Por carecer mi progenitor de recursos económicos, me inscribió en la fundación Mier y Pesado, en donde los niños pobres estudiamos primaria, dicha escuela se ubicaba en Coyoacán, en varias ocasiones caminé por la plazuela, estando a un paso la portentosa iglesia y la sobria portada del primer cabildo metropolitano instalado el 7 de marzo de 1524 por don Hernán Cortés Pizarro.
Se cuenta que en la esquina de Higuera y Vallarta, don Hernán Cortés le cortó el frágil hilo de la vida a su esposa Catalina Suárez “La Marcaida”.
Posteriormente Hernán Cortés contrajo nupcias con Juana Zúñiga, procreando a su hijo Martín y tres hijas de nombres María, Catalina y Juana, además tuvo cinco hijos bastardos: Catalina Pizarro, que tuvo con una india cubana.; Martín, con doña Marina “La Malinche”. Luis, con Antonia Hermosillo. Leonor, con la princesa Isabel hija de Moctezuma y María, con una india noble azteca.
En Coyoacán Hernán Cortés ideó la formación de la academia cortesiana y del hospital de la Purísima Concepción, después conocido como Hospital de Jesús, construido, en la avenida 20 de Noviembre de la Ciudad de México y como lugar de descanso planeó construir su mansión en Cuernavaca.
Carlos I de España y V de Alemania, le concedió a Hernán Cortés el título de Marqués del Valle de Oaxaca y lo premió concediéndole el supremo poder político militar y judicial de la Nueva España nombrándolo Capitán General y de Justicia Mayor.
Dentro del desarrollo económico Hernán Cortés mandó traer de España animales de tiro y de carga, vacunos, porcinos, fomentó la agricultura con la importación de cereales y caña de azúcar. Preocupado por la evangelización y propagación de la fe cristiana, Cortés le pidió a Carlos I le enviara religiosos de la orden franciscana y en respuesta llegaron el 13 de mayo de 1524 doce sacerdotes encabezados por Fray Martín Valencia, ya que los tres que llegaron el 13 de agosto de 1523 Juan Tecto, Juan de Aora y Pedro Gante no se daban abasto.
Cortés conquistó el Pánuco de la Huasteca y deseoso de castigar a unos españoles sublevados emprendió la desastrosa expedición en 1524 a las Hibueras, temeroso de un levantamiento de los aztecas, llevó consigo a Cuauhtémoc el último tlatoani de Tenochtitlán, a quién ahorcó el 26 de febrero de 1525 en un lugar llamado Xicalanco.
En el camino de regreso con sus tropas exhaustas, le informaron la noticia de que Carlos I (1527-1556), lo había destituido para someterlo a juicio de residencia.
Cuando llegó ante Carlos I éste lo vió de arriba abajo y dándole la espalda preguntó: ¿Quién es este hombre? Contestole Hernán Cortés con altivez y firmeza: ¿Qué quién soy? Yo le diré a su Majestad ya que no sabe. “Soy el que le ha dado a vos, más reinos que ciudades que su Majestad heredó de sus abuelos.”
Hernán Cortés falleció a los 63 años en 1610, su cadáver se depositó en el sepulcro de los duques de Medina Sidonia extramuros de Sevilla, después trajeron sus huesos a la Nueva España, depositándolos en la Iglesia de San Francisco de Texcoco, en 1629 el corrupto virrey Rodrigo Pacheco y Osorio, marqués de Cerralvo (1624-1635), ordenó trasladar los restos de Hernán Cortés a la capilla mayor de San Francisco, más tarde el virrey Juan Vicente Güemes Pacheco y Padilla conde de Revillagigedo (1789-1794), ordenó se construyera un sepulcro en la Iglesia del Hospital de Jesús, pero en 1823 ante el temor de ser profanados sus restos, Lucas Alamán (1792-1853), ocultó en una urna de plata el cráneo y demás huesos de Hernán Cortés, en la parte alta de la pared del convento anexo al Hospital de Jesús, en ese sitio a mí y a más de 18 personas de diferentes edades y sexos, estando en posición de firmes, nos operaron sin costo alguno de problemas en los ojos.
En 1946 haciendo reparaciones en dicho muro, un obrero descubrió la urna, habiendo sido enterado el presidente Manuel Ávila Camacho, Presidente Constitucional de 1940 a 1946, desconozco en la actualidad en donde se encuentra actualmente dicha urna, que contiene los huesos de Hernán Cortés.
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