Salía Carmen Aristegui de un restaurante en la Ciudad de México, el político que recién la había acompañado en la comida comentó: “El triunfo de López Obrador va a ser un gran problema para Carmen”.
Abundó: “o se desinfla como periodista o va a terminar su muy buena relación con Andrés Manuel”, sabía muy bien de la vena y vocación periodística irreductible de Aristegui.
Es claro que Carmen Aristegui en los tres primeros años de gobierno de MORENA, fue muy cuidadosa en su manejo informativo y dejó de ser referencia del periodismo nacional, le faltó la habilidad que ha demostrado Jorge Zepeda Patterson, quien se maneja al filo de la navaja, quien con gran habilidad hace malabares para tocar temas sensibles, pero no llega a la crítica abierta y a tocar con el pétalo de una duda al presidente. AMLO lo ha compensado un día que llamaba pasquines y conservadores a cualquier cantidad de periódicos y periodistas, como es costumbre en La Mañanera, habló bien y pondero el periodismo equilibrado de “este muchacho ¿cómo se llama”, si Peterson, Zepeda Patterson, ese”, dijo el presidente…hasta ahora.
Cualquier medio que publique algo que no le guste al presidente, termina siendo mencionado en la conferencia diaria matutina como conservador y chayotero, sus favoritos son Reforma, El Universal en lo que a medios se refiere, favoritos para denostarlos y descalificarlos y a los periodistas que más promueve, porque finalmente es promoción son a Carlos Loret, Brozo, Raymundo Riva Palacio, en fin, mencionarlos a todos sería inútil y tedioso.
Lo mismo hace con los medios internacionales, a mi personalmente me dejó boquiabierto cuando llamó pasquín a La Dama Gris, ya que The New York Times, es un modelo para el mundo occidental y sus más de 170 años de historia lo avalan, además es el diario que mejores resultados ha tenido en la reconvención que las redes han obligado a los llamados medios tradicionales, pero bueno eso es anecdótico.
A mitad del camino
En primer Mañanera de esta semana, tronó sin esperar pregunta: “Sacaron un reportaje sobre un terreno que tienen mis hijos, heredado desde que vivía su mamá, es una herencia familiar, hicieron toda una investigación mentirosa, sin fundamento, para buscar mancharnos con la máxima del hampa del periodismo, de que la calumnia cuando no mancha, tizna”.
Medias verdades son mentiras completas y el presidente mintió totalmente sobre su referencia al reportaje, que no es exclusivamente de Carmen Aristegui y Proceso, medio al que también descalifico, pero ya lo había hecho en ocasiones anteriores, sino de siete medios informativos, que unieron esfuerzos para realizar periodismo de investigación, práctica cada vez más común, por lo caro que resulta profundizar y corroborar una historia. Le enojó Aristegui, la pensó su cómplice por seis años y a ella enfocó su encono, pero participaron Eme-Equis, Pauta, Proceso; Meganoticias y Connectas, también.
Pero volviendo a la defensa tramposa del presidente, en el reportaje no se habla de irregularidades en la adquisición del terreno, de hecho se habla de la herencia mencionada, no, lo irregular, lo digno de una investigación de la Secretaría de la Función Pública, es como se usó el programa Sembrando Vida y como se obligó a la siembra de cacao, cuando ni el clima, ni la tierra, ni la altura eran los adecuados; ese cacao se requería para las fábricas de su hijo Andrés Manuel López Beltrán y el amigo de éste Hugo Chávez Ayala, quien sí tiene experiencia de siete años en el negocio del chocolate, el hijo del presidente empezó su empresa con el sexenio.
En fin, venturoso regreso al periodismo de investigación para Carmen Aristegui y nuestra solidaridad.