En los últimos días visitó nuestra entidad Jorge Romero, diputado federal con licencia, quien busca la presidencia del CEN del PAN y suceder a Marko Cortés. El capitalino, nacido en la Ciudad de México, se enfrenta a la tlaxcalteca Adriana Dávila, quien ha concitado la simpatía del grupo que no está en este momento en el centro de las decisiones del PAN a nivel nacional. O sea que Adriana es “la chica”, solo que sin ninguna posibilidad de ganar.
Romero se dejó ver con Maru
El diputado federal con licencia Jorge Romero se dejó ver en Palacio con la gobernadora Maru Campos, mientras que Adriana Dávila ha recibido apoyos públicos de panistas de prosapia como Ramón Galindo, exalcalde de Ciudad Juárez.
El debate fue de descalificaciones
El penúltimo día de octubre hubo un debate entre ambos contendientes y ambos se descalificaron. Con el argumento, Dávila acusó a Romero de ser la continuidad de Marko Cortés. Así anda el desprestigio del todavía líder nacional del PAN, que ese argumento es muy socorrido por Adriana Dávila.
Anaya ya decidió por Romero
Quien cometió el error de haber puesto en la dirigencia nacional del PAN al actual senador Marko Cortés es el también senador Ricardo Anaya, quien mantiene desde hace años el control de la estructura partidista a nivel nacional. ¡Ah!, para quienes no se han enterado, la democracia interna en el PAN desapareció hace por lo menos unos 15 años y se han hecho del CEN del PAN Ricardo Anaya y adláteres. Por cierto, la democracia interna en el Blanquiazul empezó a convertirse en historia con el chihuahuense Gustavo Madero, quien aún no es imputado por las autoridades de procuración de justicia del Estado de Chihuahua… Se están tardando. Esa incuria es la que mantiene en libertad a Javier Corral.
El robo de la senaduría
Allá por 2012, cuando Carlos Borruel, Cruz Pérez Cuéllar y Javier Corral entraron a una contienda abierta al voto ciudadano para decidir al candidato del PAN a senador, tras múltiples irregularidades cometidas por los tres contendientes, Corral Jurado utilizó su cercanía con Luis H. Álvarez y su gran influencia para quedarse con la candidatura, no obstante que fue el que menos votos tuvo, y ciertamente los tres contendientes hicieron sus “chicanadas”.
Todo empezó con Madero Muñoz
El grupismo y la falta de democracia interna en el PAN se inició con el perdedor de elecciones Gustavo Madero, inventor de “los moches” a los diputados por jalar recursos a sus estados. Fue Madero quien encumbró a Ricardo Anaya, y el nativo de Naucalpan, habilidoso como es, ha mantenido su liderazgo. Prueba de ello es que desde su autoexilio en los EE. UU., logró una senaduría plurinominal… Es el dueño del PAN, nada que ver con la doctrina e ideales de Gómez Morin.