Andrés Manuel tenía la chispa; dejó frases que continúan en la memoria colectiva. Como aquella al criticar el reparto de despensas con fines electorales del PRI: “había frijol con gorgojo” o esta otra sobre el avión presidencial; “no lo tiene ni Obama”, ninguna de las afirmaciones eran necesariamente ciertas, pero eran gracejadas con rendimientos electorales. Como esta, más actual pero de Xóchitl Gálvez, cuando piden derrumbar su casa: “¿No se quieren llevar mi bicicleta al corralón?”.
Obama por supuesto tenía no uno, sino dos aviones tres veces más impresionantes; aparte de un par de “bestias”, las limusinas para traslados terrestres. Todo esto viene al caso, porque el lunes en un tuit de su cuenta de X, Xóchitl Gálvez alertó, con un hashtag que la retrata: “#Aveg, en el presupuesto 2024 vienen millones de pesos destinados a comprar una aeronave para uso presidencial. Hay de dos sopas: @Lopezobrados_tendrá nuevo avión o seguimos pagando uno que ya ni es de nosotros”.
Ayer, Frasua Esquerra un joven reportero de Animal Político despejó dudas, el resultado de su investigación acabó con las especulaciones de 72 horas sobre una millonaria partida en el presupuesto para 2024, sobre una aeronave presidencial. SEDENA no está comprando un nuevo avión, seguimos pagando el que se malbarata vendiéndolo a una economía cien veces más pequeña que la de México Tayikistán, un país que no es fácil ubicar sin mapa en mano.
El próximo año SEDENA deberá pagar otro abono a Banobras por la deuda de mil 764 millones de pesos, este lejano país que es clasificado como narco-estado, pagó mil 659 millones y López Obrador lo celebró en La Mañanera como un logro de gobierno…¡ni Trump haría eso! En la conferencia matutina del 21 de abril Andrés Manuel, dijo que el precio era de ese nivel, o sea muy bajo, “porque tenía fallas de origen”, lo cual ameritaba un reclamo a los fabricantes, lo que no se hizo…¡ni Pinocho haría eso!
Hubo una gran polémica en redes sociales porque en el presupuesto entregado el viernes a la Cámara de Diputados, hay una partida de 6 mil 370 millones, ya con calma, sin la presión de las múltiples posturas de miles de ciudadanos en redes sociales; se aclara, esta cantidad superior a los 6 mil millones es el precio actual de una aeronave comprada en el último año de Felipe Calderón, hace once años y aún se deben mil 764 millones, que se pagarán de la siguiente manera a Banobras; 517 millones en 2024, 515 millones en 2025, 512 millones en 2036 y finalmente 218 millones de pesos en 2027.
En esta transacción de venta esta la explicación más clara de porque Andrés Manuel López Obrador, se ha dedicado toda la vida a vivir de la política, con o sin puesto administrativo, simplemente no esta dotado mínimamente para la empresa privada. Vamos, con ese tino para los negocios, fracasaría con el monopolio de la venta de aguas frescas en el Sahara.
Lo bueno es que gusta de la vida modesta y con la pensión del Bienestar, bien le alcanza para un par de pantalones y camisas, nos es de mucho gasto, sabido es que en su cartera hay permanentemente un solitario billete de 200 pesos…¡ni san Francisco de Asís!
Bueno, si no alcanza, un buen amigo como Nacho Ovalle, bien le puede hacer algún préstamo o préstamos, modestos por supuesto, a fondo perdido, como suele suceder con los buenos amigos o su nuera, la que “al parecer tiene dinero”, la esposa de Juan Ramón López Beltrán, podría entrar al quite, en los años venideros.
Sí necesitará la ayuda de los amigos, con esos vagidos, la pensión se le puede ir en medicinas… o tal vez no, es posible que entregue un sistema de salud como el de Dinamarca y no andará dando lastimas en su retiro inminente.
Disculpen la digresión, volvamos al avión; la aeronave se vendió a un 26% de su costo total, el daño patrimonial a lo mexicanos no es despreciable, pero el valor simbólico y la rentabilidad electoral es invaluable.
La puntada de Palacio Nacional
Otra de las medidas simbólicas y con ganancias en popularidad, es el haber abierto parte de Los Pinos al público, como una señal de rechazar lo que simbolizó al poder en los últimos ochenta años, desde la época de Lázaro Cárdenas, quien fue el primer inquilino de la ex casa presidencial.
Aquí hay al igual que en la venta del avión un gran simbolismo, aunque económicamente sea desastroso. Es más caro para los mexicanos que el López Obrador viva en el antiguo Palacio Virreinal; ciertamente construido por los españoles que nos se han disculpado por haber conquistado a los aztecas; bien, el habitar el Palacio Virreinal es muy molesto para los habitantes de la Ciudad de México, que ya no tienen acceso a los museos que contiene, a admirar todos sus murales, amén de los problemas de tráfico y movilidad urbana que ocasionan las permanentes vallas para resguardar el palacio, pero la ganancia en votos…¡ni en los mejores tiempos del PRI!