El discurso del vaporwave (que se transmite con su estética seapunk, que busca rememorar placeres artificiales con productos efímeros y sus comerciales, con la alteración de canciones funk, soul, pop, jazz, ambient, lounge, R&B, electrónica, hip-hop y convertidos en una brumosa nostalgia fácilmente reconocible y con una deshumanización tanto de los creadores como de las creaciones, como sugiriendo que este «reciclaje» de productos y recuerdos es tan caduco como los fueron estos bienes en su momento) es el de sentir y procesar una especie de triste añoranza por nuestros anteriores delirios de consumo por todo ese vapor capitalista que guarda la apariencia de software, comidas, golosinas, electrónicos, bebidas y coronados finalmente por las marcas que dirigen dichos delirios. No cabe duda que el tema central de la tendencia vaporwave, no es la experiencia de comprar y gozar los productos, sino es el del recuerdo de la experiencia del consumo. Es repetir la experiencia de la objetivación pues se va al extremo de la música como mercancía ya que son las mismas canciones y las personas otra vez las escuchan y otra vez pagan por ello, en otras palabras, transmite la idea de consumir lo ya consumido hace décadas o hace unos días.
Este el eje central de esta contracultura o al menos eso aparenta ser, pues es esta la interpretación más aceptada sobre el espíritu de este movimiento que ya trascendió la música y el diseño gráfico, pues ha alcanzo otros horizontes con moda, artículos, videos musicales y no ha faltado quien ve en esta tendencia una nueva cultura, estilo vida y hasta una nueva religión . Lo irónico de este asunto es que algunos pioneros en la creación de esta música como Ferraro, dicen que todo inició como un chiste experimental pues no se esperaba o se buscaba el movimiento que aparecería con los años. Después de todo, la revoltura que le da su idiosincrasia comenzó a construirse en sitios como Tumblr; un meme enigmático que de alguna manera terminó inspirando lo que vemos hoy. Sus mismos críticos creían percibir, desde su aparición, este elemento satírico y disparatado, pues la calidad estaba ahí, ¿pero también las intenciones artísticas? ¿son tan evidentes las pretensiones de burla? ¿esta tendencia es un placentero accidente o el chiste evolucionó para convertirse en una burla autorreferencial? Lo que sí queda muy claro es que los mismos seguidores y los no seguidores del vaporwave son conscientes del absurdo que plantea y no temen en burlarse de la música, su estética visual, sus fanáticos y de sí mismos. Tanto así de declararlo muerto un par de años de debutar. Es claro que no puede tomarse demasiado en serio a al vaporwave y menos cuando algunos ven esto una forma de contracultura soportada en un género musical. Tal vez es una experiencia estética tan abstracta que, como dicen, es algo adelantado, novedoso e incluso la música del futuro.
Esto último no deja de sonar escandaloso cuando se considera la deuda de este subgénero con la música pop de los últimos 40 años, con la clara influencia de la música «plunderphonic» de John Oswald o con el chacoteo del pop hipnagógico o lo que surge de las fusiones entre rock y electrónica. Pero se comienza a entender su impacto cuando se caemos en cuenta que es un subgénero (o movimiento) que no tiene una localización geográfica en particular (como ha sucedido con otros géneros musicales) puesto que salió del «país» de internet para quedarse ahí, en su ambiente natural. No se puede entender a este subgénero sin atender a todos esos elementos construidos en los innumerables rincones del extraño internet y no se puede entender sin avistar el mar de producciones de este estilo que circulan por la red. Es impresionante la experiencia catártica que genera en muchos seguidores o bien, la infinita facultad de esta música para inducir el relajamiento, la concentración y la introspección.
Tal vez las obras antes mencionadas o lo creado por otros artistas como Blank Banshee o Luxury Elite no faciliten encontrar esta capacidad y la respuesta, aunque usted no lo crea, se encuentra en la variedad de derivados del vaporwave; subgéneros que asimilan este espíritu, pero lo abordan por otros caminos, llegando a propuestas interesantes, unas más accesibles que otras, unas más originales que otras, unas más serias que otras. Y en todas puede percibirse ese vapor distópico. Algunos ejemplos de estas derivaciones o estilos son: vaportrap, mallsoft, oceangrunge, futurefunk, lo-fi hip-hop, vapornoise y un largo etcétera. De estos destacaré el futurefunk y el lo-fi hip-hop; por distanciarse de la propuesta básica para explorar caminos en pop y jazz japonés sobre bases funky, para invitar a bailar como en el primer caso, o bien, partir del ritmo hip-hop con una producción de baja fidelidad (por esto es el término «lo-fi») para agregar mezclas y samples de jazz y rap, logrando obras tan relajantes como rítmicas, como en el segundo caso. ¿Hay alguna experiencia mexicana? Claro que la hay y los dos exponentes que sean, probablemente, los más importantes son マクロスMACROSS 82-99 y Sentidos Apuestos.
Por un lado, está el famoso productor mexicano, conocido por su apodo «Mookie» y con su llamativo nombre artístico マクロスMACROSS 82-99, ha impactado profundamente a la escena futurefunk por la estética de sus videos musicales y por el bailable ritmo que imprime a sus creaciones que fusionan j-pop, jazz y canciones de animación japonesa. Dio un manaso a la mesa con su interesante álbum A million miles away de 2014, pues recibió mucha atención por sus rítmicas mezclas. Un cierto grado de maduración se percibió en su álbum posterior Cham! de 2015. Por otro lado, tenemos al dúo Sentidos Apuestos, con una propuesta más ortodoxa y apegada al sentido original de Floral Shope (2011), pues mezclan al puro estilo vaporwave canciones de Luis Miguel, Pandora, Thalía o Emmanuel. Sus álbumes Tacos al vaporwave de 2014, Santo Clos de 2014 y En tus cinco sentidos de 2016 pueden darle una probadita de la interpretación mexicana de este subgénero que se experimenta desde las portadas de los discos. La intención de este dúo mexicano con su música se pone muy en claro cuando describen a su primer disco en su portal de bandcamp: «Sentidos Apuestos es cuando te salía un tazo repetido, el olor al abrir el paquetito de Pepsi Cards, coleccionar todo los Hielocos, completar tu álbum de estampitas de Pokemon, cuando volvía a salir Raditz en Canal 5, el Power Ranger Verde, jugar el de Tiny Toons del Super, Molotov cuando no eran fresas, Adal Ramones cuando caía medio bien. Todo eso y más es la experiencia de Sentidos Apuestos.».
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