A 50 años del Movimiento Estudiantil, iniciado en el verano de 1968, Salvador “El Pino” Martínez della Roca, Víctor Orozco, Víctor Quintana y Marcela Frías, narran sus experiencias como protagonistas de las protestas estudiantiles que marcaron la historia del país, al participar en la mesa de diálogo: “El México que queremos: a 50 años del 68”.
“El 68 solo se explica con el entorno y la rebelión cultural que vivíamos los jóvenes en esa época” manifestó Salvador Martínez, conocido como “El Pino”, ex delegado del Comité Nacional de Huelga (CNH) durante el movimiento estudiantil.
Ello, a por medio de la mesa de reflexión “El México que queremos: a 50 años del 68”, que se desarrolló este domingo 28, en el marco de la Feria del Libro Chihuahua (Felich 2018), con sede en Expo Chihuahua.
El Pino” compartió el micrófono con Víctor Orozco, Víctor Quintana y Marcela Frías, también protagonistas de esos hechos y actuales estudiosos de los movimientos sociales.
Los cuatro, narraron las historias de represión y violencia que les orillaron a unir esfuerzos y a luchar en contra de un gobierno opresor, por causas como la libertad de expresión y de manifestación.
“Así éramos los jóvenes de ese entonces, logramos acabar con el cuerpo de vigilancia y Chávez tuvo que firmar su renuncia”, expuso Salvador Martínez, al referirse a su participación en la toma de la Rectoría de la Universidad Autónoma de México, en 1966.
En ese año, el rector Ignacio Chávez renunció tras una rebelión encabezada por los estudiantes, que exigían un alto a la violencia perpetrada por los llamados “cuerpos de vigilancia”, que eran grupos represores de toda manifestación estudiantil, contextualizó.
“Eran los granaderos afuera y el cuerpo de vigilancia adentro. Alguien con el pelo largo era sospechoso, a todos los jóvenes nos trataban con la punta del pie”, reclamó Martínez al recordar el acoso que enfrentaban dentro y fuera de las escuelas.
“Hubo muchos ‘sesenta y ochos’ que cada quien vivimos de forma diferente”, narró Marcela Frías, exestudiante del Instituto Politécnico Nacional y quien formó parte de las llamadas brigadas estudiantiles, que salían a las calles a recolectar dinero e insumos, a repartir volantes y pegar información en muros.
“A los movimientos, en todo el país se hermanaron con la UNAM, el Politécnico, Chapingo, las normales superiores, la ENAH, los tecnológicos”, relató, con énfasis en la intervención femenina en esta lucha, pues “formamos la primera brigada con la participación de mujeres”.
A su vez, Víctor Orozco mencionó cómo se vivió esa época en el norte del país: “En los 60 vivimos en Chihuahua movimientos muy importantes en apoyo a grupos de campesinos, por la lucha por la vivienda, con grupos universitarios”.
Agregó que demandas como la libertad de presos políticos y la derogación de delitos por causas sociales, no eran sólo de México, sino de muchos países más.
“El momento de esperanza que está viviendo México es deudor de aquella mística liberación del movimiento del 68”, manifestó y advirtió que actualmente esas libertades ganadas, se contraponen a “una entrega del país a otras fuerzas más oscuras, las de crimen organizado”.
“Hemos cultivado una esperanza desde hace 50 años ¿Qué vamos a hacer para mantenerla?”, apuntó.
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