El gobierno de Andrés Manuel López Obrador no se dio por enterado de la crisis en la frontera causada por el aumento en los tiempos de espera en los puentes internacionales durante el fin de semana.
El viernes 29 de marzo, los tiempos para cruzar de Ciudad Juárez a El Paso aumentaron hasta dos horas y media o tres para peatones y automovilistas, además de hasta cinco horas para el transporte de carga principalmente de maquiladoras (problemática que aún persiste).
En conferencia de prensa, López Obrador respondió así a una pregunta sobre el aumento en el tiempo para cruzar a Estados Unidos:
«No tengo ese informe, mejor dicho, no está reportado que haya un tránsito lento en la frontera, están las cosas normales. Ese el informe que yo tengo acerca de lo de las garitas de la frontera».
La crisis aumentó después de que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo que cerraría la frontera al comercio, si México no hace nada para detener las caravanas de migrantes que intentan llegar a territorio estadounidense.
En Ciudad Juárez, el gobernador Javier Corral dijo que no cree que Estados Unidos cierre la frontera y solicitó a López Obrador que deje de entregar visas humanitarias a menos que garantice la estadía de migrantes extranjeros mediante los apoyos necesarios.
Los tiempos para cruzar a El Paso aumentaron debido a la reasignación de 750 agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP) de las garitas de revisión para que se ocupen del procesamiento de indocumentados en apoyo a la Patrulla Fronteriza.
Kevin McAleenan, comisionado de CBP, declaró que el sector El Paso se encuentra en una “crisis humanitaria sin precedentes”, con 17 mil 400 migrantes.
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