N de la R: Mensaje del gobernador Javier Corral con motivo de la celebración del 90 aniversario del «Heraldo de Chihuahua», que aquí retomamos por su alto significado, dado el momento decisivo que vive el periodismo, al enfrentarse a los nuevos retos que los nuevos tiempos traen.
Muy buenos días a todas y todos. Muchas gracias por la invitación doctor Javier Contreras Orozco, director del Heraldo de Chihuahua. Es realmente un placer, y un privilegio para mí, estar en este encuentro dentro del marco del 90 aniversario del Heraldo de Chihuahua, de nuestra tierra.
Como ya lo ha recordado Javier Contreras, que creo que es el director más joven y que más ha durado más tiempo como director del «Heraldo», ha recordado que he transitado del periodismo a la política, que de alguna manera he conservado en el espacio editorial el ejercicio de esta noble y digna profesión.
Quiero comentarles que yo trabajé en la Organización Editorial Mexicana por algunos años, específicamente como editorialista en este medio, el Heraldo de Chihuahua, y también para el periódico El Fronterizo de Ciudad Juárez, me trae buenos recuerdos estar aquí y me alegra haber sido parte de un pedacito de la historia de este importante diario.
«El Heraldo» está enraizado en la historia de Chihuahua, la ha descrito, la ha escrito y ahí están en sus 90 años, recogido el quehacer político, social, cultural, económico de Chihuahua.
«El Heraldo» es decano, en los últimos años la era digital ha provocado muchos cambios en el periodismo a nivel mundial, pero a pesar de todo, el «Heraldo» se ha mantenido a través del tiempo, en el ánimo de los chihuahuenses.
Este diario ha recogido la historia del Estado y ha sido leal a sus lectores al mantener el equilibro en coyunturas importantes, lo que le ha permitido mantenerse en el gusto del público como el líder indiscutible en el periodismo chihuahuense. Y es que no hay periodismo que sirva a la sociedad, sino se compromete con la verdad y la ética. Gabriel García Márquez decía que «la ética no es una condición ocasional, sino que debe acompañar siempre al periodista como el zumbido al moscardón».
«El Heraldo» le ha apostado a su compromiso con los lectores, ha sido un espacio plural, en donde han escrito todo tipo de plumas, de todos los puntos de la geometría política, es por ello que hoy no podemos más que reconocerles su gran aporte al periodismo no sólo local, sino nacional, pues de la cadena de soles, el «Heraldo» sigue siendo de los mejores y más fuertes periódicos de la Organización Editorial Mexicana.
Muchas felicidades a todo el equipo que hace posible que este periódico pueda llegar a la mano de sus lectores. Felicidades periodistas, reporteras y reporteros, directivos, editorialistas, a los que trabajan en publicidad, en talleres, fotomecánica, a los distribuidores, que esta ocasión sea oportunidad para renovar los bríos y fortalecer su compromiso con los lectores.
En este marco de festejo, el «Heraldo» nos hace una importante convocatoria a discurrir sobre los grandes retos del periodismo en el Siglo XXI, qué importante y urgente resulta abrir un diálogo sincero a este respecto y realmente me entusiasma ser parte de esta reflexión, porque como saben, desde pequeño incursioné en el periodismo y por ese camino he transitado; he sido fotomecánico, corrector, tipógrafo, reportero, jefe de información, jefe de redacción, coordinador editorial, subdirector editorial y editorialista, efectivamente me he jubilado hace dos años de mi actividad periodística ininterrumpida por cerca de 36 años.
Sé lo que es la batalla periodística y entiendo perfectamente las adversidades por las que los periodistas atraviesan desde dentro de la empresa periodística, hasta en su relación con los actores de poder, pero la batalla empieza al interior de la empresa periodística.
De ahí que me parezca fundamental, plantear la imperiosa necesidad de sentar las bases de una nueva relación entre la prensa y el poder, basada ya no en el control económico, sino en el reconocimiento del importante rol social de la prensa en la construcción de la democracia y la paz.
Para que la democracia se convierta no sólo en forma de gobierno, sino en sistema de vida que procura el constante mejoramiento económico, cultural y social del pueblo, es indispensable que los ciudadanos cuenten con información veraz, objetiva, oportuna, completa, sobre la realidad que los circunda. No hay democracia que prospere sin la garantía del derecho a la información, y este derecho tiene en el ejercicio libre y responsable del periodismo, el instrumento más importante de la actividad comunicacional.
Porque el periodismo está llamado a escrutar todo ámbito público, a recoger la noticia como hecho y luego a analizarlo, a exponerlo, a interpretarlo, y en esa tarea de investigación que realizan las manos hábiles y los sentidos despiertos de los periodistas, surge la información que se convierte en excepcional bien público, para construir lo que se llama la opinión pública, la conciencia social.
Hablando de manos hábiles valdría la pena recordar a uno de los grandes periodistas de México, a Julio Scherer García que nos recuerda por estos tiempos de investigaciones profundas, en la relación prensa-poder en México, que no hay abrigo para la mentira, tarde o temprano manos hábiles la descubren.
Es por ello que en mi primer mensaje como Gobernador expresé mi compromiso irreductible con el derecho a la información y la libertad de expresión, y en no pocas ocasiones he insistido que los periodistas durante mi gobierno, gozarán de una libertad jamás experimentada, esa es nuestra convicción y compromiso.
