La lengua castellana es clave y sonora, semejante a los sonidos de las campanas de la Catedral Metropolitana, así resplandecen las letras cuando se graban en el papel. Iniciaré recordando al Instituto Bachilleratos, ubicado a un paso en Tacubaya en la calle de Gelati no. 29 de la hoy Ciudad de México, siendo el rector, el licenciado Enrique Torroella S.J., quien dio su aprobación para que se editara el periódico de la escuela, describiendo en dicha publicación las conferencias culturales de filosofía, de literatura, de historia, de arte, la cátedra de los grandes compositores de la música clásica, así como el canto, de la oratoria, el desarrollo de la sección hípica, las clases de gimnasia, los partidos de futbol soccer, de frontenis, de basquetbol, de ping pong y lo principal, el conducirnos por la vida con disciplina y con orden dentro y fuera de la escuela.
Al llegar el mes de noviembre, se iniciaban los exámenes y según el resultado obtenido, si era óptimo concedían diplomas y distinciones al comenzar las vacaciones nos inscribíamos en el club de incursiones, viajando al estado de Michoacán, en las tiendas de Morelia, vendían guitarras de Paracho, artículos de cobre de Santa Clara, tejidos de lana de Capácuaro, alfarería de Tzintzuntzan, como hacía frío adquirí un jorongo de lana, en camión nos dirigimos a Pátzcuaro, siendo atendidos por don Sabas y Doña Teresa, padres de mi compañero Manuel Leal Corona, el cual nació el 2 de abril de 1931, el me presentó a una bonita señorita de apellido Díaz Barriga, quien nos llevó a Janitzio donde se encuentra la estatua de José María Morelos y Pavón, después por ferrocarril llegamos a Uruapan, presenciamos las erupciones de lava que expulsaba el volcán Paricutín.
Al año siguiente viajamos al norte de Veracruz, conociendo Cerro Azul, Martínez de la Torre, Misantla a un lado del río Nautla, donde el general Maximino Ávila Camacho poseía una gran hacienda ganadera, estuvimos en Papantla y en el Tajín, en donde hubo una exhibición de cinco totonacas quienes ascendieron por un madero muy alto, mientras cuatro de ellos descendían sujetos de los pies por una cuerda dando vueltas alrededor del tronco, el quinto totonaca, estaba parado en la cúspide tocando un tamborcito y en su boca sostenía una pequeña flauta que emitía sonidos, después llegamos a la llamada zona azul de Poza Rica donde mi tío el ingeniero Luis Pérez Rossi, fue el superintendente de Petróleos Mexicanos, que como gran señor que fue, nos atendió y nos dio alojamiento en dos casas construidas por los ingleses, que en años anteriores saquearon junto con los norteamericanos
nuestro petróleo, al día siguiente fuimos a Tecolutla y descansamos un día completo.
En la escuela abrí brecha colaborando en el citado periódico, para realizar mis artículos utilizaba una máquina de escribir L.C. Smith, que el jesuita Prefecto me indicó comprar en F. Armida Company S.A., ubicada en la calle de Palma #35 de la hoy Ciudad de México. Tuve que efectuar muchas entrevistas a mis compañeros de secundaria y de preparatoria, ellos eran hijos de personas que gozaban de gran solvencia económica, la mayoría de los estudiantes llegaban a la escuela en automóvil, el chofer les abría la puerta del auto y el que este escribe, utilizaba el tranvía y en ocasiones el transporte público que iba a reventar.
El prefecto de Francisco Javier Mesa S.J., me asignó a hacerme cargo de la tienda que en la hora del recreo daba servicio a los estudiantes de secundaria, por las dudas adquirí un cuaderno grueso donde anotaba las entradas y salidas de la mercancía así como del dinero recaudado.
Como desconozco la biografía de don Ernesto Meade Fierro y la semblanza de José Antonio Meade Kuribreña Esteva, citaré primero algunos de mis compañeros de los años 1946 a 1948 como: Harold Meade, nacido en San Luis Potosí un 25 de Junio de 1931 siendo sus progenitores don Joaquín y doña Mercedes. El señor Joaquín Meade Sáinz Trápaga (1986 -1971), efectuó sus primeros estudios con maestros particulares, posteriormente se fue a estudiar a Arkansas y Beaumont en los Estados Unidos de Norteamérica y a Oxford en Inglaterra, en 1918 ingresó al ejército inglés, alcanzando el grado de subteniente, además el papa Pio XI (1922 – 1939), lo nombró Camarero Honorario de Capa y Espada.
Como antecedente hasta 1930 don Joaquín Meade vivió en la hacienda El Naranjo, propiedad de sus progenitores, posteriormente se fue a radicar al Distrito Federal de 1934 a 1944, volviendo a establecerse de 1947 a 1971.
Don Joaquín Meade dictó conferencias, publicó un centenar de escritos, inspeccionó el Archivo General de la Nación, localizando temas relativos a su entidad y a las Huastecas. Fue miembro de la Academia Mexicana de Historia, sugiero al dilecto lector leer a Rafael Mandujano y Aguiñaga, la biografía de don Joaquín Meade, encontrándose un boletín en la Secretaría de Hacienda en abril de 1972.
