explicara la razón de por qué no se debía cambiar la cabecera municipal de Namiquipa, del Pueblo Viejo de ese nombre, a la Sección Municipal y pueblo nuevo llamado El Molino.
Todavía sin digerir el extraño encargo, me auto analicé y colegí que no debía ser egoísta y elaboré el escrito que Barrio requería y que en su nombre, Chávez Barrón me solicitaba.
Tres cuartillas doble espacio. Se lo llevé a Chávez Barrón. Sin leerlo siquiera me dijo: «Cóbreme». Yo falto de esa costumbre me sentí nervioso. Repitió: «Cóbreme. Es su trabajo profesional. Cóbreselo al señor Barrio».
Sostuve mi negativa y me entregó un cheque por dos mil quinientos pesos que me sirvió de mucho pero del cambio de sede a la cabecera del municipio de Namiquipa, jamás supe qué fue lo que pasó. De seguro nada.
Este es el recuerdo de otro más de los once gobernadores que me ha tocado tratar como reportero.
Chihuahua, 2017
*Premio Nacional de Periodismo 1973
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