El austericidio serial que comete lópez amenaza con un efecto devastador también en el terreno de la educación pública.
Posiblemente fueron elegidos los detalles más afinados presentes en sistema educativo para procurar la igualdad, la equidad, la democracia y el combate a la pobreza, con el perverso fin de eliminarlos.
De un reglazo, trece programas estratégicos fueron borrados del mapa presupuestal en la propuesta para el ejercicio 2021 enviada por el gobierno de lópez al congreso a inicios de este mes.
Otros, de semejante importancia, sufrirán recortes asfixiantes.
La ausencia de algunos de ellos en la vida diaria de millones de alumnos, sus maestros y sus familias tendrá impactos brutales, despiadados.
No son pocos los programas eliminados presupuestalmente que afectan a los niños más pobres y necesitados, como indígenas y migrantes.
Uno de ellos es el programa de Escuelas de Tiempo Completo, cuya implementación significó un importante cambio de vida para millones de niños y sus hogares, algunos sumidos en pobreza extrema.
Son 27 mil 63 escuelas en las que 3 millones 600 mil menores recibían de 2 a 4 horas más de clase y algunos una comida al mediodía, que quiza era la más importante de su jornada.
Las horas adicionales de clase les permitían abordar otras asignaturas, deporte y actividades artísticas, y permanecer en las aulas en lugar de ser arrojados a la calle al monte, o a la explotación laboral.
También significa el programa compensación salarial a los maestros por el tiempo extra.
En el segundo informe de lópez entregado el 1 de septiembre se le pondera como un programa “con prioridad en escuelas de educación indígena o multigrado que, preferentemente, atiendan a población en situación de vulnerabilidad o en contextos de riesgo social, de bajos niveles de logro educativo o altos índices de deserción escolar”.
Un total de 19 mil 91 escuelas, (70 por ciento de las que abarca el programa) atendían infantes indígenas y pobladores rurales y en 14 mil 554 (53% de las participantes), recibian una comida un millón 397 mil niñas, niños y adolescentes que, en su mayoría, se encuentran en condición de pobreza extrema, o con carencia y deficiencia de acceso a la alimentación.
Un análisis del experto Carlos Ornelas sostiene que los alumnos de estas escuelas mostraron un mejor puntaje en las pruebas Planea y en su población disminuyó sensiblemente la deserción escolar.
Sin embargo, quedaron fuera del plan presupuestario para 2021, sin miramiento.
El gobierno de lópez ya le tenía ántipatía al programa. El año pasado le dió una rasurada del 50%.
Pasó de un presupuesto de 10 mil 189 millones de pesos en 2019, a 5 mil 100 millones en 2020 y a 0 pesos en 2021.
Otro al que la propuesta de Presupuesto elaborada por la Secretaría de Hacienda deja sin un sólo centavo es el Programa de Atención a la Diversidad de la Educación Indígena.
A inicios de cursos del ciclo 2017-2018, el programa atendía a un millón 252 mil 059 niñas y niños en 21,891 escuelas con 58,332 docentes.
La Ley General de Educación establece en su Artículo 30 que «los contenidos de los planes y programas de estudio de la educación que imparta el Estado, deberán reconocer la importancia de la pluralidad lingüística de la Nación y el respeto a los derechos lingüísticos de los pueblos indígenas.»
En su Artículo 56, menciona que el Estado garantizará el ejercicio de los derechos educativos, culturales y lingüísticos a todas las personas, y está obligado a contribuir al conocimiento, aprendizaje, reconocimiento, valoración, preservación y desarrollo tanto de la tradición oral y escrita indígena, como de las lenguas indígenas nacionales como medio de comunicación, de enseñanza, objeto y fuente de conocimiento.
En México la educación indígena debe atender las necesidades educativas de las personas, pueblos y comunidades indígenas con pertinencia cultural y lingüística; además de basarse en el respeto, promoción y preservación del patrimonio histórico de nuestras culturas.
Sin presupuesto asignado, estas obligaciones quedan en el limbo.
Los niños y niñas indígenas de México son doblemente víctimas perjudicados con la desaparición presupuestal de ambos programas.
Además, la desaparición tanto de estos como de otros implica un brusco reves contra la Agenda 2030, que es un plan de acción aprobado por la ONU y firmado por México en 2015, que plantea 17 grandes objetivos y 169 metas para un mundo más sostenible con el propósito de favorecer el desarrollo social, la economía, el medio ambiente, así como la paz y el acceso a la justicia.