Traté a otro compañero de nombre Rubén Meade Mercado, quien nació un 25 de noviembre de 1929 en el Distrito Federal, siendo sus progenitores don Luis y doña María, él me platicó que posiblemente sus ancestros provenían de don Ambrosio Meade, oriundo de Durango, pueblito de Vizcaya, España, quien vio la primera luz en 1710, siendo joven, llegó a la Nueva España, dedicándose al comercio en cuyo ramo prosperó, fue uno de los fundadores del Real Colegio de San Ignacio (Las Vizcaínas) a su muerte, en 1781, donó parte de su fortuna a dicho colegio.
Aunque no fueron amigos míos, los siguientes estudiantes como: Roberto Kuri Murad, nacido el 23 de septiembre de 1934, en la hoy llamada Ciudad de México, sus progenitores fueron: don Ramón y doña Zaheya.
Otro compañero que se quemaba las pestañas estudiando fue Guraieb Kuri Salim, quien nació en el evocado Distrito Federal un 2 de agosto de 1935, sus padres llevaban los nombres de don Wadi y doña Isabel.
El siguiente estudiante fue Francisco Breña Garduño, nacido el 5 de diciembre de 1929 en lo que fue el Distrito Federal, los autores de su vida fueron don Adrián y doña Esperanza.
Siendo adolescente comencé a trabajar en una institución bancaria y conocí a Manuel Kuri Breña, quien iba seguido a comer a la casa de mi abuelita, doña Agustina Rossi, viuda del santanderino de mi abuelo Natalio Herrera Oz, siendo el licenciado Kuri Breña, invitado por mi tío materno, el licenciado Jorge Herrera Rossi.
Estas letras van directo al precandidato del PRI de nombre José Antonio Meade Kuribreña, que de buenas fuentes me han informado que es una persona honesta y honrada, felicitándole por haber sugerido a los que son precandidatos a la presidencia de la República Mexicana, hacerse pruebas toxicológicas, para comprobar que gozan de salud física y mental, quedándole el saco a la medida al badulaque del tabasqueño de Andrés Manuel López Obrador, para que se practique un examen mental, pues es una persona taimada que utiliza la coacción para lograr sus propósitos.
En la primera semana de diciembre del año 2017, insistió el mitinquero de AMLO en darles amnistía a los miembros de los cárteles de las drogas, condicionándolos a cambiar su conducta actual y llevar una vida honesta, acaso el mitinquero de AMLO desconoce que los narcos son los causantes del pandemónium existente en la mayoría de los estados de la república, estos transgresores de la ley de enero a diciembre del año 2017 han asesinado a 772 personas, como le vale al precandidato de Morena el principio de equidad, posiblemente establezca un pacto con ellos, condicionando a que haya seguridad a cambio de recibir satisfactores, prometiendo hacerse el distraído.
El badulaque de AMLO pasa por alto el artículo 73 de la fracción XXIII siendo los Diputados del Congreso de la Unión son los que tienen protestad de hacer y modificar las leyes, dos miembros amigos míos de la Re Na Ta A.C. están de acuerdo de quienes violen la ley se debe de aplicar pena de cárcel, a fin de que sean reprimidos tanto los narcotraficantes como los criminales. Se estarán carcajeando los narcos del indulto prometido por AMLO, si es que llega a ocupar la silla presidencial, lo cierto es que los nueve cárteles existentes, jamás dejaran los negocios de las diferentes drogas que introducen en los Estados Unidos de América y a México, dejándoles a los narcos la venta de esos alcaloides una millonada de dólares.
Días antes de navidad, AMLO volvió a insistir de otorgar amnistía a los narcotraficantes que optaran por su readaptación, no preciso si el plan de indulto alcanzaría a los asesinos, a sabiendas de que en la mayoría de los estados de la república, aumenta cada día la violencia.
AMLO, con tal de continuar presente en los medios de comunicación, pretende por tercera ocasión, su registro como precandidato, el cito: «En caso de ser elegido, haré concesiones a los ninis» (que no estudian ni trabajan), prometió darles un ingreso mensual de $ 1,600.00 pesos, mientras se capaciten como aprendices en talleres y en empresas.
Me pregunto: ¿De dónde sacará el dinero para beneficiar a los ninis? Olvidándose que la deuda pública llega a billones de dólares.
Sabrá, AMLO que de los 2,456 municipios existentes en México, existen 915 municipios donde 57 millones de indigentes no tienen los medios económicos para nutrirse como debe ser, además carecen de cajones educativos y culturales, tienen rezagos del servicio de salud, les falta seguridad social y espacios adecuados de vivienda.
Los políticos que están en el poder, pudiesen lograr frenar a los malhechores causantes de la gran violencia existente, mereciendo la opinión de los pensantes la pena de muerte, pero sólo el Congreso de la Unión podría decretar la ultimación de esos nefastos individuos y teniendo el visto bueno de los integrantes del Senado de la República, se lograría la paz y tranquilidad que ansiamos los ciudadanos mexicanos.