Hace unos días la Procuraduría General de la Republica (PGR) dio a conocer un video del panista Ricardo Anaya, actual candidato presidencial a la Presidencia, entrando a sus instalaciones, a rendir su declaración en torno a la compraventa de un terreno por 54 millones de pesos, transacción que supuestamente se dio en circunstancias poco claras.
La PGR alega que dio a conocer el video por el interés público que genera el caso, pero lo hace en tiempos electorales y justos cuando Ricardo Anaya está en el segundo lugar de las preferencias en las encuestas rumbo a junio del 2018, mientras el candidato oficial José Antonio Meade Kuribreña se encuentra en un lejano tercer lugar e intenta crecer en las encuestas.
Lo anterior es válido comentarlo porque, es cierto, las posibles irregularidades de la compraventa de dicho terreno por parte del posible próximo presidente de la república, deben ser investigadas, lo que no está bien es que el Gobierno Federal haga uso de la PGR, para perjudicar al contendiente más próximo a su protegido Meade Kuribreña, alegando «interés público».
También es de interés público la implicación del amigo de Peña Nieto Emilio Lozoya Austin en el mayor asunto de corrupción a nivel continental, el caso Odebrecht, como también lo es la detención de César Duarte y su implicación de un desvío de fondos públicos que fueron a parar a manos del PRI nacional para su uso en campañas electorales en recientes procesos electorales. Como lo es también el desvió millonario, primero en la Sedesol y luego en la Sedatu con Rosario Robles como titular en ambas secretarías.
Y así podríamos seguirnos. Los asuntos de interés público son muchos, en este caso salta, y mucho la diligencia y la rapidez con la que la PGR se apresuró a tratar de buscar una orden de extradición contra Manuel Barreiro, el otro implicado en la trama de la compraventa del dichoso terreno ubicado en Querétaro, quien se encuentra en Canadá.
Salta también la ironía de todo esto, pues Ricardo Anaya y la cúpula panista saltan y se rasgan las vestiduras denuncian-do el uso electoral que Peña Nieto hace con las instituciones, pero hay que recordar que el Presidente está haciendo uso de la receta usada por los mis-mo panistas en 2005 cuando trataron de desa-forar a Andrés Manuel López Obrador por el caso El Encino.
En ambos caso el uso electoral que se le da a las instituciones es reprobable, pero no deja de ser tragicómico que mientras Anaya y Meade se pelean por el segundo lugar, López Obrador observa el espectáculo desde su primer lugar en las encuestas a una todavía cómoda ventaja.
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