Ciudad de México.- Una vida de claroscuros la de Isabel Miranda de Wallace, recién fallecida: de aplausos y distinciones a señalamientos por ‘fabricación de culpables’. Fue la fundadora de “Alto al Secuestro”, tuvo influencia considerable en el sexenio de Felipe Calderón, controvertida en su vida y ahora con su muerte.
Este sábado, medios de comunicación confirmaron la muerte de la presidenta de la organización Alto al Secuestro, Isabel Miranda de Wallace, a los 73 años. Personajes de la política y allegados cercanos lamentaron su deceso y se despidieron de ella a través de publicaciones en redes sociales.
Hubo de todo en redes sociales: fue trending topic y un verdadero festín. Destacan los comentarios poco cristianos del padre Solalinde, quien a su vez se convirtió en todo un tema en las redes digitales.
Wallace es reconocida por ser la fundadora y presidenta del organismo mencionado, pero también llegó a ser interlocutora del gobierno federal en materia de seguridad durante el sexenio de Felipe Calderón —y mujer de confianza de su gabinete—, Premio Nacional de Derechos Humanos y candidata al gobierno de la delegación Tlalpan. No obstante, también cuenta con una serie de señalamientos que han vuelto al debate público tras la confirmación de su muerte.
En 1998, Wallace enfrentó un proceso penal por presuntamente ser responsable de los delitos de resistencia de particulares y homicidio en grado de tentativa. Esto, tras ser acusada por funcionarios de la delegación Tlalpan de haberse resistido a la autoridad y dañar equipo del gobierno capitalino mientras el personal de este intentaba retirar tres espectaculares de su empresa Showcase. La acusación señala que Wallace ordenó a sus trabajadores atacar a los empleados de la delegación mientras los últimos se preparaban para desinstalar estos anuncios.
Entonces, el juez Duodécimo Penal del Distrito Federal ordenó su formal prisión, acusada de resistencia a particulares, aunque la exoneró del cargo de homicidio en grado de tentativa. El 16 de julio de 1998 fue remitida al Ministerio Público y, luego de cinco días, el juez ordenó “realizar la identificación de la procesada María Isabel Miranda de Wallace a través de los sistemas administrativos actuales, recopilar información sobre sus ingresos previos y someterla a un estudio de personalidad”.
Siete años después, el 11 de julio de 2005, Wallace inició un proceso sobre la desaparición de su hijo, Hugo Alberto Wallace, de quien, posteriormente, se alegó secuestro y asesinato.
Sin embargo, familiares de personas encarceladas acusaron a Wallace de haber incurrido en ilegalidades graves, como “actos de tortura” contra los presuntos secuestradores y asesinos de su hijo, esto para inculparlos y que aceptaran los cargos que se les imputaban. Es decir, que los ‘responsables’ fueron ‘fabricados’. Los familiares, entonces, señalaron que Isabel Miranda estaba “utilizando el poder que le proporcionaba su ‘amistad’ con el entonces presidente, Felipe Calderón”, afirmaciones hechas por la revista Proceso en su edición 1842, publicada el 8 de abril de 2012.
Isabel Miranda de Wallace recibió críticas y desconfianza por parte de periodistas y de la propia opinión pública, siendo acusada en varias ocasiones de haber fingido la desaparición de su hijo. Desde 2005 afirmó que su hijo fue secuestrado, asesinado y descuartizado en un departamento de la colonia Insurgentes Mixcoac.
Durante la investigación y proceso del caso, se encarceló a siete personas ‘responsables’ del rapto y asesinato. Una de ellas, Brenda Quevedo Cruz, quien estuvo encarcelada sin juicio hasta el 25 de junio del año pasado, cuando fue trasladada a su domicilio para continuar su proceso.
En 2012, Isabel Miranda fue designada candidata del PAN a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México. Sin embargo, Miguel Ángel Mancera fue el candidato que ganó la elección.
En abril de 2019, Miranda de Wallace pidió al entonces presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, que la recibiera para ahondar en la investigación sobre la desaparición de su hijo, por medio de una carta.
También en abril de 2019, la entonces senadora de Morena, Nestora Salgado, en una conferencia en el Senado, acusó a la empresaria de haberla torturado los años que estuvo en la cárcel e influir en su contra durante el proceso que enfrentó por el delito de secuestro.
Aún en 2022, el entonces presidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, Arturo Zaldívar, señaló a Miranda de Wallace por fabricación de pruebas contra altos funcionarios del Poder Judicial con fines de extorsión. Una vida controvertida y, a juzgar por la acción de miles en redes digitales, esa condición la sigue aún hasta hoy, recién fallecida.