Ayer lópez sorprendió al anunciar la decisión de hacer más profundo el hoyo cuando se esperaba que saliera de él.
Después de 6 años lucrando políticamente con la tragedia de los 43 jóvenes «desaparecidos» de Ayotzinapa, y luchando porque sus amigos culpables salgan impunes, el destino lo alcanzó cuando llegó el momento de probar sus propias falsedades.
Simplemente no pudo.
Su gobierno vino a confirmar lo que tanto negó.
Veamos paso a paso.
El sábado pasado se puso en evidencia el hecho de que no hay una nueva verdad sobre el caso Ayotzinapa, sino que la hipótesis central sigue siendo la misma:
Policías municipales, principalmente de Iguala pero también de municipios vecinos, entregaron a los estudiantes al grupo criminal Guerreros Unidos y éstos los asesinaron, creyendo que pertenecían a un grupo rival. Al parecer tres de los «desaparecidos» sí lo eran.
Dichos hechos fueron registrados por intervenciones telefónicas y de otras comunicaciones por la DEA, que realizaba investigaciones totalmente ajenas al caso. Estaban los agentes norteamericanos investigando el tráfico de heroína a Chicago.
Más de 4 años lópez y sus tentáculos estuvieron saboteando el resultado de la investigación, hasta torcer la evidencia, principalmente bajo la premisa de oponerse a ese hecho.
El sábado lópez pidió disculpas a los deudos de las víctimas diciendo que lo hacía en nombre del Estado Mexicano, porque el de los jovenes fue un «crimen de estado».
Mera y absoluta propaganda.
Si los asesinos fueron sicarios del grupo Guerreros Unidos asistidos por policias municipales no es un Crimen de Estado. Aun cuando el gobierno municipal haya sido del mismo partido de lópez.
El mismo día el Fiscal Gertz Manero expuso «su verdad», a la que llamó «la verdad auténtica», en oposición a la «verdad histórica» como se denominó a la que originalmente se sustentó en el mismo hecho: que los jóvenes fueron víctimas de Guerreros Unidos.
Nada nuevo hubo en la «nueva verdad».
Pero como el propósito no es encontrar la verdad sino seguir explotando políticamente el tema y salir del atolladero, lópez ha emprendido dos nuevos caminos:
1.- Involucrar a militares y ordenar que la fiscalía arreste a varios. Se habla de que serán 6 o 7 y quiza los 24 que estaban de servicio en el cuartel aquella noche, incluídos cocineros y personal de intendencia.
2.- Convertir a algunos detenidos en «testigos protegidos» para darles un guión y que declaren lo que a lópez le sirva para construir una nueva pieza de propaganda desde las mañaneras.
Por lo pronto ya se considera un serio problema culpar a los militares. No es la primera ocasión que se intenta, en este caso. Personajes que ahora están en el gobierno de lópez, cuando formaban parte de la oposición reclamaron que se investigara a los militares. En principio una gran cantidad de observadores estuvieron naturalmente de acuerdo.
Sólo que al analizar los hechos, se encontró que la culpabilidad que se achacaba a los militares era por «no haber intervenido». Recordemos que aquella noche fue de sonora violencia callejera en la ciudad, incluso había un saldo de otros tres muertos, ajenos a los estudiantes. Era un enfrentamiento entre bandas delincuenciales y se cometieron desmanes en distintos puntos.
El argumento de los militares siempre fue que se trató de un asunto policíaco, ajeno a su competencia y en el que no tenían facultades para intervenir.
Sólo lo hubieran hecho de haber tenido órdenes del alto mando. Por eso es especialmente importante conocer quiénes y de qué grado son los militares que decidió involucrar lópez. Porque ninguno de los que estaban acuartelados tenía nivel jerárquico como para haber emitido una instrucción de esa dimensión.
Si no hay entre los indiciados un general-comandante, significará que sólo buscan chivos expiatorios.
Hasta donde coinciden todas las versiones, las fuerzas públicas que intervinieron eran municipales. Policías que trabajaban al servicio de los delincuentes y que estaban con ellos «arreglados» desde «arriba» es decir, desde el alcalde Jose Luis Abarca, amigo de lópez y a quien siempre ha querido proteger.
El segundo punto, convertir en actores tipo Lozoya a detenidos que están bajo proceso, revela que no hay otro intento más que el de montar otro circo propagandístico.
Quizá es la coartada para sacar a Abarca de la carcel y ponerlo a declarar.
Lo que puede usted apostar doble contra sencillo es que los cuerpos no serán localizados, simplemente porque no hay una sólo nueva pista para lograrlo.
Esa verdad sigue siendo la misma que tanto se ha negado.
Evidentemente, lópez está obligado a presentar una nueva narrativa, porque salir con lo que salió a decir Gertz Manero, una letanía política acusatoria pero presentando los mismos hechos que el gobierno de Peña, sin agregar nada distinto, es a todas luces reconocer que se ha mentido, se sigue y se seguirá mintiendo.
Nada nuevo bajo el sol.