En el mismo contexto se ubica el Programa de Atención Educativa de la Población Escolar Migrante, que no vuelve a ser mencionado en las casi 400 páginas de la propuesta presupuestal para 2021.
Se esfumó.
No se trata sólo de los niños migrantes procedentes de otros países, sino aquellos que se trasladan cotidianamente de una a otras regiones del país y frecuentemente se desempeñan como jornaleros agrícolas al igual que sus padres.
|De acuerdo al Sistema Nacional de Control Escolar de Población Migrante al cierre de 2018, se brindaron 73,667 servicios a 58,264 estudiantes en 1,746 centros educativos atendidos por 3,219 docentes.
Son, sin duda, de los niños más desamparados y vulnerables de México.
El gobierno de lópez ha preferido no voltear a verlos en su presupuesto.
Es una de las mayores incongruencias de la demagogia lopista.
En 2018 el gobierno de lópez desechó los programas previos en la materia y expuso:
«Dada la necesidad de brindar atención a esta población y a las recurrentes recomendaciones de las instancias evaluadoras con relación al inadecuado diseño del Programa para la Inclusión y la Equidad Educativa, al integrar diferentes tipos de población y apoyos, surge el Programa de Atención Educativa de la Población Escolar Migrante, el cual pretende que las alumnas y alumnos que asisten centros de educación migrante cuenten con mayores posibilidades de concluir la educación básica obligatoria, canalizando los recursos para propiciar que en educación básica cuenten con una oferta educativa de acuerdo a sus necesidades.
Y se compromete a que «el PAEPEM contribuirá al bienestar social e igualdad mediante la atención de la población escolar migrante que asiste a la educación básica…»
Pero los recursos a los que hace alusión sólo fueron parte del presupuesto del año pasado y en el de 2021 fueron olvidados.
Independientemente de los niños migrantes mexicanos, la Ley de Migración, en su artículo 6, menciona que el Estado mexicano garantizará el ejercicio de los derechos y libertades de los extranjeros reconocidos en la Constitución, en los tratados y convenios internacionales y en las disposiciones jurídicas aplicables, con independencia de su situación migratoria.
Otros bloque de programas que completa el grupo de trece eliminados de la propuesta presupuestal son estrechamente relcionados mcon la calidad de la educación, algo despreciado en la mentalidad lopista y congruente con su afinidad con la CNTE.
Vea usted la lista:
Formación y certificación para el trabajo.
Fortalecimiento a la excelencia educativa.
Programa de expansión en la oferta educativa en educación media superior y superior.
Programa de Carrera de docentes.
Desarrollo de aprendizajes significativos de educación básica.
Programa Nacional de convivencia escolar.
Evaluaciones confiables de la calidad educativa y difusión oportuna de los resultados.
Sistema de información y gestión educativa.
Programa Nacional de reconstrucción.
Programa de Formación de recursos humanos basados en competencias.
Todos son de gran importancia y su desaparición tendrá graves consecuencias no sólo para la niñez, sino también para la generación de la transición milenaria y el futuro de México.
Por otra parte, a los programas Nacional de Inglés, Atención a la Demanda de Educación para Adultos (INEA) y al de Normalización y Certificación de Competencias Laborales les fueron reducidos los presupuestos en niveles asfixiantes.
El programa de inglés se destina a la mayoría de alumnos de la educación obligatoria, los otros dos son para gente pobre o que, por cuestiones ajenas a su voluntad, forman parte del rezago educativo.
Al programa de Fortalecimiento a la Educación Temprana y el Desarrollo Infantil, se le reduce un 13% y para el programa de Prestación de servicios de educación inicial y básica comunitaria el ramalazo es de un 17.8%
Al programa para el Desarrollo profesional docente se le aplica una disminución de 49% con respecto al ya raquítico fondo del año pasado, para quedar en un total de 240 millones 481.2 mil pesos.
Esto significa que los dos millones 100 mil maestros del país recibirán en 2021 114 pesos al año, es decir, 31 centavos diarios para su formación docente.
En general, la masa presupuestal para educación en 2021 sólo recibe un incremento de 0.2%.
En contra parte, programas como la «Beca Universal para Estudiantes de Educación Media Superior Benito Juárez» tuvo un incremento presupuestal descontando la inflación de un 11 % y el favorito de lópez «Jóvenes Escribiendo el Futuro», recibirá este año 27% más dinero que el año pasado.
Ambos programas están dirigidos mayoritariamente a jóvenes que están o estarán en 2021 en edad de votar.
A eso se reduce la «prioridad» de la que habla lópez para la educación de los niños y jovenes mexicanos.
Un austericidio enmascarado con todas las agravantes.