Un martes 28 de agosto de 1524, Hernando de Cortés, marcó con dos golpes de su espada, sobre un árbol de alcanfor, dos terrenos destinados para jardines y huertas, en el lugar que siglos después sería la Colonia Riveras de San Cosme en la actual Ciudad de México.
Fueron cinco personas quienes echaron suertes sobre la posesión de los solares, al azar a cada uno de ellos les tocó una superficie de 150 pasos de largo por 100 pasos de ancho, el terreno cercano al árbol eucalipto le correspondió al alférez Bernardo Vázquez de Tapia, quien fue el descubridor de la Isla de Cozumel.
La segunda posesión se la adjudicó el regidor don Rodrigo de Paz. La tercera le tocó al vigilante don Rodrigo de Rangel. La cuarta la adquirió la ayudantía de don Cristóbal Flores y la quinta la logró el encomendadero de don Alonso de Jaramillo.
Fue en dicho sitio, que existió la primera granja avícola, propiedad de don José de Vivero Hurtado de Mendoza, ahí se construyó la residencia campestre del Conde del Valle de Orizaba, conocida como «La Casa de los Mascarones», la cual fue terminada después del año de 1771.
Dicha construcción contó con pilastras terminadas en cariátides, sus hermosas ventanas encuadraban con una espléndida ornamentación logrando una espléndida armonía el frontispicio.
La morada solariega tenía: Patio acoplado, airosa arquería, amplios balcones, barandillas, rejas y celosías de fierro, trabajadas a forja, macizas puertas con molduras, cuarterones y clavetones de bronce, salones de doseles y estrados, fuente de brocal ondulada, andadizos portificados, gran cocina, despensas, guardavajillas, guardaplatos, lavaplatos, cocheras, caballerizas, pajar, estancias, cuartos de tazas y platos, habitaciones, alcobas, saletas, tocadores, amplio corredor, oficina y archivero.
A finales del siglo XVI llegó de España Rodrigo de Vivero y Velazco que contrajo matrimonio con Melchora Aberrusia, quién procreó un hijo bautizado con el nombre de Rodrigo, distinguiéndose desde adolescente por su talento y dinamismo en el trabajo, siendo premiado un 14 de febrero de 1627 por el rey Felipe III de España de 1598-1621, otorgándole el título de Conde del Valle de Orizaba y el de Vizconde de San Miguel Tecamachalco, este Rey confió su gobierno al Conde-Duque de Olivares reconociendo la independencia de los Países Bajos y por la paz de los Pirineos. El centralismo desarrollado provocó la sublevación de Cataluña y Portugal la cual obtuvo su independencia, también se dio a Francia el Rosellón, la Cerdeña y el de Artois.
Ya adulto, el Conde Rodrigo de Vivero y Aberruza, se unió en matrimonio con Doña Leonor Ircio de Mendoza, procreando a un hijo llamado Luis de Vivero e Ircio de Mendoza, segundo Conde del Valle de Orizaba, siendo Luis un jovenzuelo se dedicó a derrochar dinero, no poniendo coto a sus deseos, le daba cruz y raya al más pintado, para que volviese al camino de la honestidad y la virtud le ocasionó muchas lágrimas y súplicas a su madre, hasta que un día su progenitor lo reprendió diciéndole: «Tú nunca harás Casa de Azulejos», con esa frase le llegó a lo más íntimo de su persona al jovenzuelo, logrando regenerarse con firmeza, empeño y tesón.
En 1605 bajo el virreinato de Juan de Mendoza y Luna, Marqués de Montesclaros hubo una epidemia de sarampión y diarrea, se iniciaron los trabajos de desagüe de la ciudad de México, se inauguró el templo de la Profesa, hubo sublevación de la raza negra en Tlalpujahua, ahorcando a 21 personas y se concluyeron los acueductos de Santa Fe y de Chapultepec.
Luis de Vivero, erigió la Casa de los Azulejos que se localiza exactamente en las esquinas que forma el Callejón de la Condesa, Francisco I. Madero y 5 de Mayo, en dicho inmueble habitó en 1828.
En el exterior se puede apreciar rodapiés de cantera, marcos de piedra cincelada, cornisas, paneles, remates, pretiles, pináculos de cerámica china y los dos bellos nichos, uno sobre la portada y otro en la esquina.
En el interior existe el gran patio de finas columnas, la escalera monumental, una fuente bellísima, lambrines de azulejo, corredores con barandales trabajados en Asia, portada de capilla y grandes salones.
Sobre la escalera de dicha mansión están los murales pintados por José Clemente Orozco (1883-1949), tienen por título Omnisciencia: de ellos se generó la colosal imagen de Prometeo pintada en Pomona College que rivaliza con las de Miguel Ángel Buonarroti.
Anteriormente fue Colegio de la Compañía de Jesús dirigido por los soldados de san Ignacio de Loyola, más tarde escuela de verano, después sede de la Facultad de Filosofía y Letras, posteriormente escuela de música, antes de la Revolución fue residencia del Jockey Club y aparece mencionada uno de los poemas más celebres de Manuel Gutiérrez Nájera (1859-1895), por último se estableció ahí el Restaurante Sanborns, el cual actualmente es propiedad del Grupo de negocios del señor Carlos Slim Helú.
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