1Francisco Garduño Yáñez nació en Acámbaro en 1948. Su currículum académico tiene algunas curiosidades. Pero empecemos por el principio: siendo muy joven, su familia se trasladó de Guanajuato a la Ciudad de México. Sus primeros estudios universitarios fueron para ser optometrista en el Instituto Politécnico Nacional. Posteriormente estudió Derecho en la Universidad Autónoma Metropolitana y, de alguna manera, consiguió una maestría en Derechos Humanos por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez. Después de pasar por la UACJ, donde nadie lo recuerda, dedicó su vida a la docencia: fue maestro de secundaria, de bachillerato y también dio clases a nivel universitario.
A la par de su carrera como maestro, inició una carrera política que comenzó en el sexenio de José López Portillo en la Secretaría de Gobernación. En ese mismo sexenio ocupó un cargo en la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Ya con Miguel de la Madrid, estuvo un tiempo en PEMEX y terminó en Banrural. Sus vínculos con Andrés Manuel López Obrador comenzaron en 1987, cuando ambos se sumaron a la campaña de Cuauhtémoc Cárdenas para la presidencia de la República.
2Lo acompañó en la fundación del Partido de la Revolución Democrática, hoy en extinción. En esos caminos, en el año 2000 se unió a la campaña de Andrés Manuel López Obrador para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de México. Tras el triunfo, fue llevado a la Secretaría de Transporte y Vialidad. Posteriormente, fue Subsecretario de Gobierno de la Ciudad de México, pero no llegó a la Secretaría de Seguridad Pública del Distrito Federal porque el presidente Vicente Fox lo vetó, dando paso a Marcelo Ebrard.
Demostró su 90% de lealtad en las campañas presidenciales de López Obrador en 2006 y 2012, en las que coordinó la campaña en varios estados. Con el triunfo de Enrique Peña Nieto, regresó a la alcaldía de Xochimilco como Director General Jurídico y de Gobierno. Desde el inicio, acompañó a López Obrador en la fundación del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena). En 2018, apoyó por tercera ocasión a López Obrador y, tras un efímero paso por el organismo de prevención y readaptación social, llegó al Instituto Nacional de Migración (INM), donde extrañamente continúa.
3La presidenta Claudia Sheinbaum anunció desde el año pasado su salida del INM, de donde no salió ni cuando, en la estación de detención de Ciudad Juárez, murieron 40 migrantes encarcelados debido a la incuria y el desdén insultante por la vida ajena, abrazados por el fuego y ante la mirada indiferente de los subordinados de Francisco Garduño.
A pesar de esto, Garduño ha enfrentado el proceso jurídico en libertad, lo que contradice la política de Estado de la 4T de dar prisión preventiva a delitos infinitamente menos graves que la muerte de 40 personas. Por esta razón, se le vinculó a proceso y se le impuso la medida cautelar de firmar cada 15 días, firmas que cumple religiosamente viajando en aviones y con viáticos pagados por el INM, cuya cifra asciende a más de 60 millones de pesos en un año. Le gusta viajar a lo grande y en compañía de sus abogados y amigos.
No todo es negro en la vida de Francisco Garduño; cabe destacar que participó en el cierre de la cárcel de Lecumberri y de la prisión de las Islas Marías, que se convirtió en el centro cultural “Muros de Agua”.
4Francisco Garduño Yáñez ha sido un problema político y de imagen para los gobiernos de Morena, tanto para el de Andrés Manuel López Obrador, quien minimizó la muerte de las 40 personas en la Estación Migratoria de Ciudad Juárez, como para el de Claudia Sheinbaum, que extrañamente lo mantiene en el puesto, aunque ya ha decidido que el próximo director del INM será el actual gobernador de Puebla, Sergio Salomón Céspedes, al término de su mandato.
Hoy, Garduño estuvo en Ciudad Juárez para acudir al sepelio del agente Luis Alberto Olivas, quien presuntamente fue asesinado por dos migrantes latinoamericanos. Garduño Yáñez, quien se negó a declarar para la prensa fronteriza, había comentado previamente que, tras su último día al frente del INM, hará un viaje a la finca de “La Chingada” para visitar a su amigo Andrés Manuel López Obrador, quien lo protegió con descaro y naturalidad.
Si regresa al servicio público, así sea en alguna posición discreta, como algunos observadores especulan, se confirmará la fuerza que aún conserva el expresidente. Garduño llegó a Juárez con el uniforme de los agentes de Migración, y la visita fue breve.