En este camino el papel de las y los periodistas, de las y los reporteros, de las y los directivos y dueños de medios de comunicación, será fundamental, y es que hoy, todos juntos, tenemos la enorme responsabilidad de reconocer una profesión que trabaja con un recurso que es un bien público… que es un derecho, que no es mercancía: la información.
El periodista cumple una función social pues investiga e informa sobre cuestiones que la ciudadanía no conoce de primera mano, en este proceso contribuye a formar ciudadanos informados que, por supuesto, buscan información veraz que les permita tomar decisiones y participar de manera activa en la formación de opinión pública, cumplen, por así decirlo y así debiéramos verlo, con un servicio público.
Con el paso del tiempo el periodismo se ha decantado por la nota en tiempo real que cambia minuto a minuto, por la nota viral, la nota soft, la nota sustentada en dichos, la nota amarillista, sé que aún hay medios que se salvan de estas prácticas, pero es una gran tendencia, y en el camino se ha olvidado lo verdaderamente importante: el contexto, la información fundamentada y sustentada en datos, en investigación.
En los retos del periodismo del Siglo XXI sigue estando colocado como referente un periodismo que investigue hechos y no sólo recoja dichos.
Miguel Ángel Bastenier, señalaba que «La contextualización de la información va a ser una necesidad frente a la información de la nota seca que se aprecia en la televisión y otros medios digitales. (…) Hay que invertir en investigaciones serias para que los periodistas le puedan hacer saber a la gente el por qué suceden las cosas».
Es este, diría yo, uno de los más grandes retos que tiene el periodismo hoy día, y por periodismo quiero englobar a todas las piezas que hacen funcionar cualquier medio de comunicación: directivos, editores, periodistas, reporteros.
Sabemos también que entre las acechanzas autoritarias que más han puesto en peligro nuestras libertades políticas, y a la que más preocupación y atención debiéramos poner, es la vulneración en la que se encuentra la libertad de expresión desde distintos ámbitos del poder público, porque nos hemos acostumbrado a la censura, al control de medios, al manejo interesado de la información.
La libertad de expresión ha estado en venta en muchos de los casos, el presupuesto público ha sido el principal fondo comprador de silencios y aplausos al poder en turno, esto ha sido, sin duda alguna, un elemento más que no sólo ha coartado el derecho a la información del ciudadano, sino el derecho a informar de las y los periodistas.
Los medios y periodistas deberían plantearse, de manera seria, buscar esquemas de financiamiento que les permitan alcanzar la autonomía necesaria para una profesión que requiere estar alejada de vaivenes políticos, de prevendas y compromisos oprobiosos.
Esto, sin duda, contribuirá a tener medios más fuertes, que ofrezcan contenidos equilibrados, en donde se priorice la investigación de calidad y no haya cabida al golpeteo en represalia, o al escándalo saciamorbos.
Hoy el elemento diferenciador y que coadyuvará a que los medios sobrevivan es la credibilidad, y conseguir este capital será tarea de toda la cadena que hace posible que un diario se publique en cualquier plataforma. Dueños de medios y directivos deben abrazar y abanderar la responsabilidad social que implica manejar un medio de comunicación, dotar de garantías a los profesionales de la información que trabajan en sus empresas debiera ser prioritario, ofrecer sueldos dignos para no dar margen a las prebendas. Lo anterior con la intención de coadyuvar a informar con veracidad, sin sesgos inducidos por intereses particulares, esto desembocará en un medio con credibilidad. Y la credibilidad también vende.
Tomás Eloy Martínez decía que «Al lector no se lo distrae con fuegos de artificio o con denuncias estrepitosas que se desvanecen al día siguiente, sino que se le respeta con la información precisa. Cada vez que un periodista arroja leña en el fuego fatuo del escándalo está apagando con cenizas el fuego genuino de la información. El periodismo no es un circo para exhibirse, sino un instrumento para pensar, para crear, para ayudar al hombre en su eterno combate por una vida más digna y menos injusta.».
El día de hoy aprovecho la oportunidad para volver a refrendar mi mano franca para la construcción de una relación democrática y de respeto con los medios. Lo he ofrecido y así lo mantengo con el Heraldo de Chihuahua, lo he dicho y ahora lo reitero en este foro nosotros no tenemos miedo a la crítica cuando está bien intencionada y es equilibrada, eso lo vemos como una fortaleza del sistema democrático. Pero hay que recordar en tiempos de transmisión en vivo que tan enemiga de la libertad de expresión es la censura como la calumnia.
Por nuestra parte, sigue el mejor compromiso por brindar mejores condiciones a los periodistas, el pasado día 9 de junio firmamos el Plan de Contingencia para la Protección de personas defensoras de derechos humanos y periodistas. Es un mecanismo con 53 acciones específicas que nos ayudarán para proteger de mejor manera la importante labor que realizan. Precisamente, después de este foro, asistiré a una reunión de trabajo para dar seguimiento a su implementación.
Muchas gracias por la invitación y me despido con una frase del maestro Bastenier: «La única manera que tiene el periodista de hacer un mundo mejor es haciendo un periodismo mejor».
Muchas gracias.
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